Arturo Xicoténcatl
“Dios es muy benevolente conmigo. Hizo un espacio en la montaña y así pude llegar a la cumbre del Everest. Fuimos tres los que llegamos a la cumbre: el latvio Paul Hgebar y el sherpa Dawa Sona”, dijo Yuri Contreras a su regreso de Katmandú, Nepal, tras conquistar por segunda ocasión el Chomolungma, ahora por la cara norte “la más hermosa porque siempre tiene uno a la vista la cima del Everest. Me gusta escalar porque, cuando lo hago experimento una extraordinaria sensación de felicidad”.
De barba, camiseta amarilla con logos de sus patrocinadores comerciales, Yuri Contreras Cedi fue recibido con aplausos en la sala de visitantes distinguidos del aeropuerto Benito Juárez.
El montañista se emocionó profundamente al recordar algunos momentos de su proeza. Las manos le temblaron ligeramente. Poco después mostró los dedos meñique y anular de la mano derecha. Ambos los tiene de un color negro en cuyos bordes resalta el blanco de la media luna de las uñas. Las yemas de los pulgares los tiene morados.
“Llegué a la cumbre el día 27 a las nueve y cuarto de la mañana. Los días 25 y 26 estuvimos abriendo camino y en espera de un mejor tiempo. Tuvimos que desarrollar un enorme esfuerzo debido a la nieva profunda. Permanecimos durante una hora en la cumbre. Las condiciones no eran óptimas pero la visión tan extraordinaria nos hizo estar más tiempo del debido.
“Disfruté la visión con mayor objetividad, a plenitud, que la primera vez que estuve cuando el año pasado ascendí por la cara sur. Quiero expresar que este ascenso, aunque no soy cantante ni boxeador, que mi escalada se la dedico a dos personas: a Hugo Rodríguez y a mi novia Cristina Berusquia.
“Me siento muy contento de que Hugo esté vivo. Su fuerza de voluntad es fuera de serie. Tuve con él un encuentro muy emotivo. Para que uno llegue a la cumbre se requiere del apoyo de muchas personas”, decía esto cuando se le acercó la novia. Se dieron un beso.
Yuri Contreras dio las gracias a sus patrocinadores aceite Bardhal y cervecería Corona. Mencionó el especial apoyo que le han dado los licenciados Genaro Borrego Estrada y Mariano Acosta del Instituto Mexicano del Seguro Social. Yuri Contreras es médico de esa institución.
Refirió con emotividad algunos instantes del difícil regreso. “Me sentí muy cansado y ya no pude caminar. Sentí confianza porque otras personas venían de regreso de la cumbre. Necesito ayuda, necesito oxígeno. Lo siento no podemos ayudarte me dijeron una australiana y un sherpa al que yo había atendido y le había dado medicinas el año anterior. Se lo recordé. Lo siento, me respondieron, no podemos ayudarte.
“Yo necesitaba oxígeno. Pero si uno no lucha por sí mismo, nadie va a venir a ayudarnos, ni a luchar por nosotros”.
El montañista recordó la fuerte impresión cuando se enteró de la muerte de Malcolm McDuff con quien llevaba amistad y anunció que regresará a la cordillera del Himalaya en agosto para escalar el Cho Oyu y el Shisha Pangma de más de 8 mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Excélsior
Junio 8 de 1997
