El volcán Sajama es la elevación mayor de Bolivia y ese fue el objetivo del costarricense Warner Rojas, quien subió acompañado del boliviano Roberto Gómez después de subir otras montañas como parte de su aclimatación.
El Volcán Sajama es un antiguo volcán extinto aunque no tanto, pues en sus alrededores hay aguas termales provenientes de las entrañas de este volcán. Está dentro del parque nacional del mismo nombre y sus oficinas están en un pequeño pueblo llamado Sajama, donde pagamos los permisos de admisión. Pasamos esa noche en el pueblo.
Amanecer en el Campo Alto
Al otro día caminábamos por un camino de arena volcánica, muy suave para caminar, y vimos una gran cantidad de llamas que son —por llamarlo de alguna manera— el ganado de este pueblo, el que crían para producir lana. Fue un espectáculo precioso ya que en nuestras tierras de Centro América no hay estos animales. El campo base del Sajama está ubicado a 4,700 metros.
Al día siguiente fuimos al campo alto (a 5,700 metros) por un camino mucho más inclinado que el del día anterior y además caminábamos sobre arena y rocas de diferentes tamaños. Literalmente dabamos dos pasos y retrocedíamos uno. Subíamos con mochilas de más de 15 kilos a más de cinco mil metros. En laa tarde derretimos nieve para el día siguiente, el día que llegaríamos a la cumbre.
Camino a la cumbre.
Estábamos a 13 de septiembre e intentaríamos la cumbre al otro día, 14, la víspera de la Independencia de Centroamérica. Para mí sería un honor poder la bandera de Costa Rica ese día en la cumbre del Sajama.
Nos levantamos a las dos de la mañana. Yo estaba muy ansioso. En esos momentos estábamos en el campo alto con un grupo de tres franceses que habían llegado el día anterior por la tarde. A las tres iniciamos el ascenso. Una hora más por arena y piedra y luego entramos a una canaleta que seguimos hasta el inicio del glaciar. Ahí inicia lo más fuerte del ascenso pues el inicio esté lleno de Penitentes de hielo, algunos con más de metro y medio de alto. Nos llevó dos horas superar esta parte de la montaña.
Grieta en el camino
Estábamos a unos 10 grados bajo cero, pero no había viento. Después de los penitentes la inclinación se hizo más fuerte. En esos momentos rompía el amanecer, uno de los más bellos que haya visto en mi vida. La luz del alba nos daba más ánimos para seguir. Pensaba en mi hijo y mi esposa, grandes apoyos que han sido en las diferentes montañas que he escalado. También pensaba en lo dificíl que había sido estar allí, pero con un muy pequeño presupuesto estaba muy cerca de poner la bandera de mi amada Costa Rica en la cumbre de esa montaña. También pensaba en todas las personas que de una u otra forma me habían dado su apoyo para este viaje. Estas y otras razones me impulsaban a continuar.
Cinco horas y 40 mi minutos después de haber iniciado el ascenso, desplegaba la bandera de mi país y la extendía en lo más alto de Bolivia. Todo un honor estar allí en compañia de un amigo. La cumbre del Sajama es muy amplia, creo que la más amplia que he visto en mi vida. Y muy plana. Estuvimos 20 minutos e iniciamos el descenso.
Esta expedición se realizó gracias a Coínca, Delga Clinic, ropa Tropics y a el grupo de amigos que donaron el pasaje de avión.
En la cumbre del Sajama, con la bandera de Costa Rica desplegada.