La comercialización de una montaña implica que quienes van a ella tienen capacidades notoriamente disímiles, desde los muy capacitados hasta aquellos que nunca han ido a una montaña y que dependen en todo de quien los lleva. Y también se aplica a las compañías, pues hay varias que sólo huelen la esencia de dinero fácil y rudo.

El año pasado hubo una emergencia en el Muztag Ata, misma que fue reportada a ExplorersWeb por Jane Corax. Un grupo de cuatro coreanos subió al campamento 3 para intentar la cumbre pero dos de ellos se sintieron mal y regresaron al C3. Los otros llegaron a la cumbre pero en el descenso uno de ellos se perdió. Al día siguiente, sus tres compañeros salieron a buscarlo pero el mal tiempo era malo y fue empeorando. Así que los coreanos permanecieron en el campamento. Cuando fueron hallados, habían pasado sin agua ni comida seis días… a una altitud de siete mil metros.

Ruta normal del Muztag Ata, de 7,546 metros

El rescate de los coreanos fue realizado por el guía profesional ruso Maksim Bogatriev y su cliente Antony Piva. El relato que sigue es de Maksim:

Nuestro campamento estaba a 6,700 metros.

Comenzamos a las 6 de la mañana. La nieve tenía un metro de profundidad. En 10 minutos habíamos avanzado 20 metros. Vimos tiendas a 6,900 metros. Un hombre salió de una tienda y pidió ayuda. Dos de sus amigos estaban en la tienda vecina, ambos inconscientes. Teníamos que bajarlos rápidamente. Pusimos al más enfermo en una bolsa de dormir sobre un colchón y lo fijamos todo con una cuerda. El hombre que había pedido ayuda me hizo prometerle que regresaría por él y su amigo.

Comenzamos a jalar al coreano hacia abajo. Lo dejamos en el C2, a 5,400 metros, y volvimos a subir por una segunda persona y hacer el mismo procedimiento con la tercera. Fue un poco más fácil que cuando lo hicimos con el primero porque para entonces ya había un canal que seguir en la nieve. No conseguimos ayuda de nadie sino hasta el C2. Dos alpinistas chinos nos ayudaron.

Encontramos la tienda de Stefan Backlund, un escalador solitario sueco, encime de la cascada de hielo. Preguntó si nos podía ayudar y se sorprendió porque nadie había ofrecido su ayuda antes que él. Nos ayudó a transportar a la persona más enferma a través de la cascada de hielo.

Bajé al campamento base a medianoche. Antony lo hizo hasta las 2 am. Tenía botas de esquiar y le costaba más trabajo descender. Cuando les dije a mis amigos Otto, Andreas y John que Antony estaba en problemas, salieron a buscarlo en plena noche en zapatos de trekking.

Ruta normal del Muztag-Ata desde el oeste

Unos días más tarde, el coreano perdido fue hallado muerto muy arriba en la montaña.

La montaña estaba llena de montañistas, pero Max no pudo conseguir ayuda de ninguno. Sasha Nishikin, veterano en esa montaña, estaba en el CB y cuando se enteró de la situación, dirigió a su grupo de 10 clientes austriacos para ayudar en la evacuación de los enfermos.

Max apuntó que “los alpinistas rusos nunca abandonan a sus compañeros agonizantes. Es una regla”.

Si esta es una regla, debería seguirse por todos: montañistas, jefes de expedición, porteadores y cualquiera que estuviera en la montaña que estuviera en posición de ayudar. Pero esto no está sucediendo así y los casos reportados son cada vez más numerosos. Los ejemplos del Everest y cómo quienes ascienden a la cima pasan encima de gente con problemas o moribundos, son cada vez más frecuentes.

En los “picos comerciales”, hay más de esto que sólo el espíritu del montañismo puro. Como hay montones de escaladores sin la experiencia necesaria que quieren ir por la cima, los organizadores tienen entonces una gran responsabilidad. El caso de Sasha es extraordinario pues dirigió a sus clientes a participar en el rescate mismo, mientras que hay otras que no sólo no participan, sino que contribuyen a hacer más grande el enredo.  Jane lo menciona de esta manera:

Seman Travel Service, que generalmente tiene problemas para organizar un viaje de tres días al desierto de Taklamakan, también quiere meterse en el negocio este año. Una tarde, el gerente de la compañía me alcanzó y me hizo la siguiente pregunta: “Mis clientes para el Muztag Ata llegarán esta noche. ¿Qué tipo de tiendas se necesitan para la montaña?”

Esto no se aplica solamente a montañas de gran altura ni sólo en Asia. Está pasando en prácticamente todos lados donde las montaña se ponen de moda.