Con la llegada del siglo XX, algunos de los habitantes de Pachuca iniciaron en forma más o menos organizada las primeras excursiones al recién formado bosque vedado decretado apenas algunos años antes por el presidente de la república Gral. Porfirio Díaz en 1898, conocido actualmente como Parque Nacional del Chico. Estos pequeños grupos recorrían a pie los senderos que llevan a la Estanzuela, el Cerezo, Contadero, las Ventanas, las Monjas, Capula y Mineral del Chico por los bosques, cerros y riscos, con el objeto de encontrar un instante de libertad, el subir a las peñas por los accesos de menor dificultad formaba parte de la aventura.
Época de pioneros
La presencia de clubes formales tiene su aparición en el año 1923, y fue el club Painalton de la escuela Julián Villagrán que formó el profesor Samuel Carro para la distracción y convivencia de alumnos, docentes y administrativos de la institución. Después fue el club Alado en 1930, le siguió el club Cóndor en 1934. Esta organización actualmente persiste. En este mismo año el Club Exploraciones de México forma la sección Pachuca utilizando la organización ya existente con 21 socios, aumentando en los siguientes años la membresía.
El León Alado, en la sierra de Pachuca
La primera ruta de escalada que se tenga registro es el fraile de Actopan, la abrieron por los integrantes del Sierra Clubs en el año de 1934. Este club nació pujante en el año de 1932 con ímpetu fantástico, marcando por aquel tiempo la vanguardia en el naciente alpinismo. Inspirador de esta publicación fue Francisco Soto, a quien con razón han llamo el pionero de la escalada en México. De la sección “Ecos” de la revista Alpinismo de octubre de 1950 (edición de aniversario).
Con esta escalada arranca la carrera por la conquista de las cumbres de las peñas de la sierra.
En el Circo del Crestón, en primer plano,
la Benito Ramírez y la aguja de la Pezuña
Fueron los integrantes del club Coyotes con Herlindo Núñez los que continuaron con este trayecto de conquistas; entre 1936 y 1938 la cumbre del Fistol del Diablo (roca que en su tiempo fue considerada la roca más apropiada para escuela) y la Botella en el valle de las Ventanas, la Cargada Mayor y la Garra en el valle de Peñas Cargadas, el Dromedario en Tulancingo y Cuahutepec.
El fin de esta época la destaca y finaliza la escalada de uno de los picos de mayor dificultad para la época en México, la cumbre del colmillo de Actopan.