El 9 de febrero de 1971, seis estudiantes nos reuníamos en casa de uno de nosotros y fundábamos lo que ahora se llama Asociación de Montañismo y Exploración de la UNAM. De eso hace ya tres décadas y el número de integrantes ha crecido de esa cantidad inicial hasta más de 400 activos hoy en día, sin contar con todos aquellos que se han formado con nosotros y que han tomado su camino. Treinta años no es poca cosa, sobre todo teniendo presente a las personas que realizaron en su tiempo los eventos deportivos que suman más de cien expediciones en treinta años. En un principio queríamos llegar a la cumbre o escalar una pared (entonces sólo teníamos esas metas). No hemos envejecido en ese aspecto.

Hoy no somos el primigenio Club de Alpinismo Universitario, y vamos más allá de la montaña y la roca: vamos a desiertos, a cavernas, a selvas, a ríos, a mares, a cordilleras y adonde "haya que ir" de acuerdo a los retos que nosotros mismos nos impongamos. Pero a pesar de estar orgullosos, no nos vanagloriamos de ellas porque siempre tenemos en mente una expedición más.

Desde este espacio quiero recordar a todos aquellos que han hecho posible que el montañismo universitario haya crecido con tal fuerza, desde los estudiantes universitarios, los instructores que fundaron la Escuela de Montañismo e incluso las autoridades que nos apoyaron decididamente cuando supieron que podían contar con un deporte organizado.

Pero más que nada, treinta años me deja sin aliento porque es más que la edad promedio de nuestros integrantes. ¿Hasta dónde podremos llegar?