Con el primer ascenso al Mont Blanc inició el alpinismo y poco a poco, se fueron abriendo diferentes rutas, cada vez más complicadas. Pero al escalador italiano Herbé Barmasse y a los españoles Iker y Eneko Pou no les importó hacerse de una lupa y encontrar una nueva vía para llegar a su cumbre al estilo clásico, es decir: siguiendo el estilo que utilizaran los alpinistas de las décadas de 1930 a 1950, sobre todo la de Walter Bonatti. Y en ello se incluía no sólo escalar la pared, sino llegar a la cumbre.

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“La diferencia básica entre lo que realizara Bonatti hace 52 años y en lo que hemos hecho nosotros ahora solo estaría en la dificultad —Bonatti abrió 5+ y nosotros 6c— pero en síntesis, la filosofía de escalada limpia (Sin parabolts) basada en la destreza, habilidad y valentía que impondría el alpinista italiano, es la que nosotros hemos querido seguir durante nuestra apertura.”

El resultado de cinco días de actividad se conoce ahora con el nombre de “La Clásica Moderna”, en la vertiente del Brouillard del punto más alto de los Alpes. La nueva ruta tiene mil metros de desnivel y los primeros 350 metros son “la parte nueva” con una dificultad hasta de 6c. Los restantes 650 metros son de dificultad baja.

Aproximación al refugio.

La cordada dejó colocados algunos pitones en la ruta “sobre todo en reuniones” para que quienes deseen repetirla sólo lleven empotadores y no tengan que colocar más anclajes fijos.

Para los hermanos Pou esta escalada significa mucho: “Sin lugar a dudas esta ascensión es un paso de gigante en nuestra carrera alpinistica”. Lo cierto es que el Mont Blanc sigue mostrando que no hay tales “últimos problemas” si se sabe escubriñar bien la montaña con ojos de escalador creativo. “Especial agradecimiento le debemos a Herbe Barmasse, por invitarnos a compartir con el este proyecto”.

El penúltimo largo de la nueva vía.

Saliendo del vivac.

La nueva vía en amarillo.

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