El Himalaya siempre fue campo de batalla de las naciones más poderosas: Francia consiguió escalar el Annapurna, primer ochomil. Inglaterra alcanzó el Everest y Alemania el Nanga Parbat. Parecía que no había lugar a que países pequeños tuvieran un lugar dentro de la historia del Himalaya. Polonia, sin embargo, apareció de repente y consiguió no sólo un lugar en la historia del Himalaya sino también modificó la mentalidad del montañismo.
Jerzy Kukuczka y Wanda Rutkiewickz fueron dos de los grandes exponentes. Kukuczka sería el segundo hombre en hollar la cumbre de las 14 cimas más altas del planeta, pero no con la idea de conseguirlas, sino de abrir nuevas rutas o subir en invierno. Su meta era la dificultad. Para Wanda el camino fue similar y aunque su meta no era la misma de Jerzy, su fama trascendió pronto y aún hoy es una leyenda.
Jerzy Porebski presentó durante el Inkafest una ponencia sobre la historia del himalayismo polaco que presentamos a continuación. Aunque es un trabajo muy completo, al leerlo siempre surge la inquietud de conocer más de esa historia que aún no ha terminado.
Comenzaré desde el principio, desde el viaje a los 7,434 metros del Nanda Devi Oriental en 1939. El líder de la expedición fue Karpinski y sus compañeros fueron Stefan Bernadzikiewicz, Jakub Bujak y Janusz Klarner. El 2 de julio de 1939 Klarner y Bujak alcanzaron la cumbre. Desafortunadamente, la alegría de la victoria se vio empañada con la tragedia. El 18 de julio, cuando intentaban escalar el cercano Tirsuli (7,074 metros), Bernadzikiewicz y Karpinski murieron sepultados por una avalancha en el campo III.
Fue la primera escalada al Nanda Devi Oriental, relacionado con la maldición de la diosa hindú de la muerte y la destrucción, Kali. Nanda es uno de sus nombres. Las primeras víctimas de la diosa fueron Bernadzikiewicz y Karpinski. Sus cuerpos nunca fueron hallados.
Jakub Bujak pasó los años de la guerra en Inglaterra como constructor de máquinas para aviones. Murió el 5 de julio de 1945 durante una escalada en Inglaterra. Su cuerpo tampoco fue encontrado. En el décimo aniversario de la escalada al Nanda Devi, Janusz Klarner salió de su casa en Varsovia y nunca regresó. Tampoco han hallado su cuerpo.
Las oportunidades de escalar las grandes montañas se vieron interrumpidas por la Segunda Guerra Mundial y más tarde por la era comunista. La primera expedición posterior a la guerra sólo se organizó en 1960 al Hindu Kush de Afganistán. En 1971 una expedición dirigida por Andrzej Zawada tuvo éxito en el Kunyang Chhish (7,852).
Ahora unas pocas palabras acerca de Andrzej Zawada y la escalada invernal, por la cual los polacos se volvieron famosos en todo el mundo. La escalada invernal comenzó en las montañas Tatra. Tatra es una cordillera que alberga a las más pequeñas de las grandes montañas del mundo. La cordillera tiene menos de 60 km de longitud y la mayoría está ubicada en Eslovenia. A lo largo del periodo comunista en Polonia no era posible cruzar libremente la frontera con Eslovenia y se debía pasar por la frontera en las montañas.
Teníamos una pequeña parte en Polonia en la cual todos escalábamos. Si querías escalar, también tenías que hacerlo en invierno. Ni pensar en escalar en los ochomiles. Para cuando pudimos ir al extranjero, ya habíamos escalado todas. Andrzej Zawada quería escalar durante el invierno. El primer objetvo polaco fue Noshaq (7,492). El líder de la expedición fue el propio Andrzej e hizo cumbre con Tadeusz Piotrowski el 13 de febrero de 1973.
El primer ochomil escalado en invierno fue el Everest, el 17 de febrero de 1980 y en la cumbre estaban Krzysztof Wielicki y Leszek Cichy. Por supuesto, la expedición estuvo dirigida por Andrzej Zawada. De esta expedición se hizo recientemente un comic y lo pueden hallar aquí.
