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Montañismo y Exploración
MI ENTREVISTA DE HOY
1 octubre 2001

Todos conocen a Alfredo Izunza, el "Changuito". Más de un alpinista ha recibido de este popular socio del Tequitépetl algún favor o ayuda en la montaña, y es que él es así: amable, desprendido y de una simpatía arrolladora. Así …







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Todos conocen a Alfredo Izunza, el "Changuito". Más
de un alpinista ha recibido de este popular socio del Tequitépetl
algún favor o ayuda en la montaña, y es que él
es así: amable, desprendido y de una simpatía
arrolladora. Así que, ¿quién mejor para
la primera entrevista del año?

Encuentro al Changuito en el local de su Club, me recibe con
un fuerte abrazo haciéndome pasar y prestándome
a sus compañeros.

Me ofrece un cigarrillo y le suelto mi primera pregunta.

—¿Mi vida deportiva? Bueno, pues en primer lugar quiero
que sepas que me siento satisfecho de la trayectoria que he
seguido. Desde cuando en la Escuela Primaria empecé a
boxear hasta la fecha en que el excursionismo es mi único
deporte. Hablándote con franqueza, nunca creí
llegar a ser un fanático del alpinismo, pero fue por culpa del box.

—¿Por culpa del box?

—Sí, verás cómo sucedió la cosa.
Era yo un chamaco de esos atravesados, con cualquiera de mi
escuela me liaba a golpes y de ahí nació mi afición
a deporte de "enchuecarse la nariz". En mi escuela
tenía por compañero a un muchacho que ya jugaba
box y que más tarde fue ampliamente conocido, el "Gallito"
Ramírez, y fue él quien me animó a seguir
dando y recibiendo "trancazos", siendo así
como llegué a pelear el campeonato mosca de la República
en la rama amateur, con Luis Reyes, para entonces era mi pelea
número 51. ¡Si vieras cómo me dolió
esa derrota!, y es que de los 51 pleitos solamente esa pelea
perdí. Seguí peleando y logré llegar a
ser campeón mosca de la Compañía de Luz
y del Club de Policía, y una de mis más grandes
satisfacciones jugar la eliminatoria para representar a México
en la Olimpiada de Ámsterdam, pero tuve que operarme
de urgencia, por lo que suspendí temporalmente mi carrera boxística.

—Ejem... bueno Changuito, pero ¿quieres decirme cuando
intervino el box en tu vida de excursionista?

—Hombre, de veras, ya se me estaba olvidando, pero es que tú
sabes, manito, recordar es vivir. Pues bien, cuando yo boxeaba...
Espera, ahora si va lo que preguntas... Te decía que
yo veía que otros boxeadores se entrenaban saliendo al
campo y comencé a visitar el Desierto de los Leones,
el Ajusco, la Acoconetla, y de ahí para adelante me fui
dedicando cada vez más a la montaña, y poco a
poco dejé el box, primero por la dichosa operación
del apéndice y más tarde por el cariño
tan grande que se despertó en mí por el monte.

—¿A cuántos clubes has pertenecido?

—Únicamente al Tequitépetl —me dice orgullosamente,
y agrega—, en él aprendí a excursionar y no creo
salir nunca de él, ¡vaya, ni aunque me corran!
—y suelta una franca risotada a tiempo que se le pierden sus
pequeños ojos—. Antes del año de 1935, que fue
cuando me hice socio del Tequitépetl excursioné
solo, en aquel entonces se me conocía por el "Cocodrilo",
pero a mi regreso al Club se olvidaron del "cocodrilo"
y nació el "Changuito".

—¿Y qué me cuentas de tus andanzas en el excursionismo?

