Un grupo de universitarios integrado por cinco deportistas, realizó una exploración en el resumidero del área conocida como La Laguna, situado en dos horas y medio de camino del Municipio de Cardonal, Hidalgo. La referida exploración efectuada del 11 al 13 de noviembre del año concluido, tuvo como fin descender al fondo de la gruta hasta alcanzar su sima y topografiarla, objetivo que no se logró debido a la falta de cuerda que permitiera una bajada a más de 200 metros de profundidad.
Eduardo Martínez, encargado del grupo universitario durante la exploración, relató a Gaceta UNAM los pormenores del suceso: Luego de lograr la aceptación de las autoridades civiles de Cieneguillas, Hidalgo, para efectuar la exploración, partimos, al filo de las nueve horas del día 11, hacia nuestro sitio de interés: La Laguna. Sabíamos que había un resumidero que en visita anterior se había localizado sin penetrar en él. Para llegar a La Laguna se tiene que atravesar un gran bosque de encinos que nos pesó bastante ya que, cada uno de nosotros transportaba una buena cantidad de equipo que iba a ser utilizado para el descenso. Después de dos horas y media llegamos a la propiedad donde se encuentra ubicado el resumidero. Una vez que hablamos con el dueño y obtuvimos su permiso, comenzamos los preparativos para el descenso. La entrada del resumidero cuenta con un diámetro aproximado de 20 metros y tiene forma de embudo cubierto por una densa vegetación, la bajada se inicia con una rampa que tiene una pendiente de 40° y una extensión entre los 20 y 30 metros. Posteriormente se encuentra un tiro vertical de 10 metros que se comunica con otro que tiene dos entradas. Una vez que los cinco nos encontramos en este lugar, nos dimos a la tarea de localizar puntos seguros de anclaje para colocar la cuerda y poder bajar al siguiente tiro, cuya longitud se extiende 20 metros en vertical.
Josué Escobar fue el primero en descender. Durante la bajada fue limpiando el camino de piedras sueltas y otros obstáculos que nos dificultaban el camino. A los pocos minutos escuché la voz de Josué que me indicaba la presencia de un perro en ese sitio. No lo creíamos. Pensamos que estaba bromeando. Dejó la cuerda libre y enseguida bajó Andrea Raz, y a los pocos minutos hice lo propio. Cuando llegué al fondo pude percatarme de que efectivamente había ahí un perro, ¡un perro y vivo! Resultaba asombroso. Hasta ese punto había un desnivel de 50 metros desde la superficie. El animal estaba muy flaco. Posteriormente sabríamos que había permanecido en ese lugar por ocho semanas.
La caverna, dijo Martínez, continuaba por varios tiros más. Mismos que fuimos bajando, no tan rápido como deseábamos por lo accidentado del terreno y la falta de puntos de anclaje de las cuerdas. En total se bajaron 10 tiros para dar un desnivel entre los 180 y 200 metros de profundidad.
Hasta ese punto suspendimos el descenso ya que no había más cuerda que nos permitiera el descenso. Comprobamos desde el sitio donde nos encontrábamos que había cuando menos dos tiros más bajos, que en una nueva exploración procederíamos a su alcance. Eran cerca de las 19 horas y nos dispusimos a descansar. Al día siguiente, muy temprano (a las 5 horas). Iniciamos la actividad nuevamente. Se acordó que todos subieran a la superficie, mientras que yo debía permanecer en el lugar donde se encontraba el perro con el fin de dirigir su rescate. Para tal fin se dispusieron un par de cuerdas y una mochila para lograr la recuperación del animal hasta la superficie.
Finalmente, Eduardo Martínez señaló que en fecha aún no conocida se tiene contemplada una exploración que permita concluir este reconocimiento al resumidero de La Laguna.
Los participantes que integraron el grupo universitario son: Andrea Raz, Ricardo Salazar, Josué Escobar, Raúl Sánchez y Eduardo Martínez.
GACETA UNAM