LA GRAN CORDILLERA
Casi al mismo tiempo que surgiera el montañismo en México, la idea de ir a la cordillera más grande del planeta era una sueño para mucha gente. Incluso se llegó a hacer una sociedad Pro-Everest con el objeto de ascenderlo. Sin embargo, las ideas nunca fraguaron en algo concreto.
Después del ascenso del McKinley, la Asociación de Montañismo de la UNAM se dedicó a organizar en tiempo completo la expedición al Kangchengjunga Oeste, de 8,420 metros, pues había obtenido permiso de escalarla para la primavera de 1980. El esfuerzo era muy elevado y exigía a cada miembro de la expedición su tiempo completo. Como el trabajo de organización era excesivo, todos los miembros de la Asociación trabajaron con ellos hasta horas muy altas de la noche durante varias semanas aún a sabiendas de que ellos no irían. Veinticuatro personas fueron reconocidas como miembros activos de la expedición en la conferencia de prensa que se dio dos días antes de partir rumbo a Katmandú, el 3 de febrero de 1980.
Finalmente, la expedición sale rumbo a la cordillera. En el aeropuerto, mucha gente se reúne y comenta. Hugo Delgado, participante de la expedición, habría de recordar después:
Recuerdo el comentario de un montañista que había sido muy renombrado en 1970-1975 hecho justo antes de que partiéramos al Kangchenjunga: "No la van a hacer porque el mexicano no puede llegar a los ocho mil metros sin desplomarse: estamos desnutridos. Si los norteamericanos o los europeos que están bien alimentados , más corpulentos y altos, desfallecen, ¿qué pueden esperar los "chaparros" mexicanos?" [...] Muchas personas habían asegurado que ni siquiera se llegaría al campamento base, otros que no se sobrepasarían los siete mil metros.
El 4 de mayo de 1980, dos universitarios, Hugo Saldaña y Alfonso Medina, logran alcanzar la cumbre del Kangchenjunga Oeste superando con creces los pronósticos más optimistas pues Hugo asciende incluso sin oxígeno artificial. Sin embargo, no descienden de la montaña y el montañismo universitario se viste de luto por dos grandes compañeros que lograron un objetivo que habían hecho suyo, aunque todos habían compartido un poco de tiempo para lograr ese ascenso.
En 1981 se forma oficialmente el Grupo de Exploración y a partir de entonces las actividades de la Asociación se multiplican en diferentes medios. Las primeras exploraciones son en la Sierra Tarahumara, Chihuahua, y la Sierra de San Pedro Mártir, Baja California. Es en este año que el montañismo universitario da un paso más: la creación de la revista Montañismo y Exploración, un intento serio de difusión del montañismo que terminaría en 1984 porque no se podía mantener una revista y una escuela de montaña al mismo tiempo por los mismos participantes.
En 1982 el montañismo universitario regresa al Himalaya con la Expedición México-Polonia al K2 que intenta un primer ascenso por una ruta nueva. Sin embargo, sólo logran llegar a 8,200 metros, lo cual no es ningún fracaso tratándose de esa montaña.
Ese mismo año, Carlos Lazcano se convierte en el primer mexicano en descender a un sótano de más de mil metros de profundidad: la Sima Berger, en Francia. Para diciembre, Carlos Rangel realiza en solitario una exploración a la Sierra de San Pedro Mártir, por el Cañón La Providencia. "La montaña más difícil, por la ruta más difícil en el tiempo más difícil", fue el lema. El ascenso le toma siete días de escalada en roca granítica y, al final, en hielo y nieve.