ENCUENTRO CON AARÃ?N
Lunes 9 de abrilComenzamos a caminar a las 7:30 de la mañana buscando nuevamente señales de Gonzalo y Aarón. El equipo uno nuevamente fue delante mientras el segundo buscaba otras pistas. Alrededor de las 9:30 de la mañana, nos encontramos en pleno Valle Buenavista los dos grupos. Oliver, Abraham y Alberto habÃan encontrado a Aarón, quien habÃa pasado la noche bajo una enramada abandonada. Cuando llegué con él, nos contó lo siguiente:
El dÃa anterior, él y Gonzalo habÃan caminado muy rápido y prácticamente no se detuvieron sino hasta estar en el valle. HabÃan caminado mucho tiempo bajo el rayo del sol y al final Aarón no pudo seguir el paso de Gonzalo, quien terminó adelantándose y perderse de vista. Aarón, que para entonces tenÃa problemas al caminar debido a ampollas que le salieron en las plantas de los pies debido a un calzado inadecuado, siguió sus huellas un rato y luego las perdió porque el terreno era pedregoso. Entonces decidió regresar a la enramada donde habÃa pasado la noche para esperarnos.
Me habÃa llamado la atención que Aarón tuviera los labios resecos y agrietados, como si tuviera costras. Eso era un sÃntoma de deshidratación y le dije que bebiera mientras mi original enfado se habÃa convertido en preocupación, pues el valle en que estábamos tenÃa varios caminos que los mapas no indicaban y Gonzalo podÃa haber tomado cualquiera de ellos. De hecho, el camino más notorio se alejaba mucho de cualquier población. Reunà a todo el grupo e hice el recuento de la cantidad de agua que tenÃamos en total, que eran 26 litros y medio para doce personas.
Hice una nueva división del grupo. Esta vez elegà a los más fuertes y rápidos para buscar a Gonzalo. Sin embargo, seguirÃamos buscando hasta el mediodÃa todos juntos. Si no lo hallábamos, el segundo grupo regresarÃa a cargo de José MarÃa González hasta Margarita del Norte por el mismo camino por el que habÃamos subido, nos dejarÃan su agua para seguir la búsqueda y pedirÃan ayuda.
LA NOTA DE GONZALOA las once de la mañana, Oliver y David Márquez encontraron un camper abandonado donde Gonzalo habÃa pasado la noche y habÃa dejado una nota diciendo lo siguiente:
Lunes, 9 de abril 2001
6:30 a.m. aprox.
Se duerme bien en estos restos. No se saquen de onda por los compas del sótano.
Ahora me dirijo al camino grande.
Le agradezco a la gente que dejó estos restos y a mi grupo, por aguantar esto.
Al grupo les digo que no me odien por las patatas y las varillas.
Bueno pues, nos vemos en la carretera o en "Buenavista" o "Bellavista"
Gonzalo
NOTA EXPLICATIVA: Los "restos" son el camper abandonado donde habÃa pasado la noche.
Los "compas del sótano" son seguramente las ratas.
Gonzalo llevaba las papas para hacer una comida completa y las varillas con que se levanta una tienda de campaña.
En la carretera habÃa un lugar especial al que nos dirigirÃamos originalmente: el poblado Lindavista y es seguramente al que Gonzalo se refiere en su nota como "Buenavista" o "Bellavista".
PLANESUna vez que todos hubimos leÃdo la nota, los reunà y les hice ver que debÃamos llegar a la carretera para tratar de alcanzar a Gonzalo, pues el terreno que habÃa que bajar de la sierra era bastante abrupto, es decir: abandonaba el plan anterior de búsqueda en una zona indefinida por el original, que era atravesar la Sierra de Los Remedios, para ir tras él. En ese momento, mi prioridad era mantener al grupo junto y con la moral alta, pues la ausencia de Gonzalo estaba minando los ánimos de los demás. Además, necesitábamos llegar a la carretera para saber si Gonzalo habÃa logrado bajar a la carretera. De no ser asÃ, tendrÃamos que iniciar su búsqueda desde ese lado de la sierra con gente de la región y toda la ayuda que pudiéramos conseguir.
Sin embargo, empezaban las horas de mayor calor (11:00 a 15:00) y decidà que debÃamos pasarlas a la sombra del camper. Ahà fue cuando me percaté que Aarón tenÃa ampolladas totalmente las plantas de los pies al grado que a cada paso trastabillaba. Se las revisé y encontré que las ampollas eran muy grandes y una de ellas se habÃa roto ya, dejando la carne en vivo. Alberto llevaba un spray que tenÃa benzocaÃna y era especial para el tratamiento de las ampollas, asà que se lo aplicó. Este tratamiento le ayudó momentáneamente pero no lo suficiente.
ENFERMOSPor la tarde caminamos hacia el oeste hasta que terminó el Valle Buenavista y estábamos en el borde mismo de la sierra. Fueron pocos kilómetros pero muy pesados porque no habÃa camino y la velocidad habÃa menguado mucho: nos detuvimos tres veces a esperar a los rezagados y cuando finalmente llegamos al borde de la sierra, eran ya las 18:00 horas. Mi idea original era bajar del lado oriente hacia la carretera hasta que se hiciera de noche y pernoctar para bajar al dÃa siguiente y llegar frescos a la rancherÃa que veÃamos desde arriba.
Sin embargo, Aarón manifestó que no podÃa caminar más mientras que David Hernández se sentÃa débil y mareado. De esta manera, era imposible seguir adelante. Los revisé y les preparé a cada uno un litro de agua preparada con suero oral y saborizante artificial, que era la que usábamos para todos. A ambos les dije que no le dieran a nadie (el resto del agua la compartÃamos todos) y que la bebieran poco a poco y en un tiempo máximo de dos horas.
Mientras revisaba a Aarón, casualmente toqué sus manos y las sentà muy calientes. Su abdomen y frente también tenÃan una temperatura muy alta. Como ya se habÃa acostado dentro de su bolsa de dormir, le ordené que saliera y se quitara la ropa para que se enfriara, especialmente una malla de licra color negro. Incluso le comenté que si pudiera desnudarse completamente, serÃa mejor, que era preferible que tuviera frÃo a que se calentara más. Encargué a Ivone y Oliver se quedaran junto a él tomándole la temperatura en el abdomen mientras yo realizaba una exploración.