—Pues he subido a los tres volcanes, Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Pico de Orizaba, muchas veces logrando conquistar la medalla
por trilogía de volcanes, amén de otras menciones
y diplomas por ascensiones a más de 5,000 mts. Ahora,
en lo relativo a roca también he logrado algunos escalamientos,
por cierto que cuando yo di principio a mis escalamientos fue
en los Frailes de Actopan, y por un verdadero milagro no me
maté, pues sucedió que entonces yo era presidente
de mi Club, y teniendo el deseo de abarcar esta fase del alpinismo
nos llegamos a los Frailes, acompañados de un socio de
otro club, cuyo nombre no viene al caso, que dragoneaba de gran
escalador y dio principio el escalamiento por el cañón
que lleva a la repisa en donde se inicia la escalada de la pared
que lleva a los hombros del Fraile, pero sucedió que
uno de los compañeros que llegó primero a la repisa
se cansó de esperar al total del grupo y sin tomar ninguna
precaución principió a subir y subir, llegando
hasta los hombros, pero entonces comenzó a lloviznar
y a soplar un viento bastante frío, y este imprudente
muchacho no podía bajar, pues no había llevado
ningún cable consigo, y aquí fue lo bueno, nuestro
instructor se negó a subir alegando el viento, la lluvia
y qué sé yo, mientras el que estaba arriba sufría
bastante con el cambio de temperatura, ¡no era cosa de
dejarlo abandonado!, así que yo, con mis casi nulos conocimientos
en roca, empecé a subir, y créeme, casi me mato
al llegar, el frío me tenía aterido, los dedos
los movía más que nada por conservación
propia y la lluvia había puesto esa pared más
resbaladiza que el jabón., al menos así me pareció.
Ya por fin llegué, muerto de frío, le di a mi
compañero el cable para sujetarlo y poder bajar, y mientras
el desempeñaba la tarea yo me quise seguir arriba por
un cable que habían dejado pendiente, cuando se safa
una clavija y... bueno, sólo Dios sabe como no me maté.

—Changuito, tocando el tema de los que ya "mero se matan"
me han platicado que muchos montañistas siguen viviendo gracias a ti.

—Hombre, no es para tanto, cierto que he salvado a algunos
compañeros excursionistas, pero de ahí a que sean
muchos... Bueno, si vieras que en verdad me siento contento
de haberlos ayudado, además, que creo yo es una obligación
moral que tenemos todos los montañistas, ayudar al compañero,
aún a costa de nuestra propia vida.

—¿Quieres decirme qué puestos de importancia
has ocupado?

—En mi club he sido presidente varias veces, lo mismo que he
tenido a mi cargo diversas secretarías, he sido representante
ante la Federación de Excursionismo y tuve la satisfacción
de que me eligiesen Presidente de la Asociación de Excursionismo,
Alpinismo y Exploraciones del D.F., habiendo logrado durante
mi periodo el principio del sueño de todos los excursionistas,
la unificación de los clubes, pues en aquella época,
como nunca, había gran desconcierto, y para mi satisfacción
pude lograr el reingreso a la Asociación del Club Sindicato
Mexicano de Electricistas, del Cardenales, del Club Tacaná,
del Weston y de otros muchos que escapan a mi memoria.

—¿Y qué es lo que te gusta del trabajo que desarrollas?

—En primer lugar el poderme contar entre los que trabajamos
con el grupo de Exploradores "Prof. Rodolfo Menéndez"
de la Escuela del mismo nombre, del que es jefe y organizador
el Dr. Santiago Ramírez Galicia, y en donde están
como instructores hombres de tanto valer como el Lic. José
Muñoz Ayala, y el Dr. Juan Antonio López, lo mismo
que el Ing. Aurelio Espinosa.

Y es así como termino mi plática con este fantástico
"Changuito", a quien todos quieren por sus cualidades
que lo han hecho acreedor de esta estimación general.
"Oye", me dice a guisa de despedida, "olvidé
decirte que me siento orgulloso de poseer la Cruz de Malta,
que es el símbolo de pureza para los muchachos del Club
Círculo de Monterrey, y a la que haré honor siempre."


© Alpinismo, revista mensual. Tomo 2, número
16, enero 16 de 1951. Páginas 29-30.





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MI ENTREVISTA DE HOY
1 septiembre 2001

MARÍA LUISA FABILA Conocí a Maria Luisa Fabila en ocasión de la entrada del Club Ánfora al Círculo Alpino, entonces Asociación Alpina del D.F. y desde entonces, año de 1941, fué considerada como una buena compañera y mejor alpinista. La …







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MARÍA LUISA FABILA



Conocí a Maria Luisa Fabila en ocasión de la
entrada del Club Ánfora al Círculo Alpino, entonces
Asociación Alpina del D.F. y desde entonces, año
de 1941, fué considerada como una buena compañera
y mejor alpinista. La "Bicha" Fabila como cariñosamente
la llamamos todos sus amigos, siempre ha sido una buena deportista.
Es el tipo de mujer que logra triunfos en cualquier deporte
al que se dedique.

