Craig Luebben. Rápel. Técnica, seguridad y material. Ediciones Desnivel, Madrid. 2007. 93 páginas. ISBN: 978-84-9829-079-0
| ¡Ah, rapelar! Hay que amarlo y odiarlo. Es una gran herramienta en la montaña e incluso puede ser divertido, pero, en ocasiones, es el momento del día en el que se pasa más miedo. |
El rapel, esa técnica tan conocida en todo el mundo y por el que mucha gente apuesta a que sea un deporte por sí mismo. Por supuesto, aunque el rapel es una técnica, puede tener tantas facetas diferentes que hacen que uno tome decisiones continuamente y deba estar preparado para analizar la situación que se presenta. No es lo mismo, por ejemplo, bajar una pared de 30 metros que una de 500 o más, sea en uno o varios rapeles.
Esto es lo que el autor pretende dar a conocer en este breve libro, pero el resultado es francamente malo. La técnica del rapel se puede abreviar a las primeras dos páginas mientras que el resto, si bien se aplica al rapel, no es exclusivo de él.
El libro se divide en los siguientes capítulos: 1. El rápel “estándar”, 2. Instalaciones para rápel, 3. Manejo de la cuerda, 4. Descensores/frenos para rapelar, 5. Aumentar la seguridad, 6. “Rápel”, 7. Cuerdas atascadas y 8. Situaciones especiales.
De cada capítulo se puede encontrar mucha información en otros libros. Las instalaciones son los anclajes que se utilizan y hay una gran cantidad de libros que hablan de ello con mejor dirección. Lo mismo pasa con los demás capítulos (excepto el primero).
Desde mi punto de vista (y esto es sólo una opinión muy particular, por supuesto) se trata de un libro que hubo que llenar de todo lo posible para hacer volumen cuando el tema en sí no daba para tanto. Lo lamentable es que no se incluyeran los errores más comunes y se creyera que lo que se menciona en el libro será seguido al pie de la letra por cada lector.
Por supuesto, el tema del rapel puede ser abordado en un libro como este o en uno mucho más denso, pero a éste le faltaron puntos muy importantes como el por qué el triángulo de fuerzas multiplica la carga. Este es sólo un ejemplo de lo que el autor bien pudo haber tocado. El libro tendría otra orientación entonces.
Pero aunque en el prólogo se menciona que el libro “se ha escrito desde la perspectiva de la escalada y el alpinismo”, más bien parece estar dirigido a ese público que se dedica exclusivamente a rapelear. No está mal que se haga, por supuesto, pero el autor debería ser claro.
Para aquellos que sólo se dedican a hacer rapeles y no a escalar, este libro les vendrá como un manual que deberían seguir y poner en práctica continuamente para no tener errores.
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