Después de cuatro años, Zakopane Climbing Environment organizó una expedición invernal al Manaslu. El líder era Lech Korniszewski. El 12 de enero de 1984 alcanzaron la cumbre Maciej Berbeka y Ryszard Gajewski. Ellos dos, lo mismo que el resto de los miembros de la expedición, eran miembros del Grupo de Rescate de los Tatras. A su retorno a Polonia, siete de los miembros de la expedición recibieron la medalla al mérito, pero el jefe de la expedición no recibió nada porque no había participado en la acción de la escalada. Era una injusticia y los miembros recortaron trozos de sus medallas para hacer una medalla extra a Korniszewski.
El Manaslu fue la segunda montaña escalada en invierno. El año siguiente fue escalado el Dhaulagiri por Jerzy Kukuzcka y Andrzej Czok. Pueden encontrar más detalles de Kukuczka en Internet o en mi película sobre él.
También debo mencionar la exitosa expedición al Cho Oyo, también en 1985. Fue el primer ascenso invernal por una nueva ruta. El 12 de febrero, Maciek Pawlikowski y Maciek Berbeka alcanzaron la cima. Tres días después también la alcanzaron Jerzy Kukuczka y Zygmunt Heinrich.
Estos dos ascensos invernales de Jerzy Kukuczka fueron un éxito enorme: por primera vez un solo hombre había realizado dos ascensos invernales a ochomiles espaciados por 300 kilómetros uno de otro en un lapso de sólo 25 días.
En el Cho Oyo sucedió algo cómico. Todo mundo sabe que a los polacos nos gusta el vodka. En una expedición, el doctor tiene alcohol para propósitos médicos. El juego con el doctor es que estaba escondiendo el alcohol y los expedicionarios veían eso. La botella tenía un letrero de “Veneno”. Sin embargo, Maciek Berbeka y Maciek Pawlikowski encontraron una botella. Medio litro de espíritus fue rápidamente convertido en un litro de vodka y los chicos comenzaron a beber.
Todo esto pasó en el campo base y fue visto por el doctor de una expedición canadiense. El doctor Yves Tessier, contempló horrorizado cómo los polacos mezclaban un veneno con agua, lo bebían sin límite y se volvían alegres. El canadiense llamó a Andrzej Zawada, jefe de esa expedición polaca, quien estaba en el campo III y le informó que dos de los escaladores estaban bebiendo un veneno desconocido. Zawada sólo preguntó quiénes bebían y dijo que todo estaba bien.
En 23 de enero de 1986, Jerzy Kukuczka y Krzysztof Wielicki hicieron el primer ascenso invernal del Kangchenjunga. Los montañistas polacos comenzaron a ser llamados “Guerreros del Hielo”. Era la era de oro del Himalayismo polaco. Artur Hajzer y Jerzy Kukuczka escalaron el Annapurna el 3 de febrero de 1987. La segunda cordada, formada por Krzysztof Wielicki y Wanda Rutkiewicz, tuvo que regresar por una debilidad de Wanda.
En agosto de 1988, Wielicki tuvo un accidente en el Himalaya: durante la escalada les cayó una avalancha de rocas. Krzysztof fue alcanzado por una roca en la cabeza y el resultado fue una fractura de compresión en la columna. Lo bajaron de la montaña. Los médicos, incluyendo las consultas a una clínica especializada en Suiza, confirmó que tendría problemas para caminar y que se tenía que olvidar de la escalada.
Sin embargo, apareció una invitación de un equipo belga que había invitado a tres polacos: Andrzej Zawada, Krzysztof Wielicki y Leszek Cichy. Krzysztof no lo pensó dos veces, aceptó la invitación y viajó con un corset de goma y construcción de acero. Ahora Krzysztof es conocido como un montañista solitario que escaló el Lhotse el 31 de diciembre de 1988. Esa fue la primera escalada solitaria e invernal a un ochomil. En Polonia aún se hace la broma de que fue el primer ascenso con corset.
Hubo muchas víctimas en las montañas durante este periodo, incluyendo al gran escalador Jerzy Kukuczka, en 1989. La era dorada del himalayismo polaco había terminado pero habían conseguido siete primeros ascensos invernales y un ascenso invernal solitario… y un ascenso con corset. Esta pausa duró hasta 2005, cuando Piotr Morawski y Simone Morolograron el primer ascenso al Shisha Pangma. Piotr murió más tarde en el Dhaulagiri, pero después de muchos años, los polacos regresaban a la escalada invernal.
