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Montañismo y Exploración
Una travesía polar sin límites
31 mayo 2004

Enrique Alfaro, a los 27 años superó todas las barreras al recorrer el Polo Norte Geográfico, punto en donde se juntan todos los meridianos y único lugar en la Tierra en donde todas las direcciones apuntan hacia el sur. Recorrió 250 km a temperaturas de hasta 42 grados bajo cero en condiciones realmente peligrosas, con el objetivo de demostrar que no hay límites para alcanzar sus metas.







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David Galán


“La expedición al Polo Norte es un viaje único, caminar con esquís sobre agua congelada, a través de grietas tan profundas que no se aprecia el fondo y entre el choque de las placas de hielo, simplemente es una experiencia verdaderamente excepcional. Estar sobre el eje del Planeta se convierte en una leyenda que supera la imaginación; tienes que estar ahí para creer lo que estás viviendo”, comentó emocionado Enrique.


Su gusto por la aventura surgió a los 5 años de edad cuando vio una fotografía de los primeros hombres en llegar a la cima de la montaña más alta del mundo, el Everest, y actualmente dedica su vida a alcanzar el grand slam del montañismo, que son las siete cumbres continentales más altas. Hasta ahora tiene cinco, el Kilimanjaro en África, el Elbrus en Europa, el Aconcagua en Sudamérica, el MxKinley en Norteamérica y el Cho Oyu (sic!) en Asia, donde sufrió una bronconeumonía que se convirtió en asma.


Sólo con un espíritu fuerte, disciplina y perseverancia se pueden lograr los objetivos más ambiciosos y las cumbres más altas. Enrique ha demostrado que el asma, enfermedad que condenaba al que la padecía a una vida sedentaria, no ha sido obstáculo para conquistar sus metas: “Yo luché por recuperarme y controlar el asma y salí adelante, porque pienso que los límites sólo están en la mente. Una expedición como ésta te cambia la perspectiva, lamentalidad debe ser diferente, tienes que ser metódico y con buenos hábitos de conducta”.


Enrique reconoce que la retroalimentación que genera esta actividad es muy importante para su vida, el aprendizaje en cada una de sus expediciones es invaluable, pero en especial la soledad que se vive en estos lugares le permite valorarse a sí mismo, apreciar sus alcances y vencer sus miedos.


En su camino hacia la conquista de las siete sumbres continentales sólo le restan el Carstenz en IUndonesia, el Monte Vinson en la Antártica y el Monte Everest, para así alcanzar la cima del mundo.


Davidpalme (sic) transmite sus experiencias a niños mexicanos que sufren de problemas del asma y los motiva para que les sirva como un impulso para salir adelante: “Los límites te los pones tú mismo, por lo que cualquier sueño es alcanzable, sólo tienes que proponértelo y tener confianza en que lo lograrás”, conclusó el joven expedicionista.


Récord

Mayo 31 de 2004





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