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Montañismo y Exploración
106 días solo en el Atlántico

Solo en los miles de kilómetros que median entre las Islas Canarias y antigua, en el Caribe, dos puntos que se han convertido en principio y fin de quienes quieren cruzar a remo el Atlántico. Para Bhavik Gandhi se convertiría en una odisea convertirse en el primer asiático que lo lograra. Y lo hizo, al llegar a tierra el 14 de junio.







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A las 17:45 hora local, llevé mi embarcación hasta la bella playa arenosa de Antigua en la Punta Jabberwaki. Mi remada de tierra a tierra finalmente acabó.




Este mensaje lo emitió el 14 de junio Bhavik Gandhi, originario de la India, quien se propuso ser el primer asiático que cruzara el Atlántico a remo solo y sin asistencia. El mensaje tiene una gran satisfacción por haber cumplido su objetivo pero también mucho de alivio. Gandhi se encontró con la regla de que si algo puede ir mal, seguramente irá mal. A él le pasó.


Salida de las Islas Canarias


Partió a bordo de su embarcación Miss Olive el lunes 12 de febrero pero casi desde el principio tuvo problemas: vientos que no le dejaban avanzar y una vez que remó hasta deshacerse de ellos, se vio envuelto en otros vientos fuertes que hicieron que uno de los pernos que sostenían su timón, se aflojara. Terminó quitando el timón para no dañar la embarcación, pero se quedó prácticamente a merced de las corrientes marinas y de los vientos. Cada corrección que hacía le costaba mucho trabajo. “Es el doble de difícil”.


Varios días después se vio en una calma chicha, sin vientos ni casi movimiento del mar. “Iría más rápido caminando”. Y aunque no avanzaba mucho, pudo nadar junto a delfines. “La gente me pregunta ¿por qué? ¿Por qué cruzar el Atlántico en un bote a remo, sólo dos pies por encima del agua. Cómo me gustaría poder apuntar a días como este y decir “¡Este es el por qué!” Es imposible hacer justicia a los delfines con sólo ver las fotos. Son magníficas criaturas y parecidas al hombre. Este ha sido uno de los momentos más memorables del viaje. Todas las dificultades enfrentadas en tierra parecen poco precio por una experiencia como la de hoy.”


Miss Olive partiendo de las Islas Canarias


Días más tarde, descubrió que tres de los compartimientos de su bote hacían agua. La embarcación, en parte inundada y sin timón, se volvió aún más inestable. El exceso de humedad y la pintura clara del interior del bote le impedían localizar las fuentes de agua pero se las ingenió con pasta de dientes y tinta para hacer una especie de rastreador con el cual localizó las entradas y las selló con lo que pudo, incluyendo bolsas de plástico. Miss Olive, mientras tanto, era rastreado por satélite por si se necesitaba una acción de rescate.


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