DECLARACIONES
Miércoles 11 de abril
A las nueve de la mañana tuve contacto telefónico con Manuel Casanova, quien me dijo que ya había notificado a la familia pero no sabía qué iban a hacer, aunque era probable que llegaran en avión. Sobre todo, con las prisas de la comunicación y la mala telefonía de que dispusimos la noche anterior, no pude decir la causa de la muerte, así que lo notifiqué entonces, lo mismo que el hecho de que todos los demás estábamos bien.
Posteriormente, acudí a rendir mi declaración ante el Ministerio Público de la localidad, quien pasó cuatro horas interrogándome sobre los hechos. Después de mí, todos los muchachos hicieron lo mismo, pero no se terminó el proceso sino hasta la tarde del día siguiente.
Al mediodía llegaron el padre y un tío de Aarón para hacer los trámites necesarios y llevarse el cuerpo, asunto en el que tanto el Ministerio Público como la presidencia municipal ayudaron. La presidencia municipal apoyó económicamente en el traslado del cuerpo en avión hacia la ciudad de México y mantuvo siempre una actitud de ayuda incondicional hacia los familiares y para con nosotros.
LLEGADA A MÃ?XICO
Jueves 12 de abril
Por la tarde se rindieron las últimas declaraciones y el agente del ministerio público declaró de manera informal que nos podíamos retirar cuando quisiéramos, así que poco más tarde el presidente municipal y una unidad de rescate nos llevaron a la ciudad de Torreón, donde tomamos el autobús que nos trajo al Distrito Federal, adonde llegamos el viernes 13 de abril a las 9:00 horas.
PUNTOS A CONSIDERAR
De los hechos relatados aquí, se pueden obtener algunas características que pueden ayudar a definir los hechos:
1. La preparación realizada para realizar el evento fue la adecuada.
2. La temporada también fue la adecuada. No se contaba con un frente de aire caliente que llegó del norte en los días que estuvimos ahí.
3. El primer evento fuera de lo común en la exploración fue la desaparición de Aarón y de Gonzalo. Esto condicionó que el resto del grupo se avocara a la búsqueda de ellos en lugar de la exploración misma.
4. El encuentro con Aarón y su relación de la desaparición de Gonzalo motivó que se tomara la decisión de buscarlo detenidamente en la zona, lo que implicaba rastrear prácticamente todos los caminos que existieran. Esto quitó tiempo de avance al grupo en general, pues mientras yo buscaba los rastros, los demás permanecían bajo cualquier sombra, sea natural (un árbol o arbustos) o producida por mantas térmicas.
5. El hallazgo de la nota de Gonzalo motivó que la búsqueda continuara, aunque fuera en otra dirección. La prioridad del grupo y la mía propia era bajar de la sierra y llegar hasta donde hubiera agua. Sin embargo, buscar a Gonzalo desde el lado de la sierra por donde habíamos llegado sería prácticamente imposible, por lo que tomé la decisión de continuar.
6. Por la noche del lunes, Aarón y David Hernández tuvieron problemas causados por la deshidratación. Aarón presentaba una hipertermia que fue atendida enfriándolo de manera natural mientras que a David se le administró un masaje en el abdomen para que sus espasmos cesaran. Ambos tratamientos resultaron positivos y a ambos se les proporcionó una botella de un litro de agua con suero y saborizante artificial.
7. El avance de bajada fue sumamente lento por las heridas en las plantas de los pies que Aarón tenía. Sin embargo, aguantó todo el tiempo sin quejarse pues sabía que todos teníamos que llegar al poblado. Ese lento avance provocó que el sol nos alcanzara todavía en la parte difícil de la montaña.
8. Hacia el mediodía, aproximadamente, cuando ya habíamos descendido lo más difícil y quedaba sólo una pendiente moderada, ya no teníamos más que medio litro de agua para doce personas. Pasar las horas de calor bajo una peña que proporcionaba una sombra que iría desapareciendo, me pareció sumamente arriesgado, por lo que tomé la decisión de seguir adelante y llegar a la población o la carretera.
9. Al bajar Aarón, le pregunté si se sentía bien y dijo que sí, que sólo tenía la lengua seca.
10. Como hago por costumbre en todos los cursos y exploraciones, bajé al final de todos para poder apoyar a quienes lo necesitaran en el camino. Yo suponía de antemano que Aarón y David Hernández serían los que necesitarían más ese apoyo.
11. Sin embargo, no contaba con que tanto David Hernández como Aarón fueran a desviarse subiendo una pendiente mientras que todos bajábamos. Eso hizo que la desviación de ambos los dejara fuera del radio de acción que teníamos los demás.
12. Aarón no llevaba puestos los lentes de contacto y es probable que no supiera hacia donde nos dirigíamos los demás.
13. Tomé la decisión de caminar al pueblo en vez de la carretera para regresar por mis compañeros a bordo de una camioneta, así que la caminata fue rápida.
14. La búsqueda de mis compañeros la inicié tan pronto como el camión que pude hallar estuvo listo.
15. La búsqueda de Aarón también la realizamos en cuanto constatamos que no estaba entre nosotros.
16. El rescate del cuerpo de Aarón fue hecho con toda la celeridad posible y tratando de no afectar emocionalmente a los demás compañeros.
CONCLUSIONES TÃ?CNICAS
Técnicamente, las acciones del grupo y las decisiones que tomé tuvieron su fundamento en seguir y encontrar a Aarón y Gonzalo, en primer lugar, y a Gonzalo, posteriormente. En ambos casos, se trataba de localizarlos y, de no ser así, obtener ayuda de la gente del lugar.
Las ampollas en los pies de Aarón fueron determinadas por la velocidad a que caminó el primer día, el calzado inadecuado que llevaba y a la poca hidratación que él mismo se proporcionó.
La hidratación de Aarón dependía exlcusivamente de él aunque varias ocasiones le fueron administrados cuidados de este tipo debido a su mal estado.
Los problemas técnicos de la montaña no fueron grandes para los participantes, pues todos pudimos bajar bien de ella.
El problema más grave fue la deshidratación progresiva de todos, problema que se acentuó debido a la lentitud con que el grupo avanzaba por esperar a Aarón.
Seguir adelante pese a ser una de las horas más calientes del día fue una decisión que tomé sopesando las posibles consecuencias de quedarse esas horas prácticamente sin agua y luego avanzar.
Es posible que Aarón haya tomado por ese camino de subida porque no llevara los lentes de contacto puestos, lo que le hubiera imposibilitado el saber por donde íbamos, aunque esto es meramente una suposición.
La atención al grupo en general y a Aarón en particular nunca dejó de proporcionarse por mi parte ni por parte de los demás, pues siempre se mantuvo una fuerte conciencia de grupo en el que los demás apoyaban a quien lo necesitara. Tan es así, que nadie se quejó de tener que esperar a Aarón o proporcionarle de su propia agua.