RESERVA DE LA BIÓSFERA EL CIELO
10 marzo 1999
Acaso la única desgracia sea que con ese bosque tan espeso la luz disminuye a tal grado que es difícil hacer fotografías y, en cambio, aparecen nuestros viejos conocidos de todos lados: los mosquitos que se pegan a la ropa impregnada de sudor y que se lanzan como consumados suicidas a los ojos, a los oídos, a todas partes…
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