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Montañismo y Exploración
Asegura Carlos Carsolio: México, país de envidiosos
5 septiembre 1997

México es un país de envidiosos, por eso, no se acepta el éxito ajeno y quien lo consigue es blanco de críticas. Tal es la queja de Carlos Carsolio, alpinista que en poco más de una década ha alcanzado 14 …







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México es un país de envidiosos, por eso, no se acepta el éxito ajeno y quien lo consigue es blanco de críticas. Tal es la queja de Carlos Carsolio, alpinista que en poco más de una década ha alcanzado 14 picos de altura mayores a los ocho mil metros, logro que algunos compatriotas han puesto en duda.


“Nunca he contestado la crítica porque es común que cuando tienes éxito, sobre todo en un país donde para la gente es muy difícil aceptar el éxito de los demás. No somos un país que tenga tradición de culto a las figuras que logran triunfar, y eso es triste, pero ha dejado de afectarme.


“Desde que empecé a tener éxitos internacionales, hace más de 12 años, siempre he recibido críticas, a diferencia de lo que sucede en el extranjero, porque en Europa poseo un prestigio muy alto”, asevera.


Sin embargo, con el paso del tiempo su queja se ha convertido en indiferencia porque “la escalada no es un deporte de aplausos, de medallas ni de dinero, sino por satisfacción personal y lo que piensan los demás no importa”.


Asegura que las críticas en torno a un supuesto fraude por no haber escalado los picos que enlista, y las dudas del montañismo internacional sobre su arribo a la cumbre del K2, sí han afectado a su familia, sobre todo a su madre.


“Fue mucho tiempo de preocupaciones y lágrimas, pero ya aprendió que no tiene caso tomar en cuenta a ciertas personas, quienes se dedican a hacer comentarios mal intencionados y que contaminan, incluso, a publicaciones de prestigio.”


Desde su perspectiva,, no es el único deportista exitoso que recibe innumerables críticas, por tanto, ya no le preocupan en exceso los comentarios: “Vemos a un Arturo Barrios o a un Dionicio Cerón que son fantásticos como atletas, de los que hay pocos y, sin embargo, son atacados por la gente y la prensa. Es un problema en este país.”


Indica que algunas de sus actitudes fueron mal interpretadas por varios medios de información “que ahí sí, insisto, son mediocres”, pues difundieron que renegaba de su país natal.


“Creo mucho en este país, por eso vivo aquí. Tendría algunas quejas; por ejemplo, en otras naciones un alpinista no hace nada más que escalar, como mis amigos de Europa, pero aquí he tenido que encontrar otras formas de financiamiento para mi familia.


“Por eso, he tenido que convertirme en empresario, y antes de andar sufriendo para encontrar patrocinios, pero eso no quiere decir que reniegue de mi país. Me siento orgulloso de ser mexicano.


“Pese a todo estoy contento —expresa Carsolio—, México es un país fantástico, lo único que me preocupa sobre todo de esta ciudad, es la inseguridad, pero creo que eso le preocupa a todo el mundo, especialmente si tienen familia, niños pequeños. En caso de tomar medidas drásticas, seguramente el país se va para arriba.”


Al mismo tiempo, recuerda sus inicios en el alpinismo, cuando tenía “innumerables amigos”, a quienes lo unían lazos especiales por la disciplina misma de este deporte. “Pero fue en 1985, al regresar de mi primer éxito de resonancia mundial, cuando me afectó mucho la crítica de esos que yo creía que eran mis amigos, porque fueron ellos los que me atacaron más fuerte, y lo siguen haciendo.”


Carlos Carsolio se refiere, principalmente, a Ricardo Torres Nava, quien dejó su amistad hasta que en 1989 declaró que Carsolio nunca había estado en la cumbre del Everest, cima a la que llegó días después.


“Tristemente se estableció una brecha de envidia y en aquella época, en la que yo creía en el romanticismo me dolió mucho la actitud de mis amigos; perdí cierta motivación, me apachurré, luego aprendí que así es el ser humano, que así somos los mexicanos y decidí seguir mi camino”, manifiesta.


De la “incultura alpina” que mencionó en entrevistas pasadas, Carsolio asevera a El Financiero que está arrepentido de haber vertido sus opiniones a “periodistas que no saben de lo que hablan. Por eso me negaba a dar entrevistas, pero también ahí recapacité y decidí dejar que escribieran lo que quisieran. De todas maneras, seguiré escalando porque es mi vida y no puedo dejar de hacerlo nunca.”


Finalmente, dice que los comentarios respecto a que tiene ideas nazis sólo pueden darle risa, “porque ni siquiera conocen mi filosofía y mucho menos la de los nazis, así que mejor me divierto y sigo adelante con mis planes, aunque a muchos les duelan mis triunfos.”




El Financiero

Nancy González Gea





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