La Cima más alta de cada continente puede ser un reto interesante, pero más si se plantea hacerlo en un año, pues eso implica una organización y un entrenamiento previo de larga duración. Es estar durante todo el año haciendo algo en pos de alcanzar las siete cimas del mundo.

Para Jon Reiter el reto inició con la muerte de su hermano menor, pues comenzó a pensar qué tan monótona puede ser la vida y comenzó a escalar, primero en el Monte Shasta (alcanzó la cumbre varias veces) y luego se inscribió a un curso de doce días en la escuela de montañismo de Alaska en el 2007. Ahí conoció a Moisés Nava, su actual compañero de cordada. Juntos planearon escalar el Denali en el 2008 pero en el camino, Jon, que ya tenía la inquietud de subir cada una de las Siete Cumbres, invitó a Moisés a unirse no sólo en el Denali, sino en todas las demás.

En la cumbre del Denali, el 15 de junio de 2008
Foto, cortesía del website de la expedición.
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“Por alguna extraña razón, Jon no sólo planeaba ascender las Siete Cimas, sino que además quería hacerlo en un año. Me preguntó si estaba interesado y lo siguiente fue estar planeando todas estas escalada para los próximos 12 meses”.

Moisés, nacido en la ciudad de México, se había titulado como ingeniero industrial y se había convertido en instructor de buceo e incluso había participado en un reality show a bordo de un velero que casi le dio la vuelta al mundo (Nueva Escocia a Suráfrica, durante el 2001 y 2002), además de participar en triatlones de larga distancia, como el Ironman. Una invitación para hacer el trekking de los Annapurna le volvió la mirada a las montañas y buscó dónde capacitarse y así llegó a la escuela de montañismo de Alaska, donde conoció a Jon. Para Jon, Moisés resultó un “verdadero aventurero, amigo y compañero de escalada”.

El cronómetro en el tiempo de las Siete Cimas inicia al llegar a la primera de ellas y termina al alcanzar la última y ambos alcanzaron la cumbre del Denali (6,194 metros) el 15 de junio del 2008. Después se dirigieron al Kilimanjaro (5,895 metros) y llegaron a su cumbre el 5 de octubre.

Las siguientes cumbres ya están planeadas, entre ellas el Everest, donde participarán oficialmente de la expedición guiada de Russell Brice en la primavera del 2009. Mientras tanto, dentro de pocos días partirán al Aconcagua y luego al Monte Vinson y a la Pirámide de Carstensz. Posterior al Everest sólo les quedaría el Elbrus para finalizar el reto de las Siete Cumbres.

Aunque para ambos es una meta en común, el inicio de cada uno es diferente. Les esperan muchos meses de estar en la brega, tanto física como técnicamente, pero sobre todo en la logística de sus diferentes viajes. Cuando terminen, Moisés habrá logrado lo que soñaba desde niño: llegar a la cumbre de la montaña más alta de cada continente, mientras que Jon habrá alcanzado lo que se propuso durante el funeral de su hermano y habrá llevado su fotografía a cada cima.

En la cumbre del Kilimanjaro, el 5 de octubre de 2008

Según sus investigaciones, ningún mexicano ni estadounidense ha logrado hacer las Siete Cimas en el lapso de un año y harán la Pirámide de Carstensz porque “está considerada como la verdadera séptima cima por la mayoría de los mejores montañistas”.

El tiempo está corriendo pues su año se terminará el 15 de junio del 2009 y mientras tanto, las montañas son:

El récord actual para las Siete Cimas es del irlandés Ian Mc Keever, que tardó 156 días entre su primera cumbre y la última.