Alejandro Flores. Toluca

Tenía un sueño y lo cumplió: tocar el cielo.

El pasado 17 de mayo, María del Carmen Peña Monroy alcanzó la cima del Everest, a pesar de las inclemencias, y carencias materiales y económicas, en casi 20 años de alpinista.

Aún se encuentra convaleciente de la trombosis y edema pulmonares que sufrió en el descenso de la montaña, y en la comodidad de su casa, con al apoyo de los familiares, espera una pronta recuperación, luego de que los primeros auxilios, al bajar, los recibió por teléfono satelital de médicos mexiquenses.

LA deportista nacida en la capital mexicana, ya piensa en el Grand Slam, es decir, alcanzar la cima de las montañas más altas de cada continente.

“Me siento orgullosa de poder ser la cuarta mujer latinoamericana en ascender el Everest. Además, mis antecesoras (Elsa Ávila, Karla Wheelock, Badía Bonilla) también hicieron un gran esfuerzo en realizar esta proeza, por lo que aún tengo la fortuna de continuar en busca de mayores logros”, detalló.

Peña es la única mexicana que [ha] subido las 10 montañas más altas de América, para lo cual todos sus gastos han salido de su bolsillo, y del de amigos y familiares.

“Cuando llegué sentí que el corazón se me iba a salir, no sabía si era por falta de oxígeno o por estar tan cerca de mi sueño, lo que sí puedo decir es que fue una emoción indescriptible”, relató.

Junto con ella, hicieron cumbre Jorge Hermosillo, Demetrio Carrasco y Javier Salazar, mientras Saúl Ledezma y Luz María Zamudio se quedaron en el camino. El grupo, que desembolsó 15 mil dólares por persona, no tuvo la ayuda de sherpas ante el elevado costo de sus servicios (de 10 a 15 mil dólares).

En cuanto sea autorizada, regresará al centro de Carlos Carsolio, donde es instructora, y ayudando a otros que esperan ver el mundo desde arriba.

Récord

Junio 13 de 2002