Rosalía A. Villanueva /II- La inexperiencia, la falta de técnica y equipo adecuado, las condiciones climatológicas y a veces la negligencia o atención médica especializada, son algunos de los factores que han llevado a montañistas mexicanos y extranjeros a exponer la vida sin importarles los riesgos.
Tan sólo en la temporada pasada se produjeron entre 20 y 25 fallecimientos en los volcanes del Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Pico de Orizaba. En el año nuevo murieron aquí dos rusos y un español, y la mexicana Justina Elia Martínez, en su ascenso al Aconcagua, en Argentina.
El equipo de rescate de Socorro Alpino ha manejado la cifra de 17 muertos en las montañas de México entre 99-2000, pero José María Aguayo, presidente del club Alpino, aseguró que el número de decesos es mucho mayor, ya que "nuestras montañas son libres y no hay ninguna autoridad que impida o exija a los escaladores los permisos y certificados médicos que piden en otros países''.
Aguayo refiere además que las condiciones meteorológicas en las montañas no han permitido lograr los ascensos de los alpinistas, pero aun así, éstos se van a la aventura y ponen en peligro su salud o pierden la vida, antes o después de haber coronado la cumbre que se han fijado. En este sentido, propone campañas de alerta y poner sobre aviso a los practicantes o profesionales del montañismo para prevenir accidentes.
Revela: "Hay gente que se aventura a las montañas sin tener la técnica suficiente o un curso de alta montaña. Y lo peor, porque hemos encontrado cádaveres (en el Popo e Izta) que llevaban equipo hechizo, con botas a las que les ponen clavos o láminas; el piolet y los crampones, con mecate de tendedero.
"En México no tenemos una estructura deportiva ni cultura o conciencia del significado de lo que es la alta montaña. La Federación Mexicana de Montañismo y Excursionismo no funciona. Y desafortunadamente cuando hay una muerte, nadie, absolutamente nadie, es responsable. Los montañistas están desprotegidos. No tienen seguros de vida o una institución que los respalde y, cuando salen a la conquista de un objetivo, van por su riesgo y cuenta''.
¿Conoció a la montañista que perdió la vida en el Aconcagua?
No era conocida dentro del medio. Me habló (Roberto) Pérez Razgado, de la Conade, y me preguntó quién era Justina Elia Martínez. Muchos pensaron que era alguien que pertenecía al Club Alpino, porque había una expedición de nosotros en el Aconcagua que había partido antes a Argentina. Había mal tiempo. De los 15 que fueron sólo tres alcanzaron la cumbre. El resto se quedó a 4 mil metros.
"Desconocemos si la muerte de esta chica fue por inexperiencia, porque ella comenzó a sentirse mal a 5 mil 400 metros, en la base que se conoce como Nido de Cóndores. Lo que resulta extraño es que si en realidad tenía la experiencia de 20 años y había logrado ascensos en el Popo, que tiene 5 mil 452 metros de altura, se le presenta un edema y no sabemos si los médicos que la asistieron la bajaron lo más rápido posible, como debe ser en estos casos, o la dejaron mucho tiempo en la base''.
¿El Club Alpino respalda a sus montañistas?
En todo. Desde cursos de alta montaña, equipo, asistencia médica y de rescate. El grupo que fue al Aconcagua contaba con un seguro colectivo de 100 mil pesos y gastos médicos de un millón de pesos. Hasta hoy me enteré que la chica Justina Elia era secretaria de Raúl Gómez, presidente de la FMEM, y yo creo que por eso ha ocultado la información y no ha dado la cara.
Aunque se encuentra en Nueva Zelanda, la montañista internacional Karla Wheelock, quien en 1999 logró la conquista del Everest, hace una crítica severa hacia la FMEM. Dice en su columna de Sportsya que Gómez no los apoya ni les da el aval que les piden a los mexicanos que van al Himalaya, "pues la FMEM no sólo no facilita dichas cartas (que es su obligación), sino que de los escasos patrocinios que puede uno conseguir, exige un alto porcentaje (8 por ciento) del mismo y que ni siquiera ayudó a conseguirlo; esto, con la finalidad de facilitar un recibo fiscal deducible de la empresa patrocinadora''.
Denuncia que la actitud de Gómez no sólo daña al montañismo mexicano sino al deporte y a la imagen que representa un órgano federativo.
En la madrugada del domingo el cuerpo de Justina Elia fue entregado a sus familiares y, por la tarde, fue sepultada en el cementerio de Amecameca.
La Jornada
Enero 10 de 2000
