En el estado de San Luis Potosí, en lo alto de una sierra, hay una cavidad de boca estrecha y con un tiro vertical considerable. "Su profundidad total es de 512 metros, su boca tiene un diámetro promedio de 55 metros... Es considerado uno de los abismos subterráneos más bellos del mundo" [Carlos Lazcano. Los grandes abismos de México]. La gente del lugar, huastecos, le llamó Sótano de las Golondrinas porque en la mañana y al ocaso, grandes bandadas de golondrinas, vencejos y pericos oscurecen el cielo en una nube en forma de remolino de la cual se desprende una nubecita en dirección a la boca del pozo. Entonces es cuando se escucha pasar a una velocidad impresionante a las aves en parvadas de cientos de individuos. "Descubierto" por espeleólogos estadunidenses en diciembre de 1966, fue explorado durante 1967 y 1969 y desde la década de los setentas se convierte en algo parecido al reto que los espeleólogos de todo el mundo tienen que vencer.

La proliferación de visitantes redundó en el cambio de actitud de los pobladores, que comenzaron a ver posibilidades de negocio lucrativo. A finales de los ochentas, algunas personas comenzaron a colocar trampas en la boca del sótano para atrapar a los vencejos y poderlos vender en los mercados, pero la velocidad a que entraban las aves hacía que muchas de ellas perecieran por el impacto. Aquella ocasión, se logró detener tal acción por medio de una protesta por parte de algunos (que no todos) los grupos de espeleología.

Hoy existe en Golondrinas un plan: hacer un polo de desarrollo turístico alrededor de la cavidad. Los planes se dieron a conocer por medio de diversos foros de Internet pero los detalles se han perdido y se habla ahora de campos de golf y de hoteles de cinco estrellas. El objetivo: hacer que la gente del lugar, carente de recursos económicos, pueda desarrollarse con las fuentes de empleos generadas.

Respecto del plan en sí mismo surgen diversas preguntas lógicas, pues hasta el momento nadie, en ningún lugar del país y que sea considerado "gente del lugar", ha logrado un mejoramiento económico y social por los proyectos de desarrollo turístico de este estilo. Además, todavía falta por hacerse y seguirse un plan de turismo sustentable, sin dar demasiada capacidad de carga a la zona y que pronto se vea deforestada y llena de basura.

La polémica sube de tono y cada vez son más los foros que se ocupan del tema. La pregunta aquí es: "¿es un problema sólo para los espeleólogos?" Yo creo que no y que la mayoría de las personas que recorremos las sierras y montañas queremos verlas libres, como cuando su descubrimiento. Buscamos algo más que el reto físico y es el alejamiento de las tensiones de la ciudad, algo que un hotel de cualquier tipo de estrellas no logra evitar, por mucho que se hagan estudios y se plantee el proyecto como benéfico a la comunidad.