En diciembre del 2007, Yuri Contreras y Laura González ascendieron al Aconcagua por la ruta de los Polacos y ahora, nueve meses después, están en el Manaslu (8,159 metros), en el Himalaya. Su objetivo inicial era el Cho Oyu, el ochomil más socorrido para ser la primera experiencia en las montañas más grandes del Himalaya y prácticamente una parada obligatoria antes del Everest.
Sin embargo, el cierre del Tíbet por parte de China y la promesa de que el año 2009 también estará cerrado porque se cumplirán 50 años de la partida del Dalai Lama del Tíbet, el objetivo está siendo cambiado a diferentes lados. El Pumori (un “casi” ochomil) y el Manaslu están siendo abordados como alternativas, éste último ya está siendo llamado “el nuevo Cho Oyu”.
Así que Yuri Contreras y Laura González están en el Manaslu, también llamado Kutang I, la octava montaña más alta del mundo, en busca de la primera experiencia para Laura en un ochomil, en una expedición que fue anunciada en la prensa del estado de Guanajuato como “Una leonesa en ascenso”.
Yuri y Laura participan en una expedición junto con suizo y un estadounidense (Claude y Bob, respectivamente, sin apellidos en la página de la expedición). Pero esa pequeña expedición comparte el permiso con una expedición más grande de serbios, dirigida por Dragan Jacimovic e integrada por Nina Adjanin, Dejan Apostolovic, Dragan Celikovic (médico), Aleksandar Rasin, Zoran Mitrovic, Muhamed Gafic, Miralem Husanovic, Zdenko “Veki” Veljacic, Zdenko Maric, Simona Pogac, Marko Salvic, Dragan Bulatovic y Milan Radovic. O sea, un total de 18 personas en un solo permiso.
El Manaslu, sin embargo, está considerado como la cuarta montaña más peligrosa de los ochomiles, después del Annapurna, el Nanga Parbat y el K2. Hasta el 2003 habían encumbrado 240 personas y habían muerto 52.
Ayer mismo, todos los que estaban en los campamentos de altura tuvieron que regresar por una tormenta.
“En la noche de pronto comenzó un viento de intensidad muy fuerte y con 6,700 metros de altura hacen una combinación muy poco recomendable. Fue una noche de pesadilla. En cuanto terminó el viento comenzó a nevar muy fuerte. En unas horas cayeron más de 50 centímetros de nieve y en medio de la noche tuvimos que dejar el frágil refugio de la tienda para salir a palear nieve, de otro modo corría el peligro de colapsarse”.
Habían subido al campamento 2 y se pasaron bastante tiempo paleando nieve. Por la mañana decidieron bajar. “Por delante iba Padagua, el jefe de los sherpas, Yuri, Laura, Frederick —el médico suizo—, un grupo de 6 españoles y 6 serbios. Comenzaron el descenso usando las cuerdas fijas pero con gran peligro de avalancha. A Frederick en un momento le cayó encima una pequeña avalancha que lo dejo cubierto durante 2 minutos bajo pesada capa de nieve. Afortunadamente fue posible sacarlo antes de una desgracia. Poco después frente a Laura y Yuri se desplomó un enorme trozo de nieve.”
“Así es el Himalaya”, comenta Yuri, quien ya ha subido dos veces al Everest, además del Ama Dablam y el Cho Oyu.
