ANTECEDENTESLa cara oeste del Peñón presenta una caÃda vertical de aproximadamente 300 metros y una escalada en rampas de la misma longitud antes de llegar a su cumbre principal. Esta pared ha llamado la atención de los escaladores, que han realizado hasta la fecha un total de seis expediciones para vencerla. La primera se realizó en 1975 y fue dirigida por Sergio Fitch. En esta expedición, por falta de machetes para atravesar los tupidos ramales llenos de espinas no se alcanzó la pared. El grupo realizó un intento a la ruta normal, la cual no pudieron terminar al extraviarse en los canalones que llevan a la cumbre.
La segunda expedición, realizada en 1977, fue dirigida también por Sergio Fitch. Con la experiencia previa se llevaron machetes para abrir una brecha hacia la base de la ruta escogida. Después de ascender una ruta de acercamiento por las rampas de la izquierda de la pared, se dejó equipo técnico en la base para los escaladores y tras un dÃa de descanso ascienden al inicio de la ruta para comenzar su escalada. Los dos primeros tramos son fáciles (5.6) y el tercero es 5.9. de este tramo, Fitch, que se encontraba enfermo de gripa, desciende y Eduardo Mosqueda y "Bob Dylan" escalan un tramo más (A2) hasta alcanzar una repisa en la que pasan la noche. Al dÃa siguiente descienden y asà termina otro intento a la pared.
La tercera expedición (1979), fue completamente diferente de las anteriores. Se componÃa sólo de dos escaladores: Enrique Salazar y Eduardo Mosqueda. El primer dÃa escalan en dos tramos los cuatro anteriores y dos tramos mixtos más de 5.9+, A3 y 5.8+, A3 y pasan la noche en una repisa en el tercer tramo de la ruta. A la mañana siguiente escalan un tramo más de 5.9+, A4 antes de decidir descender. El motivo en esta ocasión es el equipo, a que se requerÃa colocar barrenos en los lugares de seguro y las armellas de 3/8" no proporcionaban la seguridad necesaria; la mejor opción era regresar con bolts y de esta forma los tramos A4 podrÃan intentarse en libre.
La cuarta expedición es realizada en 1980 de nuevo por dos personas: Enrique Salazar y David Nájera. En esta ocasión no se alcanza el punto más alto de la expedición anterior y descienden del tercer tramo. Salazar escala en solitario un tramo 5.9, A3 colocando dos barrenos con el propósito de abrir una ruta más directa, pero desciende. Salazar regresa nuevamente en septiembre de ese año con su esposa con el objetivo de abrir la ruta en solitario, pero no lo logra.
LA CONQUISTALa sexta expedición a la cara oeste es la que realiza el Equipo de Escalada de la UNAM, dirigida por Eduardo Mosqueda. El equipo estuvo integrado por siete hombres y dos mujeres que contaban con poca experiencia en la escalada (cuatro meses). Por este motivo, la ruta intentada por expediciones anteriores fue abandonada y se eligió otra más a la izquierda de la pared principal, que se abrirÃa con técnicas de acecho. Después de dos dÃas de escalada y seis tramos fijos, el grupo llegó a las rampas que guÃan a las tres cumbres norte.
Adrián, Jorge, AgustÃn, Bernardo y Eduardo alcanzan la cumbre central después de tres tramos más y bastante trepada y descienden al campamento base. Al dÃa siguiente, MarÃa Antonia, MarÃa, Fabio, Gerardo y Eleazar ascienden por los cables fijos y pasan la noche en las rampas. El grupo, en su ascenso, iba retirando los cables. En la mañana, Eleazar y MarÃa Antonia ascienden la cumbre conquistada tres dÃas antes mientras el resto del grupo realiza una travesÃa entre grandes canalones hasta alcanzar un enorme lomo que guÃa hacia la cumbre principal, alcanzándola en la noche y realizando un vivac en ella junto con los que habÃan ascendido por la ruta sur.
De esta manera, el equipo abrió en la cara oeste del Peñón Blanco la ruta llamada "Saldaña-Medina", en memoria de los dos compañeros caÃdos en el Himalaya.
CONCLUSIÃ?NEl Peñón no ha sido explorado en su totalidad. En su pequeña exploración realizada por la sexta expedición, se vio el perfil de lo que serÃa la cara noreste y que puede tener una altura parecida a la cara oeste. La cara oeste retiene la ruta intentada por la mayorÃa de las expediciones, en la que los problemas técnicos no han sido resueltos aún. Pero esta ruta y las que faltan por abrir, esperan ascensos en buen estilo, sin abuso de clavos y mucho menos de barrenos. La ruta "Saldaña-Medina", abierta por los escaladores de la UNAM es un ejemplo de este estilo, toda libre y limpia (IV, 5.7)
© Montañismo y Exploración, No. 2, diciembre de 1981, p. 10-11