Cuando jovencita, practicó la natación dentro
del equipo de la Fundación Mier y Pesado sacando un
primer lugar en clavados y más tarde ocupó un
tercero en 100 mts. nado libre con motivo de una competencia
interescolar. El volley-ball también lo domina y alcanzó
meritorios triunfos jugando con el equipo de su escuela. Su
misma inquietud la llevó a jugar basquet-ball y fué
con el equipo Ciudad de México con el que alcanzó
el campeonato de 2º Fuerza de Distrito Federal. La "Bicha"
llevaba hechuras de gran básquet bolista fué
solicitada para jugar con equipos de primera fuerza pero leal
a los colores que defendía no quiso salir de su equipo
para no romper la armonía de éste a quien había
llevado junto con sus compañeras a la conquista del
título de Campeón del Distrito.

Pero... nunca falta un pero... No faltó quien la invitara
a salir de excursión y entonces fué cuando el
deporte de las canastas perdió un magnífico
prospecto pero en cambio el excursionismo contó con
una muchacha con un corazón más grande que una
casa.

Han pasado 9 años desde que la Bicha comenzara a gustar
del deporte de los estoperoles y en ese tiempo ha logrado
un récord fantástico, pues muy pocos montañistas,
aún de los que se dicen estrellas, pueden igualarlo.

—Yo creo que mi afición a la montaña es
hereditaria —me platica la Bicha— pues mi padre gustaba mucho
del campo y de la cacería, y es por esto que cuando
estuve en contacto con la naturaleza me di cuenta que éste
sí era en verdad "mi deporte". Claro que
paso por muchas dificultades para practicarlo, pues no siempre
tengo lo suficiente para sufragar los gastos que ocasiona,
pero para mi suerte, tengo buenos amigos que me han venido
ayudando, como por ejemplo, todos mis compañeros de
Club y en forma particular, Facundo Vázquez, quien
fuera hace algunos años presidente de mi Club.

—¿Recuerdas cuál fué tu primera excursión?

—Sí, ¡cómo olvidarla! La primera excursión
que hice fué al Ajusco y después de ésta
hice mi primera ascensión al Popocatépetl, esa
vez llegué a la cumbre gracias a la ayuda y consejos
del "Gato" Márquez, pues me puse muy enferma,
por cierto que ya de regreso, en Tlamacaz, juré no
volver ¡ya te darás cuenta cómo me sentía!

—Dime Bicha, ¿cuántas ascensiones completas
has logrado a los volcanes?

—Hum... pues verás... mira, permíteme ver en
mi diario de excursiones, pues recordar las veces que he subido
a la cumbre sin consultar esta libreta no podría y
te diría una mentira.

Y mientras me está platicando empieza a hojear su
diario, para después de un rato decirme: 72 veces repartidas
entre el Popo, el Iztaccíhuatl y Pico de Orizaba. En
estas ascensiones cuento también con 9 dobles recorridos
al Iztaccíhuatl, habiéndome fallado dos por
haber sido imposible pasar la grieta del cuello.

—Si mal no recuerdo, también bajaste una vez sola
al fondo del cráter del Popo, ¿qué puedes
platicarme de esto?

—Pues verás, en aquel tiempo el Club España
tenía establecido un certamen al "Mérito
Montañista", y como yo tomaría parte de
este certamen para mejorar mi récord, los muchachos
de mi Club me acompañaron hasta el borde del cráter,
en donde tendieron los cables e hice el descenso a rapel,
pero eso sí, con cable de seguridad, pues yo nunca
bajo el rappel sin esta precaución. Por cierto que
esta vez la vi muy negra cuando me subieron, pues por falta
de conocimientos en nudos o por el agotamiento que tenía
o... ve a saber por qué causas, no me hice el nudo
apropiado y cuando me iban subiendo, el nudo se empezó
a correr y casi llegué asfixiada al borde del cráter,
pues aunque al principio grité para que me bajaran
ya después ni fuerzas tuve para gritar, claro es que
los muchachos no pudieron escuchar mis primeras llamadas de
auxilio. Pero a Dios gracias todo salió bien.

