Un accidente ocurrido en la montaña lleva implícito siempre un alto riesgo por la lejanía de los servicios médicos y porque salir de donde se esté puede llevar mucho tiempo y en las cavernas es quizá en donde se encuentre al máximo este riesgo. Haroun Tazzief es muy explícito en su idea: pedir ayuda es como renunciar. No hay duda. Ya no se puede salir por uno mismo y uno confía en que la ayuda que venga de fuera lo ayudará y pondrá a salvo. No siempre es así, pero en el caso del accidente ocurrido en el Sótano La Joya (en el estado de Guerrero, México), la ayuda que llegó fue de la mejor calidad. Sólo bastan ver los dos informes que presentamos del rescate y que hablarán por sí mismos.

¿Cómo es que hay todo un grupo de espeleólogos especializada en rescate fuera de la caverna a menos de doce horas de sucedido el accidente? El teléfono, Internet y el curso de espeleorrescate que se impartió el año pasado en la Ciudad de México a los mejores espeleólogos de México son la causa de que un rescate que hace apenas dos años hubiera sido prácticamente impensable, se haya llevado a cabo con una asombrosa maestría. Es el primer rescate hecho únicamente por espeleólogos mexicanos y no hay que quitar la viste de ello, pues siendo el primero es realmente notable.

Fueron alrededor de cien personas las que colaboraron en este proceso y quien no haya participado en una actividad colectiva, no tendrá idea de toda la estructura que hay detrás de cada movimiento, de cada espeleólogo entrando a esa cueva con una misión específica. Diferentes grupos se unieron por una causa: rescatar a un compañero herido. Hubo gente que no fue a su trabajo, que recibió reprimendas por ello, que abandonó lo que estaba haciendo e incluso que apenas había regresado de una excursión o competencia y aun así participó.

Decenas y de todas partes, con diferentes experiencias y sólo un grupo que laboraba: Espeleorrescate México. Una idea que nació recién terminado el curso de rescate en diciembre del 2000 y que ahora es una realidad palpable con un espíritu de cooperación más allá de cualquier banderín o ideología. ¿Hubo fallas? Seguramente. Quizá muchas. Pero el objetivo está logrado y es más que seguro que el grupo aprenderá de sus aciertos y, sobre todo, de sus errores.

Desde aquí, felicitamos a todos los espeleólogos por haber trabajado minuciosamente en el rescate pero también por su extensa labor en fundar un grupo de rescate múltiple que hará sentir a quienes se adentren en cavernas en México (sean nacionales o extranjeros) la seguridad de que cuando necesiten ayuda les llegará lo más pronto posible y de la mejor calidad.