Nos quedaban pocas horas para que partiera el avión a Rusia y aun teníamos serios problemas de dinero. Tomamos la decisión de irnos sin saber a ciencia cierta dónde dormiríamos y que comeríamos. Para nuestra fortuna llegó al Aeropuerto Miguel Ángel Chávez, jefe del departamento de mercadotecnia del Imcufide, llevándonos dinero del patrocinio de grupo Tembo.
Fuera del campamento "Los Tambos"
Al llegar al aeropuerto, nos informaron que el vuelo rumbo a Paris estaba retrasado por el huracán; afortunadamente teníamos varias horas de respaldo antes de abordar el siguiente vuelo a Moscú. Nos tocó dormir en los aeropuertos de París y Moscú. Nos sobraban ganas de viajar pero nos faltaban euros.
Ya en Moscú empezó el viaje rumbo a la montaña, no hablamos nada de ruso por lo que darnos a entender fue todo un caso. Volamos rumbo a Mineral Vody, aquí es más difícil comunicarse pues pocos hablan inglés. Pasamos el control policiaco y después de tres horas de viaje en auto, llegamos a Terskol, poblado que fue nuestra base de operaciones para iniciar el ascenso al Elbrus.
Ruta de ascenso al Elbrus. Se ve el tractor y el camino que ayudan a algunos a llegar casi a la cima.
Aquí tuvimos el apoyo de nuestra amiga Luba Ivanova ya que nos consiguió un departamento barato en vez de pagar un hotel. Hubo que retomar la aclimatación, pues en Paris y Moscú viven a menos de 500 metros de altitud, eso para nosotros no es bueno, por lo que decidimos hacer algunos ascensos de aclimatación en los cerros cercanos.
Mientras, nuestra amiga ruso-mexicana Luba nos tramitaba los permisos de ascenso a la montaña. Ella fue también a ascender el Elbrus junto con otro mexicano de Zacatecas, Armando Navarrete Ulloa, así que tuvimos a alguien más con quien hablar en español. Pronto se convirtió en nuestro gran amigo.
El día del ascenso a la cumbre
Tramitado el permiso, nos dirigimos al teleférico que nos acercó a las faldas del Elbrus. Llevamos comida y equipo para seis días. Si el tiempo de esta montaña nos lo permitía seria suficientes para llegar a la cumbre.
Hicimos nuestro primer campamento en lo que se llama estación Mir (los barriles) a 3,800 metros aproximadamente. El tiempo se mantuvo estable.