Daniel Contreras
Es por Valeria y para Valeria. La alpinista mexicana Karla Wheelock viajará en busca de la penúltima cumbre de las siete del grand slam. Se trata de Vinson, que tiene una altitud de 4,884 metros sobre el nivel del mar, pero la dificultad de la travesía la pone el clima, de menos de 48 grados centígrados.
La meta a alcanzar está en la Antártica, el lugar más frío del mundo, el lugar de nadie, de la paz y la ciencia, donde se localiza el hoyo en la capa de ozono.
Este viernes 22 de noviembre viajará la alpinista . Primero hará escala en Santiago, de Chile, donde habrá de tomar un avión C-130, mejor conocido como “Hércules”, los que utilizan los militares. Este saldrá en Punta Arenas y aterrizará en Patriot Hills, en Antártica Oriental.
Un avión bimotor, que aterriza sobre esquíes, la dejará en la cordillera Ellsworth para colocar el campamento base en el Vinson, a los 3,300 metros sobre el nivel medio del mar. Es decir estará a más de 78 grados de latitud sur, latitud similar a la del polo sur (sic).
Serán caminatas largas las cuales deberá realizar en esquíes, aunque ella prefiere llevar los zapatos especiales para arena, “pues no domino bien los esquíes y prefiero ir segura”.
De lograr el ascenso al punto más alto y difícil de la Antártica, Karla se convertirá en la primera latinoamericana en tocar esa cima y en una de las menos de 500 personas que han tocado la cumbre que fue abierta (sic) en 1973.
Serán días difíciles, reconoce la deportista, pues durante más de 10 días deberá dormir en un iglú, esperar un clima no tan adverso para escalar y caminar. Las estrellas no las podrá ver, pues el verano austral le impedirá ver los atardeceres que tanto le gusta, siempre habrá sol.
En la expedición no participará Iván Loredo, su instructor y esposo. “A él le toca una tarea más difícil… quedarse con la niña (Valeria) pero si no fuera así estaría más preocupada y difícilmente me concentraría”.
Karla hace una pausa para tomar aire y agrega: “Iván, además de prepararme me ha dado la fuerza y la confianza de seguir con el grand slam… Aún así tengo la cabeza en la montaña y el corazón en casa”.
La deportista abunda que la pequeña Valeria le da eso, valor para continuar y la voluntad de hacer bien las escalas(sic). “Ahora más que nunca debo regresar, tengo el compromiso de cuidar a mi hija, de hecho esta cumbre se la quiero dedicar a ella”.
De equipo especial, explicó, no llevará mucho solo unos lentes de cubierta de oro, “pues los ojos serán los más afectados debido al hoyo en la capa de ozono y el oro, una innovación en anteojos, reflejan perfectamente el sol e impiden se quemen las retinas de los ojos”.
Las cumbres del grand slam que ha alcanzado son: Aconcagua (6,962); Everest (8,859-sic); McKinley (6,200); Elbrus (5,642) y el Kilimanjaro (5,900). Le faltan el Vinson y el Carstenz en Indonesia y el cual espera alcanzar en julio de 2003.
Heraldo
Noviembre 14 de 2002