Por tercer año consecutivo, llegué a Patagonia justo al final de una excelente y larga ventana de buen tiempo. Inmediatamente caminé hacia el Glaciar Torre, pero era demasiado tarde y la ventana se cerró. C’est la vie. Afortunadamente, llegó una ventana de buen tiempo de dos días no mucho después, este pasado viernes y sábado (noviembre 26-27). Quería escalar solo el Cerro Standhardt, uno que había planeado desde febrero aquí en El Chaltén.
Cerro Torre, Torre Egger, Punta Herrón y Cerro Standhardt desde el glaciar Torre. Exicet está marcada en rojo.
Fotos: Colin Haley.
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Deje el vivac Niponino temprano el sábado y a las 4 había llegado al col Standhardt-Bífida, donde inicia la ruta Exocet (500 metros, WI5, 5.9). En la oscuridad me autoaseguré al terreno mixto del primer largo y luego, a la luz de la mañana, seguí a través de un largo sistema de rampas que surgen de la cara este del Standhardt.
Después de atravesar las rampas, apareció la característica que define a Exocet justo por encima de mí: la larga pared vertical de granito blanco se divide por una profunda chimenea que estaba repleta de hielo. La chimenea mide cuatro largos con dificultades de WI4, WI5, WI5 y WI4. Los primeros dos largos de la chimenea los escalé en solo, jalando mi mochila tras de mí. Escalé demasiado lento, pero asegurándome de que cada lugar de emplazamiento quedaba a prueba de bombas. Aunque el tercer largo no es más difícil que el segundo (de hecho, creo que un poco más sencillo), elegí autoasegurarme en él porque sentía mis brazos cansados. El cuarto largo lo hice solo excepto el paso de diez metros que autoaseguré.
Autoseguro en el primer largo, en la oscuridad.
Por encima de la chimenea hay otro largo mixto lleno de lajas que también autoaseguré y entonces continué hacia el hongo cimero, un largo sencillo y directo de AI3. Alcancé la cumbre a las 4pm, doce horas después de haber comenzado, y comencé el descenso. El descenso de Exocet es uno de los más fáciles y rectos en Patagonia porque es casi enteramente sobre hielo y lajas limpias, así que hay poca probabilidad de que las cuerdas se atoren. Llegué tropezándome a mi tienda en Niponino, muy cansado, poco después de que oscureciera y le ventana de tiempo se cerró mientras yo dormía toda la noche. El domingo la lluvia no me dejó un solo minuto desde Niponino hasta regresar al pueblo.
Mirando hacia el gran sistema de rampas.
Esta fue el primer ascenso en solitario al Cerro Standhardt. En 1994, Tommy Bonapace escaló solo la mayoría de la ruta Exocet, pero el mal tiempo lo obligó a regresar en la cumbre de la chimenea de hielo.
Originalmente había planeado llevar mi cámara para el casco en esta escalada, pero la noche anterior decidí que para escalar en solo esta clase de dificultad no querría la molestia extra de ese equipo, así que bastarán unas cuantas fotografías para ilustrar el ascenso.
Mirando desde la base de la chimenea de hielo.
Mirando al tercer largo de la chimenea.
En la base del tercer largo de la chimenea, el sistema de autoseguro que usé. "Inventé" esta técnica específicamente para esta ruta, que me permitía escalar 60 metros autoasegurado y después continuar sin tener que descender y luego ascender de nuevo. Tenía que dejar los tornillos de hielo, pero los recuperé a la bajada.
Autoretrato en lo alto de la chimenea de hielo.
Viendo hacia el norte, hacia el Cerro Piergiorgio, mientras hago la travesía hacia el hongo cimero.
Ls vista desde la cima del Standhardt, de las cumbres del Cerro Torre, Torre Egger y Punta Herrón.
Autorretrato en la cima, con el Fitz Roy y la la Aguja Pincenot en el fondo.