…aún sin esas paredes, caminar era algo cansado porque eran rocas y más rocas las que había que brincar, sortear o usar como trampolín. A veces, tramos de arena, pero eran más cansados porque los pies se hundían y el avance era más lento. Así que de roca en roca, para evitar la arena, íbamos de tramo en tramo, buscando el mejor paso, a veces en la orilla izquierda, a veces en la derecha.