—¿Y nada más esa ocasión bajaste al
cráter?

—No, también he bajado con el Club Tláloc y
con el Exploraciones de México, pero no hemos utilizado
el rappel sino el sistema de canastilla y la escala. También
con el Tláloc bajé al cráter del Pico
de Orizaba.

—¿Y qué, del certamen de la Medalla Nacional al Mérito Montañista, que había establecido el [Club] España?

—Pues que tuve la satisfacción más grande de
mi vida cuando me entregaron la medalla correspondiente a
las mujeres, esa noche de la entrega de premios, me sentía
extraña como si anduviera sobre algodones, y es que
me encontraba extremadamente emocionada. Mi medalla la guardo
como una reliquia, como algo sagrado.

—¿Cuántas rocas has escalado?

—Ninguna he subido o mejor dicho me han subido a la mayor
parte de ellas, pues conozco el Zorro, Los Frailes, el Conejo...
en fin, que solamente no he subido al Colmillo, el Crestón
y unas dos o tres más. Pero como te digo, siempre me
han ayudado con el cable de seguridad, nunca he escalado una
roca sin esta ayuda y es que en verdad es imponente el ir
subiendo de primero en un escalamiento y francamente me da
miedo. En cambio a la montaña y a los ríos subterráneos
siempre voy muy tranquila, sin miedo, pero no creas que en
estos lugares no lo he sentido, claro que sí, como
por ejemplo la vez que hicimos el recorrido de los ríos
Chontalcoatlán y San Jerónimo, uno a continuación
del otro, nada más que este último contra corriente.
Recuerdo que esa vez fui con el España, y como lo hicimos
en el mes de mayo, el San Jerónimo ya traía
bastante agua, cosa que nos dificultaba mucho el paso de los
"rápidos" y ¡cómo sufrí!
Pero gracias a la ayuda de los muchachos del España
terminé felizmente esta maravillosa excursión.

—¿Nunca has sufrido ningún accidente?

—En la práctica de las excursiones, nunca, y esto
lo atribuyo a que soy muy precavida y más que nada
a que obedezco siempre a los guías y sigo siempre los
consejos que me han dado grandes alpinistas como Roberto Mangas,
Miguel Costa, Federico Espinosa y otros muchos que sería
largo enumerar, pero quiero aprovechar ahora las páginas
de Alpinismo para agradecerles a todos los excursionistas
y montañistas la simpatía con que siempre me
han visto, pues cada vez que me he acercado a alguno para
pedirle consejo me lo han dado sin ninguna objeción.

—¿Y qué opinas de lo que se dice acerca de
la casi segura intervención de nuestros montañistas
en los Juegos Deportivos Panamericanos que se celebrarán
en Buenos Aires, tú quién crees que debiera ir?

—En primer lugar, como montañista y como mexicana,
me siento orgullosa de que nuestro deporte mande una representación,
pero en el otro, en quién debiera ir, no podría
contestarte con toda seguridad, soy la menos indicada para
contestar esa pregunta, pues tenemos tantos, así, tan
buenos montañistas, que sería injusto decir
nombres, pues no menos de 50 montañistas pueden representarnos
dignamente. Pero eso sí te digo, sea quienes sean los
escogidos, tenemos la obligación de alentarlos para
que nuestro deporte vuelva a poner muy en alto el nombre de
México como lo hicieron los muchachos que conquistaron
esas temibles montañas que son el Aconcagua y el Chimborazo.


© Alpinismo, revista mensual. Tomo 2, número
15, diciembre 16 de 1950. Páginas 29-31.





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MI ENTREVISTA DE HOY
15 agosto 2001

Hace un año que venimos presentando n esta sección a los más destacados valores del Montañismo Nacional. Por estas páginas han desfilado personalidades como los Costa, Ortiz, García Juárez, etc. etc. Y, hace un año que vienen preguntando nuestros lectores …







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Hace un año que venimos presentando n esta sección a los más destacados valores del Montañismo Nacional. Por estas páginas han desfilado personalidades como los Costa, Ortiz, García Juárez, etc. etc. Y, hace un año que vienen preguntando nuestros lectores el porqué Alpinismo no entrevistaba a Roberto Mangas. Pues bien, en este nuestro Primer Aniversario, al que llegamos llenos de optimismo, esta sección se complace en presentar al máximo exponente del Alpinismo Mexicano, a nuestro amigo y colaborador Roberto Mangas Alfaro.