El 9 de marzo de 2012, Adam Bielicki y Janusz Gołąb escalaron el Gasherbrum I. La expedición fue organizada la Polish Winter Himalayan Climbing y estaba dirigida por escaladores famosos: Artur Jajzer y Krzysztof Wielicki. El PWHC ayuda a capacitar, entrenar y dar soporte financiero a los montañistas jóvenes y talentosos que puedan ser tener una carrera, principalmente en la escalada invernal.
Ahora, hablaré sobre Wojtek Kurtyka. Fue uno de los montañistas polacos más famosos en el mundo y tenía un gran carisma. Wojtek renunció a las grandes expediciones al Himalaya y comenzó a escalar en la cordillera más alta del mundo en estilo alpino. Tuvo varios logros importantes: Changabang por la cara sur (1978), cara este del Dhaulagiri (1980), una nueva ruta en el Gasherbrum I (1983), la travesía del Broad Peak con Kukuczka (1984), la cara occidental del Gasherbrum IV (llamada Shining Wall, 1985), la cara este del la Torre Sin Nombre de Trango (1988), la cara oriental media del Cho Oyu (1990) y la cara este del Shisha Pangma (también en 1990).
Otras rutas prominentes fueron añadidas al montañismo polaco: en 1981, la cara sur del Annapurna, por Maciek Berbeka y Boguslaw Probulski. Llamaron a la ruta “Juan Pablo II” porque el papa había sufrido un atentado poco antes. La siguiente fue la cara oriental del Nanga Parbat por Jerzy Kukuczka, Zyga Heinrich y el montañista mexicano de 23 años Carlos Carsolio, para quien ese ascenso representaba su primer ochomil. Carlos se convirtió años después en el cuarto hombre en encumbrar los 14 ochomiles, después de Messner, Kukuczka y Loretan. También debo mencionar el ascenso exprés al Broad Peak por Krzysztof Wielicki: 16:30 horas hasta la cumbre y cinco de bajada.
1986 fue un año en que el K2 se vio ensombrecido por la tragedia. También los montañistas polacos la conocieron después de haber alcanzado la cumbre por la cara sur: Jerzy Kukuczka y Tadeusz Piotrowski. Desafortunadamente Piotrowski murió durante el descenso. En la ruta Magic Line, que escalaron Peter Bozik, Wojciech Wróż y Przemyslaw Piasecki, Wojciech también murió durante el descenso. Y también recordemos el primer ascenso femenial al K2 por Wanda Rutkiewicz.
A partir de Wanda comenzó el himalayismo femenil. La idea había nacido en Polonia, donde teníamos una gran y ambiciosa representación. Tal vez algunos de ustedes recuerden mi película Women in the mountains, galardonada en el Inkafest.
Las mujeres polacas decidieron organizar sus propias expediciones femeniles. En 1975, la expedición femenil dirigida por Wanda al Gasherbrum III (7,952 metros), la montaña más alta que aún quedaba sin escalar. A la cumbre llegaron Wanda Rutkiewicz y Alison Chadwick-Onyszkiewicz. El Gasherbrum II (8,034) también fue subido por una expedición enteramente conformada por mujeres. A su cumbre llegaron Halina Kruger-Syrokomska y Anna Okopińska. Se había convertido en el récord de altitud para mujeres.
En 1978, Wanda y otras tres mujeres hicieron el primer cruce de la cara norte del Matterhorn. Poco después, Wanda se convirtió en la tercera mujer en el mundo, la primera europea y primera polaca en alcanzar la cima del Everest, aún antes que los hombres polacos. Era una gran satisfacción para ella. El segundo gran logro como mujer fue el ascenso de Wanda al Everest.
Wanda se perdió durante un ascenso al Kangchenjunga hace 20 años, en 1992. Para entonces había alcanzado la cumbre de ocho ochomiles. La última persona con quien habló estaba regresando de la cumbre: Carlos Carsolio, organizador de la expedición.
Aunque la Era de Oro del Himalayismo Polaco había pasado, leyendas vivas del montañismo polaco como Krzysztof Wielicki, Artur Hajzer, Janusz Majer y otros, aún dan su apoyo a los jóvenes. Ahora, después de muchos años de ausencia, hemos alcanzado un nuevo logro en la escalada invernal al Gasherbrum I que ya mencioné.