La Wenger Patagonian Expedition Race se considera, junto con el Rally Dakar y el Maratón des Sables, una de las pruebas de resistencia más difíciles del mundo, pero ¿cuáles son los elementos mentales, físicos y estratégicos requeridos para asumir un test de esta magnitud y dónde se pueden encontrar los retos deportivos más difíciles?

Imágenes de la WPER 2010 cortesía de la WPER.
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Incluso el más duro de los duros puede fallar sin la preparación adecuada y el mundo de las carreras de aventura no es la excepción. Aquí lo que más importa es la experiencia, el conocimiento y el compromiso, que van mucho más allá de la  mera forma física.

Este año, el Wenger Patagonian Expedition Race vio a 56 de los más duros competidores del mundo enfrentar condiciones climáticas extremas que les empujaron a sus límites, en una carrera de casi 600 kilómetros que incluyó bicicleta de montaña con vientos poderosísimos en contra, kayak en alta mar y trekkings sobre montañas en plena tormenta de nieve.

La oportunidad de experimentar los espectaculares paisajes de algunos de los más remotos lugares del mundo (en los cuales se realizan a menudo las carreras de aventura), es el verdadero gancho para los competidores, pero en el caso de la Patagonia Chilena, hay que hacer méritos para verlos y esta carrera se trata precisamente de eso.

Cuando en una expedición como ésta se combinan las difíciles condiciones climáticas con un terreno escarpado, los ingredientes clave son la planificación precisa, la estrategia cuidadosa de los alimentos, un fuerte trabajo en equipo y una mente resistente. “Hay que entrenar duro, pero lo más importante es el aspecto mental”, explicó Bruce Duncan, miembro del equipo ganador Helly Hansen-Prunesco. “¡El cuerpo es impresionante y seguirá siéndolo si lo tratas bien!”

Preparación

Todo comienza mucho antes de la carrera y cada día, cada hora y cada minuto previos son importantes. Por supuesto, la elección del equipo apropiado es crucial, pero no siempre resulta ser la opción más obvia.

Este año, los británicos del equipo Helly Hansen-Prunesco evitaron el equipaje en extremo liviano, tras haber sufrido el año anterior al no haber cargado siquiera una carpa, pero tampoco lo hicieron muy pesado, buscando siempre el equilibrio entre ritmo y comodidad. La capitana del equipo, Nicola MacLeod, explicó: “Optar por lo más pesado y más lento está bien, pero también significa que tienes cuatro días de humedad, frío y suciedad en tus pies, en lugar de dos y medio. Cada opción acarrea sus propios riesgos.”

Varios equipos que cargaron equipajes pesados fueron incapaces, efectivamente, de seguir a través de las montañas en el WPER 2010, pues su ritmo más lento significó que llegaron demasiado tarde a los puntos de control.

El plan de carrera

Una estrategia bien definida es importante en cualquier carrera, pero en un evento de resistencia y larga duración, la planificación de las horas de sueño es vital. Dependiendo de la competencia, se pueden tomar diversas estrategias, sin embargo, a menudo la ruta dicta la forma de planificar las cosas.

Bruce Duncan, del equipo Helly Hansen, explicó: “Tuvimos una estrategia de sueño muy distinta este año en comparación con la del 2009. La última vez dormíamos 15 minutos aquí y 15 minutos allá, pero este año descansábamos una hora y media y recién entonces avanzábamos. Me sentí muy fresco todo el tiempo y nadie rogaba dormir, pero en verdad depende de qué es lo que te permite la ruta.”

Así, aunque puede planearse una estrategia, lo importante es tener flexibilidad para cambiarla. Los “monstruos del sueño”, producto de las alucinaciones por falta de sueño, pueden causar verdaderos desastres, al igual que el frío, por lo que es necesario saber cuándo parar, descansar, recuperarse y seguir adelante.