El Comité Olímpico Internacional ha pedido al gobierno de China que cesen los problemas en el Tíbet antes de que inicien las Olimpiadas; varios deportistas han manifestado que si no hay una solución, no irían a los Juegos Olímpicos; el Dalai Lama ha manifestado que no desean independencia, sino soberanía… ¿Qué puede hacer uno tan lejos y no sólo espectador?

Alberto Peruffo propone una acción que está al alcance de todos y cada uno de nosotros. Es una idea de manifestación al estilo de Gandhi que muestre no sólo las decisiones de los gobiernos, sino también el repudio de la gente por la violación de los derechos humanos. Una idea estupenda.

“La idea, sin embargo, no es suficiente. Necesita tener una forma orgánica que le dé integridad y continuidad, incluso necesita tener algo que atraiga a aquellos que son escépticos o sientan aversión por las acciones civiles. La idea, en otras palabras, tiene que desarrollarse como una obra de arte.”

¿De qué se trata?

En primer lugar, es una idea que pretende convertirse en acción y colaboración. Como montañista, Alberto sabe que si uno plantea un sueño y se hacen los pasos necesarios, se puede convertir en realidad. Esa acción es una manifestación a nivel mundial de los montañistas (y los que no lo son también) pacífica pero contundente para ser mostrada al mundo. Esa manifestación pretende ser una muestra de apoyo al pueblo tibetano.

Lo que Alberto propone a través de su página The Sad Smoky Mountains, es simple: encender un fuego en cada una de las cumbres principales del mundo, documentar el evento y hacer con ello un documento único que sirva como muestra de indignación. Y lo mejor: se puede participar con poco: Un buen par de piernas (aplica también al pensamiento en la cabeza) para aquellos que ascenderán las montañas. Mejor si se hace con compañeros o un grupo de amigos”.

El procedimiento es el siguiente: quien desee participar en esto, debe inscribirse en la página The Sad Smoky Mountains diciendo qué montaña subirá y quien es el responsable. De preferencia, poner datos sobre la montaña que aparezcan en Internet.

El segundo paso es subir esa montaña en algún día de los primeros días de mayo, que es cuando se encenderá la antorcha olímpica en la cima del Everest. A la una de la tarde (hora local) deberá encenderse una señal de humo color rojo.

El tercer paso es volver a subir a la montaña el día 8 de agosto, el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos en Beijing, China. En esta fase, pueden participar también quienes no son montañistas y encender también una antorcha roja en lugares muy visibles: puentes, edificios importantes o rascacielos en todas las ciudades del mundo.

Lo único que se necesita es un reloj sincronizado a la hora local y una cámara digital o de video para documentar la ignición en la cumbre de su montaña, además de los dispositivos de humo rojo. Estos dispositivos son muy sencillos de usar pues están hechos para llamar la atención sin que uno sea dañado. Se pueden conseguir en tiendas de deportes de montaña (sección rescate) o de náutica.

En teoría, los organizadores informarán del proyecto a las autoridades, pero es preferible que cada quien avise a la policía local lo que intenta, para no llamar la atención a grupos de rescate.