Las 10 cumbres más altas de América
27 marzo 2009
Hay más metas deportivas que los 14 ochomiles y las Siete Cimas. Las diez cumbres más altas de América es una de ellas. con el ascenso al Walter Penk del 10 de febrero de este año, el montañista argentino Adrián Sánchez lse convirtió en la tercera persona en lograrlo, tras Maricarmen Peña y Darío Brácali.
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6. Bonete (6,759 metros, Argentina), diciembre del 2007
Partimos a la Rioja pero en el camino el único vehículo 4x4 se rompió y hubo que dejarlo. En el último pueblo no encontramos agua embotellada y cargamos 60 litros del agua de red, que nos dijeron que era potable y luego, hacia Veladero.
Fotografías: archivo de Adrián Sánchez
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El viento no paraba pero conseguimos vehículo que nos llevara los 26 km que nos separaban del CB. Pero el viaje se convirtió en 30 y descendimos en medio de un arenal. Por más que lo presentíamos, nos dimos cuenta que estábamos en medio de la nada. Triangulamos con los mapas y nos dimos cuenta de que estábamos en la otra cara de la montaña. Ir al campamento base correcto era ya imposible así que tendríamos que buscar otra ruta para subir.
Bordeamos el macizo buscando un lugar por donde entrarle. Montamos el C1 al lado de unos penitentes y un hilillo de agua. Al día siguiente montamos el C2 en la ruta normal. Ya habíamos tenido tiempo para aclimatarnos pero nos sentíamos cada vez peor, con mucha acidez. Incluso se dificultaba comer e hidratarnos. Mis compañeros eran Sol Arráez y Felipe Ribaya y después de plantear cómo nos sentíamos, la decisión fue: mañana para arriba. Si lo demorábamos lo más probable es que empeoremos.
Salimos temprano. A poco, Sol desiste. Felipe es lento pero constante. Encontramos una pared. Felipe decide treparla y yo bordearla. Ya no nos veríamos más hasta el regreso. Hacía unos minutos que habíamos desistido de la cumbre principal y estábamos yendo por la Oeste, que suponíamos mucho más baja.
Al llegar a ella, nos comunicamos por UHF. Felipe decía que le faltaba un buen rato, así que para aprovechar el tiempo me dirigí a la cumbre de enfrente. Paraba cada 10 segundos, pero al final alcancé la cumbre. Miré para todos lados y no parecía haber un punto más alto, así que enciendo el GPS. Marcaba que estaba en la cumbre principal. Mi felicidad es enorme.
El regreso se vuelve terrible. Completamente cansado, caigo dormido pero la nieve fría en la cara me ayudó a despertar. Mis compañeros me llamaban para mantenerme despierto. El descenso sin vehículo de regreso es eterno, Sol carga el equipo grupal. De regreso al pueblo del que habíamos salido nos dijeron: “Muchachos, no tomen de esa agua porque está contaminada.” Demasiado tarde. El costo había sido carísimo, pero el Bonete ya había pasado.
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