Roberto Mangas tiene un historial único dentro de nuestro
deporte y sería necesario un grueso volumen para poder
relatar sus andanzas en nuestras montañas pues además
de ser el primer montañista que descendió al cráter
del Citlaltépetl y abrió nuevas rutas en distintas
ascensiones fue también el primer montañista que
tuvo la satisfacción de contar en su record la ascensión
número cien a nuestros volcanes (en la actualidad pasan
ya de las 150 veces que su pie ha hollado la cumbre de las montañas
nevadas de nuestra república) y logró en beneficio
del Alpinismo Nacional, que un sueño que acariciaba por
largos años, fuese realidad:

¡La conquista del Aconcagua!

Su vida deportiva no tratamos de relatarla pues su actividad
dentro de nuestro deporte es ampliamente conocida por propios
y extraños y fue por esta razón que el periódico
La Afición y la Cía. De Cigarros El �guila
en una encuesta pública lo proclamó el mejor y
más completo montañista mexicano durante los últimos
50 años ¡tal honor para tal señor! [Nota
de CR: Hay que recordar que el montañismo organizado
en México empieza en 1922].

Llego a su despacho y después de una cordial acogida
nos enfrascamos en pláticas de montaña y es que
ahí, pudiéramos decir que es tema obligado pues
su inmensa afición y el cariño que tiene para
el alpinismo hace que su entusiasmo se desborde a cada instante.

Le pido que conteste a varias preguntas que a nombre de Alpinismo
vengo a hacerle y, esbozando esa su sonrisa tan característica,
acepta amablemente.

�¿Quieres decirme qué opinas acerca de
la organización del excursionismo?

�Falta mucho para que la organización total sea una realidad.
Tenemos por lo menos un centenar de clubes, que operan fuera
de la Federación, la Liga Obrera, la L.I.Z.E, la Unión,
etc., y no aceptan estar subordinados a una sola dirección.
Ahora bien, no creo que las agrupaciones antes mencionadas
lleguen a fusionarse, pues sus dirigentes no lo permiten.
¿Las razones? Es obvio comentarlas.

�¿Qué opinas de las expediciones al extranjero?

Â?Las expediciones al Aconcagua, Chimborazo y principales cumbres
de Suiza, han prestigiado enormemente al montañismo Mexicano,
sacándolo de la humildad y rutina en que se encontraba.
El apoyo oficial fué brazo fuerte para llevarlas a cabo,
pero sin la tenacidad de Constanzo Rodríguez, Rafael
A. Loyo y la afición y cariño a la montaña
de los Dres. Luis Méndez y Chávez Max, nunca se
hubieran logrado. Ellos han sido un ejemplo que debemos continuar.

�¿Se ha discutido mucho sobre la capacidad de nuestros
montañistas, puedes darnos tu manera de pensar sobre
este punto?

Â?Los alpinistas mexicanos son superiores a los Sudamericanos.
En Chile, Argentina, y en Ecuador, no obstante las maravillosas
montañas con que cuentan no tienen la misma afición
y preparación que tenemos en México. Allá
el Ski, es el preferido, existen magníficas pistas, funiculares
y grandes hoteles en la cordillera. En las Competencias Olímpicas,
han destacado entre los mejores esquiadores del mundo, pero
el deporte de alta montaña, se practica en muy poca escala:
les parece increíble que aquí se hagan ascensiones
en un solo día a montañas de 5,500 metros de altura
sin previo estacionamiento de aclimatación, cosa que
para nosotros es innecesario, y que ellos consideran indispensable.
Si México tuviera las montañas que tiene la Cordillera
de los Andes, sería uno de los primeros países
que cultivara el verdadero alpinismo de altura.

Â?Siempre es apasionante hablar sobre la historia de algo o
de alguien, así que, ¿Qué me dices sobre
la historia de nuestro montañismo?

