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Montañismo y Exploración
IMPORTANTES HALLAZGOS EN TEPATLAXCO
15 agosto 2000

Exploraciones importantes en el estado de Veracruz en la década de 1980 por el GEU.







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Durante su primera etapa de investigaciones en los municipios de Tepatlaxco e Izmatlán del Café, región rica en sumideros y cavidades, el equipo universitario de espeleología extrajo material antropológico de un sótano denominado “La Caja de Agua”, y reunió material perteneciente a la era Mesozoica, afirmó Guillermo Mora, responsable de espeleología en la UNAM.

Este material, que en primera instancia proporcionó mucha información del Mesozoico, es decir, terrenos pertenecientes a la época secundaria, habrá de estudiarse más a fondo para saber si los fósiles son del cretáceo, jurásico o triásico.


Casi al final de la cueva mencionada, se encontraron restos de dos cuerpos humanos, así como de vasijas de barro. El sitio del hallazgo, de difícil acceso, llevó a los espeleólogos universitarios a conjeturar que los restos fueron arrastrados por la lluvia hasta ese lugar.


Al hablar con los lugareños se supo que en la sala de entrada de la cueva hace algún tiempo un campesino recogió una vasija con restos de una mano y los llevó a su casa. “Desgraciadamente, comentó el ingeniero Mora, cuando los investigadores universitarios llegaron al poblado, dicha persona no se encontraba ahí”.


Los descubrimientos efectuados mostraron aspectos de las culturas prehispánicas que poblaron el lugar y su papel en los entierros funerarios en la zona, pero también los destrozos producidos por los habitantes del lugar al buscar supuestos tesoros y que, más que saqueo, ha significado una paulatina destrucción de las figuras de barro, de los lugares de enterramientos funerarios y de ollas muy antiguas.


Esta actitud se debe, principalmente, a que los lugareños creen que en esas cuevas se enterró dinero durante la revolución de 1910; ello ha conducido a la destrucción innecesaria de manifestaciones culturales prehispánicas. Un ejemplo es la “Cueva del Tepalcate” o de “Los Esqueletos”, en Ocotitlán, donde se aprecia gran cantidad de excavaciones a todo lo largo y ancho de la cavidad.


Según una costumbre que tiene su antecedente más remoto en las culturas antiguas de México, un día al año los espíritus abandonan los tesoros o joyas que cuidan durante el resto del mismo y permiten a los profanos que busquen esa riqueza. En tiempos de la colonia, el día era el 29 de junio, onomástico de San Juan; en esta región veracruzana la costumbre es de especial significación, lo que explica por qué las cuevas y ruinas arqueológicas han ido desapareciendo con el tiempo.


Así, cuando los seres de las cavernas pierden sus poderes, año con año los habitantes de Ixmatlán se dan a la febril tarea de excavar donde piensan que puede haber tesoros ocultos, lo cual explica también la labor destructiva que ha arrasado los vestigios precolombinos de la Cueva del Rincón, en el mismo municipio, donde los espeleólogos rescataron dos mandíbulas de niños, infinidad de tepalcates y restos de un metate, para ser estudiados posteriormente en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.


Finalmente, cabe señalar que los espeleólogos de la UNAM, antes de entrar a las cavernas y sótanos, tuvieron que convencer a los lugareños de que las intenciones del grupo eran de carácter estrictamente científico; así pudieron abrir las puertas a tradiciones orales llenas de poesía y belleza.




Gaceta UNAM





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