Aunque involucra otros aspectos importantes, ascender una montaña es una actividad netamente física. El montañismo, primero que nada, es un deporte y como tal requiere de tres elementos fundamentales: el primero, una preparación física especializada basada en el acondicionamiento físico general. El segundo, una técnica especializada que es preciso dominar para no tener percances y lograr precisamente lo que se quiere: ascender una montaña. Finalmente, una mentalidad propia que se va adquiriendo poco a poco a través de lecturas, de pláticas con otros montañistas y, sobre todo, de las propias experiencias.
Hablemos ahora de la primera etapa: la preparación física, pero no como un método, sino como un aspecto que es preciso tener para realizar la actividad.
La preparación física es necesaria para tener un mejor rendimiento en la actividad. A diferencia de mediados de siglo, ahora "y desde hace varias décadas" los montañistas se preparan minuciosamente antes de emprender un objetivo específico e incluso el ascender montañas, escalar una pared, descender a una caverna o atravesar un desierto se ha convertido en una mera preparación para lograr otros objetivos. Sin este tipo de preparación no pueden plantearse objetivos mayores: eso es claro.
No sólo es por este aspecto que la preparación física es necesaria, sino por mera seguridad pues aunque la actividad se realice con todas las normas de seguridad, uno no sabe en qué momento nos veremos involucrados en una situación de urgencia y no precisamente nuestra, sino de ayudar a alguien más. Una vez un amigo, indio zapoteco puro, me decía que comiera bien y todas las veces que pudiera porque "el hombre no sabe en qué momento debe tener lista toda su fuerza para trabajar". Tiene razón, aunque no precisamente en la comida: uno no sabe el momento exacto en que necesitará de su mayor potencia física.
¿Hasta dónde se puede llegar con el entrenamiento? Al parecer no hay límites. Se creía que uno no podía estar por encima de los ocho mil metros sin oxígeno artificial y ahora hay muchas personas que realizan ascensos sin él. Por supuesto, debe existir un límite biológico personal (no creo en la homogeneización) pero el mencionar esto indica sólo que la preparación debe ser continua y profunda.
En la primera ascensión de una persona es común ver el tremendo esfuerzo que está realizando para llegar apenas a la mitad del camino. Eso es sólo el principio mal planeado. Mucha gente se queda con ese principio y lo repite continuamente hasta llegar a ser una costumbre verdaderamente asombrosa por la cantidad de sufrimiento que involucra. En la Confraternidad Montañista Internacional en México, que se celebra el fin de semana más cercano al 12 de octubre, se puede observar sin dificultad a gente mal equipada y mal entrenada que acude sólo una vez al año a esa ascensión que se ha convertido en una especie de "tradición" en ellos. Ellos están tomando al montañismo no como un deporte, sino como una recreación (aunque la palabra recreación implique divertimiento y no sufrimiento, como a ellos les sucede).
El montañismo es una actividad que se ha acrecentado en las últimas décadas. Esta práctica no está restringida a nadie, no importa la edad, si tienen problemas cardiacos, si padecen de asma o algún otro padecimiento. La única diferencia está en la forma en que lo practicarán y esperamos que cada uno logre su meta, pero con una preparación física adecuada.
En este número comenzamos a transmitir aspectos de acondicionamiento físico que pueden ser usados en la práctica de nuestro deporte. El stretching puede ser practicado hasta cuando se está sentado. Aquí presentamos sólo los principios y recomendamos ampliamente el libro por la cantidad de ejercicios que tiene.