Â?Este es un tema amplio para comentarse, tiene pasajes tan
heroicos, que se ocuparían muchos libros para hablar
de ellos, sin embargo, mencionaremos las hazañas más
gloriosas de aquellos hombres, que hace 25 años abrieron
en nuestros volcanes las rutas que hoy seguimos; disponían
de un equipo deficiente, comparado con el que ahora empleamos,
y se trasladaban hasta ellos haciendo caminatas por las sierras,
casi sin vereda, en esas condiciones se efectuaron por vez
primera las circunvalaciones a los cráteres del Pico
de Orizaba y Popocatépetl, así como los primeros
descensos a los mismos, los recorridos por el Ixtaccíhuatl
[sic] las pernoctadas en las cumbres más altas, con
carpas de lona mal fabricadas. En iguales circunstancias y
careciendo en absoluto de técnica, se efectuaron los
primeros escalamientos a rocas como los Ã?rganos de
Actopan, las Peñas Cargadas y otras; las primeras prácticas
de descenso en rappel, allá en 1935, cuando llegó
a nuestras manos el primer libro de Alpinismo, editado en
Italia y que fué nuestro maestro, y como éstas,
tantas otras cosas que podríamos hablar. Por ello es
que la figura de Francisco Soto,
pionero incansable, maestro de generaciones, sobresale a grandes
rasgos en la Historia del Montañismo Mexicano, así
como el Grupo Peteretes, el Cuerpo Alpinista, el Sierra Club,
el Expedicionario del Deportivo Internacional, el Grupo Trece,
el Club Coyotes, y sobre todo el Club Exploraciones de México,
cantera inagotable de grandes valores deportivos.

�¿A quién consideras tú como los mejores
alpinistas nuestros en la actualidad?

�Esta es una pregunta que no debería contestar, ya que
por varios meses he permanecido alejado, si no de mis actividades
deportivas, sí de clubes y grupos excursionistas. Sé
que han surgido muchos jóvenes entusiastas y bien preparados,
pero de todas maneras, siguen en la brega hombres como Agustín
Hernández, Moisés �brego, Adolfo Soto,
Eduardo San Vicente, Guillermo García, Eduardo de María
y Campos, Alberto Levario, Roberto García Járez,
los hermanos Palomé Romo, Sandí, Luis Méndez,
Paco Rul, Enrique Urrutia, Herlindo Núñez, los
hermanos Costa, esa pareja conocida como los "charros de
Pachuca", y tantos otros que sería largo enumerar,
y que tienen la capacidad y la experiencia suficientes para
acometer cualquier empresa por difícil que sea; debo
decirte además, que dentro de los pequeños grupos
independientes, existen muchachos perfectamente preparados,
que su humildad y desorganizació, no ha permitido conocerlos
de cerca.

�¿Por qué siendo Presidente del Club de Exploraciones
de México, no hiciste lo posible para que dicho grupo
entrara en el seno de la Federación?

�Esta idea ha sido durante muchos años tema de discusión
dentro del Exploraciones, sin llegar a un acuerdo definido.
Su organización tanto social como deportiva es perfecta,
y por ello se piensa que no se necesita pertenecer a la Federación.
Ahora bien, siendo yo presidente, mis simpatías eran
en el sentido de que debería afiliarse a ella, sin embargo,
no lo consentí, ya que el presidente está regido
por una directiva, y ésta a su vez por una asamblea de
socios, entre quienes no encuentra eco la idea de federarse.
No quiero decir con ello que en el Exploraciones exista antagonismo
por la Federación y demás agrupaciones organizadas,
por el contrario, tiene como norma la amistad y la comprensión
entre todos los montañistas.

�¿Y qué me dices del accidente que sufrió
Agustín Velázquez en la Expedición al Aconcagua,
y a resultas del cual le amputaron los cinco dedos del pie derecho,
se dijo mucho que tú habías sido el culpable?

Â?Creo en lo particular, que esto, aparte de ser risible, es
ridículo, y así como lo digo yo, lo comenta el
mismo Agustín Velázquez y todos los integrantes
de la Expedición al Aconcagua, salvo una sola excepción.
El Aconcagua tiene una historia de accidentes que espanta. De
las 30 ascensiones que hasta 1938 se efectuaron, rara era la
que regresaba limpia de tragedia; son catorce los muertos que
han caído en su intento de alcanzar la cumbre, y más
de 25 los que sufren la amputación de algunos de sus
miembros. Si esto se dice del accidente de Tolongo que no deja
de ser desgraciado, ¿qué se habría dicho
si hubiéramos traído algún cadáver?
Si aquí en México, en montañas mucho más
fáciles y de menor altura, se registra un promedio de
10 accidentes al año, ¿qué puede esperarse
de uan que sobrepasa a los 7,000 metros? Y yo pregunto, ¿a
quién culpamos de éstas muertes?

