Uso y conservación de la mochila
1 marzo 2001
No importa qué tipo de deporte de montaña se practique, la mochila está presente en cada uno de los que vamos a ella pero si bien se cuidan con mucho esmero las cuerdas, ¿por qué no hacerlo con la mochila?
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Los siguientes pasos te asegurarán la máxima comodidad:
1. Afloja todas las correas de la mochila y abrocha la de la cintura para encajar firmemente la cadera. La correa de la cintura está diseñada y sujetada anatómicamente, de tal modo que se creen unos pocos grados de rotación que acompañan el movimiento natural de caminar.
2. Aprieta las correas de los hombros y las correas stabilizadoras situadas más arriba, hasta que la mochila se sienta cómoda. Las correas estabilizadoras pueden ser ajustadas durante la marcha para ajustarse al ángulo del terreno: apriétalas en los descensos y para la máxima estabilidad; aflójalas cuesta arriba. Las correas de los hombros están diseñadas para curvarse alrededor de los hombros, lo que reduce el esfuerzo de los músculos del cuello y hombros.
3. Aprieta los estabilizadores de la cadera para ajustarlos.
4. Ajusta la correa elástica del pecho para una máxima comodidad.
Las correas compresoras hacen muy versátil tu mochila, porque se puede modificar el volumen para ajustarse a cualquier actividad. Apretando las correas puedes convertir una mochila grande en una de paseo. Muchas mochilas también tienen un sistema de división interna que permiten organizar la carga. Este sistema es removible y puedes escoger entre una mochila con uno o dos compartimientos.
MANTENIMIENTO
Guarda siempre tu mochila en un lugar seco y bien ventilado. Deja secar el lodo y la suciedad antes de removerlos con un cepillado suave. El aceite y las manchas pueden ser removidas con un limpiador a base de jabón neutro y restregando suavemente. Los solventes y el agua de mar deben ser removidos enjuagando con agua limpia.
Los detergentes y las máquinas de lavar pueden dañar la cobertura impermeabilizante del tejido.
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