Ante el descubrimiento de la riqueza arqueológica de la cueva de Santa Ana Teloxtoc, los arqueólogos se dieron a la tarea de rescate y el estudio del sitio. El poblado más cercano a la cueva es Santa Ana Teloxtoc, y se encuentra aproximadamente a unas tres horas de camino sobre cerros calizos, con mucha piedra. La zona es una lugar árido y desértico, con sólo una corriente de agua en época de lluvia. La vegetación es de arbustos pequeños y espinosos. Durante la caminata que se realiza hasta llegar al pie del acantilado, no se observa ningún resto arqueológico �aunque encontramos algunos tepalcates prehispánicos y algunas albarradas y terraceados que no pudimos identificar como prehispánicos�.
La cueva se localiza cerca de un sendero que es transitado frecuentemente por gente del poblado. La entrada a la cueva está sobre la formación rocosa del cerro Texcale, a cuatro metros de la pequeña explanada que se forma en el nivel del camino.
La entrada es muy llamativa, pues presenta una hendidura en forma irregular y desde la abertura se domina gran parte de la pendiente del cerro, el pueblo y un pequeño valle.
La entrada es una galerÃa de seis metros de largo por tres de alto y uno de ancho, y termina en un paso estrecho de unos 30 centÃmetros. En la superficie fueron hallados algunos fragmentos cerámicos, bordes y cuerpos de ollas. En la parte superior se encuentra una galerÃa, de donde se obtuvo el material cerámico y se recuperó una vasija casi entera, de cerámica anaranjada fina.
En su descripción, los arqueólogos Ernesto Vargas Pacheco y Fernando Cortés, deducen: Â?El material obtenido en la galerÃa de la entrada superior se puede, comparativamente, fechar para el clásico, aunque el otro material es difÃcil que se pueda fechar para dicho periodo; con seguridad, otro material encontrado fue depositado ahà tardÃamente en tiempos prehispánicos, o durante los primeros años de la conquista, cuando se prohibieron las reuniones, fiestas y bailes a los grupos indÃgenas, sin embargo, es interesante hacer notar que dichas actividades siguieron aún en tiempo de la colonia, pues su tradición arrancó desde tiempos atrásÂ?.
Después de superar el estrechamiento de la cueva, que se prolonga por un metro aproximadamente, se llega al tiro que con práctica puede ser desescalable con facilidad, pero que se dificultad por la falta de luz; en el piso se encontraron restos de un tronco que bien pudo haber servido de importante auxiliar para descender. Aunque en un principio se pensó que se habÃa arrastrado por el agua, dicha posibilidad se desechó puesto que la cueva es seca. El tiro baja en el punto donde parten dos ramales; piso plano y cubierto por una capa de tierra seca, de espesor indeterminado. En el ramal I, de orientación este-oeste, se encontró la mayor cantidad de evidencias culturales. Alrededor de 70 elementos, entre máscaras y fragmentos de éstas, tecomates, instrumentos de obsidiana, chimallis, etc., pero la mayor concentración se vio directamente en el piso, adonde llega el tiro. Se rescataron algunas cuentas de jade, tepalcates que formaban los ojos de máscaras y mosaicos desprendidos de las mismas.
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