�¿A qué club perteneces en la actualidad?

�A ninguno oficialmente. Durante 20 años fui socio del
Club de Exploraciones de México, en él viví
los mejores años de mi vida y conseguí las satisfacciones
deportivas más caras, estoy elajado de él por
motivos meramente personales, pero no perteneceré a otro
Club que no sea el Exploraciones de México. Varios clubes
me han nombrado socio honorario, entre ellos el Ixta-Popo, el
Everest y el Grupo Peteretes, al que con nada pagaré
los favores que me ha dispensado y por el que siento gran cariño.

�¿Qué opinas de la revista Alpinismo?

�Me parece bastante buena mientras no dé cabida
en sus páginas a desahogos personales que tanto perjudican
y convierten al excursionismo, en vecindad en que las comadres
hacen de las suyas en los lavaderos, en vez que una gran familia
unida que es lo que debe ser.


© Alpinismo, revista mensual. Tomo 2, número
13, octubre 14 de 1950. Páginas 49-51.





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MI ENTREVISTA DE HOY
1 julio 2001

Fué en el mes de Febrero de 1948 cuando todos los montañistas andábamos con los nervios de “punta” y no era para menos. México, representado por un grupo de capacitados alpinistas se había impuesto la tarea de la conquista de …







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Fué en el mes de Febrero de 1948 cuando todos los montañistas
andábamos con los nervios de "punta" y no era
para menos. México, representado por un grupo de capacitados
alpinistas se había impuesto la tarea de la conquista
de la montaña más alta de América: El Aconcagua,
con sus 7035 m.s.m se levanta desafiante cerca de la frontera
Chileno-Argentina.

Nuestras preguntas siempre estaban encaminadas al: "¿Dónde
estarán? ¿Ya saldrían de Puente de Inca?
¿Ya empezarían el ataque a la montaña?"...
Cuando una noche por medio del radio tuvimos la noticia que
muchos esperábamos y deseábamos: México
había conquistado el Aconcagua.

Esa noche para nosotros, los montañistas, fué
una noche de fiesta, de satisfacción y orgullo. Nuestros
muchachos se habían impuesto al coloso de los Andes.
Pero, ¿quiénes habían sido los conquistadores?

Pronto tuvo respuesta nuestra pregunta, cuatro de nuestros
representantes habían sido los que pisaron la cumbre
más alta de América. Soto, Vázquez el "Tolongo",
García Juárez y Luna... Y es a uno de este grupo
de valientes a quien Alpinismo se acerca con el fin de
charlar con él y así ustedes conozcan la trayectoria
de su vida deportiva.

�Nací en el estado de Guanajuato. Principia diciendo
Roberto García Juárez, y desde muy pequeño
fuí afecto a toda clase de deportes, pues he jugado Foot
Ball, lo mismo que he patinado y practicado el Ciclismo y la
Natación y en fin... todo lo que sea deporte lo practico
con gusto.

Empecé a excursionar a la edad de 9 años, mis
primeras salidas fueron al Sn. Miguel, Ajusco y... todos los
cerros cercanos. Más tarde nos llamó la atención
la montaña nevada y ahí tuve la oportunidad de
conocer a Roberto Mangas; al hablarte de que nos "llamó
la atención", es debido a que yo había formado
un pequeño grupo de amigos con los que salía domingo
a domingo, como te decía, entonces conocí a Mangas
y a su grupo y nació entre nosotros, no una rivalidad
sino el deseo de superación de grupo a grupo. Así
es que cuando nosotros sabíamos que ellos habían
logrado algún objetivo, tratábamos por todos los
medios de superarlos y viceversa.

