El 10 de octubre de 1998 se emitía el primer número de este boletín electrónico que tenía como finalidad la información sobre cualquier tema de cultura de montaña y de la exploración. Este es el número doscientos. Dos centenares de números enviados gratuitamente a las cuentas de correo electrónico de más de 16 mil suscriptores.
La península de Baja California parece no envejecer. La sierra, el desierto y el mar siguen estando ahí desde siempre. Y una delgada línea que la cruza de norte a sur, hasta llegar al Finis Terrae, en Cabo San Lucas. Por esa línea transitó Everardo Barojas en su bicicleta por 1,940 kilómetros y encontró lo que se suele encontrar en un viaje así: a él mismo, pero redescubierto. Sin embargo, también se nota en su relato ese aire de viajero que descubre un antiguo mundo como nuevo.
En el 2005, encontraron en el valle del Diamir, al pie del Nanga Parbat, los restos de quien fuera en vida Günther Messner, el hermano menor y compañero de Reinhold Messner cuando subiera la pared del Rupal del Nanga Parbat en 1970. Durante años, Messner habló de su versión del ascenso a la cumbre y de las discrepancias entre el suyo y el de Félix Kuen y el mismo Herrligkoffer, pero no podía publicarlo debido a un contrato que firmó ante el jefe de la expedición en 1970.
La polémica no sólo se quedó en círculos pequeños, sino que fue un escándalo mayor encabezado contra Messner por los dos citados. Algo parecido a lo que ocurriera a Walter Bonatti con el primer ascenso al K2 en 1954 y que llegara a los tribunales constantemente hasta que dieran por buena la historia de Bonatti.
En el caso de Messner no hubo tanto tribunal. Lo que se necesitaba era la aparición del cuerpo de su hermano para autentificar que no lo había abandonado en la cumbre, como dijeran algunos. Y apareció. Reinhold Messner fue a la montaña y luego de que un científico confirmara que los huesos pertenecían a su hermano, incineraron todo para que no fuera objeto de exhibición, como lo fue con el cuerpo de Mallory. Messner lo sabía bien.
Con ello se terminaba la polémica con la balanza completamente del lado de Messner, pero ninguno de sus oponentes pidió disculpas.
Es por todo esto que quizá La montaña desnuda sea el libro más esperado de Messner. Hacía falta la historia desde su punto de vista. Aunque a lo largo de los años nos hemos acostumbrado a leer a un ideólogo, en este título el autor se presenta tal como era en 1970, lo mismo que a su hermano. Eso hace la lectura un poco rara, pero fluida. Se conoce a un Messner poco frecuente. Pero sobre todo, se conoce en toda su magnitud la gran travesía que tuvo que hacer desde la base de la montaña hasta el otro lado, pasando por su cumbre.
La primera vez que supe que habían subido a un ochomil por una pared y bajado por otra pensé que era una insensatez. Pero si a alguien no le había quedado claro el por qué, Messner incluye una cantidad de fotos desde muchos ángulos de la pared del Rupal y de la vertiente del Diamir. Así no queda duda de que su decisión fue la acertada.
Son 200 números y seguiremos informando a todos nuestros lectores de lo que acontece en el montañismo y la exploración.