1954. Dos hombres llegan a la cumbre del K2. Un telegrama de Ardito Desio vuela a Italia: “Anuncio conquista italiana segunda cima del mundo 31 julio. Desio.” Y así, la expedición italiana vuelve sobre sus pasos a su patria, con los nombres de quienes llegaron a la cima ignorados por el mundo como una muestra de espíritu de equipo.

Lacedelli y Compagnoni en la cima del K2, el 31 de julio de 1954
Fotografías: www.montagna.org
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Pero su llegada a Italia cambiaría todo y los nombres salieron a relucir: Lino Lacedelli y Achille Compagnoni. Fueron tratados como héroes nacionales y el resto de sus compañeros olvidados, como sucedió en la conquista del Everest. Uno de ellos, Achille Compagnoni, falleció el 13 de mayo, a la edad de 94 años, en un hospital de Aosta.

El K2 era entonces la montaña más alta en ser conquistada, una vez alcanzadas las cimas del Annapurna (3 de junio de 1950), Everest (29 de mayo de 1953) y Nanga Parbat (3 de julio de 1953). Pero también era mucho más técnica que el resto de las montañas. Italia se había ganado un lugar en la historia del montañismo, sobre todo porque los dos habían llegado a la cumbre sin oxígeno. Al menos eso decía la versión oficial.

Achille Compagnoni, en el 2004

Diez años más tarde, un reportero acusó a Walter Bonatti, que tenía 24 años cuando participó en la expedición, de haber robado el oxígeno que estaba destinado a Lacedelli y Compagnoni para hacer su propio intento. Bonatti recurrió al tribunal y ganó el juicio, pero fue prácticamente desterrado del mundo del montañismo hasta que en 1965 decidió retirarse con una escalada maestra, como todo lo que había hecho en todos esos años: la cara norte del Cervino en solitario.

Durante décadas, Bonatti siguió esgrimiendo sus argumentos y la gente ya hacía un vacío alrededor de él. Finalmente, ganó y hasta el Club Alpino Italiano reconoció que había estado en un error durante todo ese tiempo. En el 2006, Lino Lacedelli publicó un libro en donde daba completamente la razón a Bonatti y le pidió que se acercara para pedirle disculpas en persona. La respuesta de Bonatti fue una: “Es demasiado tarde”.

Compagnoni, pese a haber sido uno de los dos que pisaron la segunda montaña más alta del mundo, murió pero en cualquier reconocimiento a su conquista, siempre quedará la sombra de lo que realmente pasó en el K2 la noche del 30 de julio de 1954.