Peter Barber (coordinador). El gran libro de los mapas. Paidós, Barcelona, 2006. 362 páginas. ISBN: 978-84-493-1922-8
En algún momento de nuestras vidas, todos hemos usado un mapa, sea el de carretera, el del sistema del metro o un simple croquis para llegar al lugar de la fiesta. Los mapas son abundantes hoy en día e incluso las revistas más prestigiosas como National Geographic incluyen periódicamente algún mapa dentro de uno de sus ejemplares.
Usados como manifestación de arte, de dominio popular o religioso, de áreas conquistadas o de campos de batalla, de zonas afectadas por un desastre o cualquier otra cosa más que provea información, los mapas han sido una parte importante de la historia del hombre. Pero precisamente por ser parte de su historia es que están sujetos a cambios.
Con textos de 67 colaboradores y los de él mismo, Peter Barber se lanzó a la tarea de hacer un libro en el que se mostrara la evolución de la idea de un mapa, desde el más antiguo mostrado en el libro (1500 a.C.), hasta una fotografía satelital tomada en el año 2005, que también proporciona información múltiple, el libro muestra que los mapas no siempre fueron una representación cartográfica precisa.
Los mapas han sido representados de muchas maneras: en roca, en arcilla, en muros, en grandes libros (el mayor de los cuales mide casi dos metros de altura), en estampillas de correo, en biombos, en servilletas, en seda, papel de arroz, papel de todos las calidades y ahora en papel fotográfico, para ver la mayor resolución de las fotografías tomadas por un satélite.
El libro es una belleza en muchos sentidos. En primer lugar, se trata de una recopilación de los mapas más importantes de la historia (la historia vista desde Europa, por supuesto). Muchos de ellos, sobre todo los primeros, son auténticas obras de arte en las que el compilador se pregunta si el mapa no fue entonces más una obra artística que una representación de datos.
Cada mapa ocupa una sola página y su explicación la página opuesta. Así se puede leer de qué se trata teniendo a la vista el mapa. Así, uno va recorriendo mapa a mapa la historia del mundo, con ideologías, religiones, invasiones y conquistas, con proyectos de exploración (como el plan de Schackleton esbozado en la invitación a una cena de gala, en donde explicaba su futura travesía a la Antártida, 1914) o mediciones hechas en secreto (como el primer mapa donde el pico XV del Himalaya aparece por primera vez con el nombre de Everest (1858).
Además, se incluyen varios capítulos que no contienen mapas pero que ayudan a comprender el mundo de la cartografía:
Los signos del mapa;
Mapas, humanidad y moralidad;
Mapas, mercado y monarcas,
Mapas y dibujo.
El resultado no es sólo una historia de la cartografía, sino también el entendimiento de que el mapa es un instrumento importante en la historia del hombre, tanto que ahora se usa cotidianamente Google Earth o Google Maps como fuente de referencia.
El compilador, Peter Barber, ha trabajado durante muchos años en la British Library de Londres y escrito libros especializados sobre cartografía occidental por lo que su enfoque no es precisamente global (nadie podría estar enterado de toda la historia del mundo) pero su gran conocimiento de los mapas lo llevó a lograr este libro.
Erratas
El mapa más antiguo es una roca hallada en Ucrania y ha sido fechada en aproximadamente 12 mil a.C., por lo que los mostrados en las primeras páginas no son los primeros.
En la página 310, cuando explica el mapa esbozado en una invitación por Schackleton, dice “Mar de Weddle” en dos ocasiones. El nombre del Mar es Weddell, y recibe su nombre del británico James Weddell, quien fuera capitán de la primera embarcación en internarse en esas aguas en 1823.
