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Montañismo y Exploración
Homenaje a Mercedes Ballina Álvarez
30 agosto 2008

Durante el Primer Festival de Montaña en Tlaxcala, se le rindió homenaje a la señora Mercedes Ballina Álvarez, quien fuera la primera mujer en practicar montañismo en el estado de Tlaxcala.







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Hacer una asociación de montañismo no es fácil porque no es sencillo convencer a quienes van a la montaña de que hay reglas que cumplir.  El caso es que el estado de Tlaxcala ya tiene una asociación en montañismo y que además organizó un primer festival de montaña. Lo importante de un evento de este tipo es que se presentan resultados de los trabajos realizados en un deporte que no tiene público ni árbitros (salvo la escalada de competencia).

Alfredo Velázquez hace entrega del reconocimiento a Mercedes Ballina

Pero de entre el programa, hubo algo que llamó la atención: un homenaje a la señora Mercedes Ballina Álvarez, quien fue la primera mujer de Tlaxcala en practicar montañismo. Al homenaje acudieron hijos, nietos y bisnietos y el reconocimiento fue entregado por Alfredo Velázquez Íñiguez, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, además del representante del deporte en Tlaxcala y del presidente de la Asociación de ese estado.

Ser mujer y practicar montañismo en 1941 era notorio, si se piensa que el montañismo organizado en México comenzaba a principios del siglo XX y en 1922 se fundaba el Club Exploraciones de México. Era poco tiempo, cuando las distancias implicaban más tiempo por la carencia de transporte o porque había que caminar más. El ascenso al Popocatépetl se hacía caminando desde Amecameca.

En el acto se leyó la entrevista que se le hiciera a doña Mercedes en el año 2004 y publicada en “El Sol de Tlaxcala” el día lunes 22 de noviembre de 2004 y en donde deja testimonio de su actividad como montañista. Reproducimos ese testimonio:

Mercedes Ballina Álvarez

“Me caso con Antonio Hidalgo en 1940 y me anima a acompañarlo a las montañas, comencé conociendo los cerros de nuestro estado como: el Cuatlapanga, el Peñón del Rosario, la Malinche, los Cerros Blancos, etc. Me gustó el montañismo y decidí subir a las altas montañas, algo muy difícil en aquellos tiempos. Para esto teníamos que salir más de diez fines de semana al Cuatlapanga como preparación, en aquel entonces —tengo que aclarar— no contábamos con transporte como ahora, salíamos a las cinco de la mañana de Apizaco y nos íbamos caminando hasta el Cuatlapanga.

“En 1941 nos organizamos para subir el Popocatépetl y nos trasladamos hasta Amecameca en un camión de redilas. De ahí caminábamos hasta el volcán, nuestro equipo era muy sencillo: piolet, pasamontañas, gafas, crampones, guantes y ropa doble para soportar el frío.

“Aprendimos de manera empírica a utilizar el piolet y los crampones. Contratábamos una persona de la región para que nos guiara en el ascenso. Nuestro alimento en la montaña consistía de dulces, café y chocolate. Recuerdo que comenzamos el ascenso a las cuatro de la mañana y después de varias horas llegamos hasta la cúspide, a la boca del volcán, ahí estuvimos cerca de tres horas.

“En ese entonces tenía yo 19 años, estábamos llenos de ilusiones y al ver cristalizado ese sueño de estar en la cima, lo único que podía hacer era dar gracias a Dios por esa oportunidad, de ir, ascender y contemplar esa vista tan hermosa. Es una cosa muy agradable de mucha satisfacción para uno. Es ahí donde pensamos que no valemos nada, que somos como una hormiguita en este planeta, por todo lo que logramos ver, admirar y contemplar de la naturaleza.

El Cerro Blanco de Tlaxcala, donde comenzó a practicar montañismo.

“En el descenso en aquella ocasión resbalaron dos personas de nuestro Club. Afortunadamente se atoraron en una saliente de rocas, si no, se hubieran matado. Nos asustamos mucho; de la impresión iba muy nerviosa y tuvieron que amarrarme [encordarme] para seguir descendiendo.

“También ascendí al Iztaccíhuatl y desgraciadamente no pude subir a la Malinche porque ya iba a ser mamá y ya no pude seguir excursionando. En los años de auge del Club llegamos a ser cerca de 40 integrantes, hoy en día sigo haciendo ejercicio diariamente (30 minutos de bicicleta fija) y creo que se lo debo al montañismo, por eso recomiendo a los niños y jóvenes que lo practiquen de esa manera pueden ser más sanos y felices.”

El Club Cuatlapanga conquista el Pico de Orizaba en 1938, el mayor logro que consiguen durante la vida del Club, una empresa de mucha dificultad para aquellos años, logro que admiramos y respetamos hoy en día, en aquel histórico ascenso estuvieron los señores: Joaquín Ballina Vela, Joel y Joaquín Ballina y Antonio y Pablo Hidalgo.

Mercedes Ballina de Hidalgo cumplió 87 años en este 2008.

Saliendo de la ciudad de Tlaxcala por el "Puente Rojo".

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