Todo montañista tiene un comienzo y casi siempre lo queremos expresar de una forma u otra. Alfonso Vizán lo logra en esta narración donde no habla de la montaña, sino del hombre de ciudad que tiene una vida cotidiana y que se ve atraido por las alturas. Relato con una gran calidad literaria, es fascinante y un buen retrato de casi todos los montañistas.