�No, nosotros no llegamos a formar ningún Club,
pues como te digo, solamente excursionábamos por el deseo
de aprender o mejor dicho de poner en práctica todo lo
que leía en revistas y libros sobre alpinismo. Y no fué
sino hasta el año de 1936 cuando a invitación
de Mangas pasé a formar parte activa de un Club, el Exploraciones
de México. En aquel entonces dentro del Exploraciones
se formó el grupo Gavilla que más tarde se salió
del Club y fué en esa forma como fuí uno de los
fundadores de Gavilla.

Hacemos un pequeño paréntesis para encender un
cigarrillo y García Juárez prosigue platicándome
de cuando formó parte del Himalaya y en el que tuvo como
compañeros de Club a grandes montañistas como:
Panchito Bravo, Alfonso Tirado, Pancho Avila y tantos otros.

�No podría decirte con exactitud las veces que
he coronado con el éxito la ascensión a nuestros
volcanes, pero no creo andar muy lejos de la verdad al decirte
que son alrededor de 216 veces las que he llegado a la cumbre
de nuestras montañas nevadas. Mira, yo tenía una
costumbre y era que cada vez que "hacía" un
volcán ponia una raya en el mango de mi piolet, pero
en una ocasión que tuve que salir a los E.U.A. regalé
mi piolet a un viejo amigo y éste prefirió quitarle
el mango marcado y ponerle uno nuevo. Pues bien, cuando eso
sucedió, yo en el mango de mi piolet llevaba marcadas
160 ascensiones.

�Sí, también me ha gustado el escalamiento
en roca y creo haber ya subido a todas con excepción
del Zorro, la Garra y el Crestón. [Se refiere a las peñas
que por entonces tenían vías abiertas en la sierra
de Pachuca, Hidalgo.] En total cuento con 96 escalamientos,
habiendo sido primero de cuerda 60 veces.

�¿Qué es lo que puedes contarme de la conquista
del Aconcagua?; mi pregunta le hace esbozar una sonrisa de satisfacción
y mientras ordena sus recuerdos encendemos otro cigarrillo.

�En primer lugar te diré que lo del Aconcagua era
ya un proyecto de muchos años y que nació en el
Club Alpino Mexicano el año de 1937. Entonces éramos
compañeros: [Eduardo] San Vicente, Salgado Hernández,
Ricardo Mancera, Juan Briones, Roberto Mangas, Levario, Tablada
y otros más que sería largo enumerar. Pues bien,
entonces nació en nosotros la idea de la conquista del
Chimborazo y cuando estudiábamos la parte económica
resolvimos que era mejor de una buena vez conseguir el dinero
para el viaje hasta la Argentina, con el fin de tratar de vencer
al Aconcagua. Salgado Hernández tuvo a su cargo el estudio
correspondiente al equipo y a mí me tocó el Estudio
Técnico de la montaña. No pudimos lograr nada
pues el viaje nos costaba en aquella ocasión $35,000
pesos y Educación Física tenía tan sólo
un presupuesto de $11,000 pesos.

�¿Qué cuál reacción tuve una
vez conquistado el Aconcagua? Fué una serie de emociones
difíciles de explicar, que se encerraban en una, la satisfacción,
el orgullo de que México había alcanzado un galardón
más en el terreno deportivo y del que yo había
sumado mi esfuerzo para el logro de tal fin.

García Juárez se encuentra grandemente eocionado
al recordar la hazaña cumbre del montañismo de
México.

Ya después, un tanto calmado, me platica del gigantesco
proyecto de la expedición al Monte Everest, en la que
él tuvo el cargo del estudio técnico de la ascensión
a la montaña más alta del mundo, y que por dificultades
económicas no fué posible llevar a cabo, pues
dicha expedición tiene un costo que se aproxima mucho
al millón de pesos.

�Ya para terminar, ¿me quieres decir algo de la
expedición al Mac Kinley de la que tú eres el
jefe técnico?
Â?Cuando no pudimos llevar adelante lo del Everest, fui invitado
para colaborar con lo del Mac Kinley, cosa que acepté de
muy buen grado pero por desgracia se han presentado obstáculos
que hacen que posiblemente tengamos que retrasar un año
esta expedición, y entonces conquistaremos una cumbre más
para el alpinismo nacional, pues contamos con la base principal:
muy buenos montañistas, y después... posiblemente
el Everest.


Alpinismo, revista mensual. Tomo 1, número 8, mayo 12 de
1950. Páginas 6-8.




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