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Montañismo y Exploración
Autorrescate en escalada
11 agosto 2009

Una situación de emergencia en la pared tiene que ser solucionada por los mismos escaladores. Se trata de improvisar pero lo más importante es "que ejecutes esas maniobras con seguridad y con éxito, sin lastimar a tu compañero". Este libro es una guía para azuzar esa creatividad.







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Andy Tyson y Molly Loomis. Autorrescate en escalada. Improvisar soluciones en situaciones difíciles. Ediciones Desnivel, Madrid. 2008. 231 páginas. ISBN: 978-84-9829-105-6

 

Al igual que ocurre en la vida, en la escalada existen a menudo múltiples maneras de resolver un mismo problema. Es cierto que algunas soluciones son más eficaces que otras y que cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, pero lo que debe entenderse es que la solución “óptima” será aquella que tú, como rescatador, puedas llevar a cabo con seguridad y éxito.

Autorrescate en escaladaUno de los temas más espinosos en montañismo es el de los accidentes. Aunque todo mundo sabe que pueden pasar, nadie habla de ellos y muchísima gente ni se preocupa por preguntarse qué hacer en caso de una emergencia. Bueno, supongamos que ya estás en la pared y tienes un accidente. ¿Qué hacer? La respuesta variará de acuerdo al terreno, la experiencia de los escaladores, el tiempo, la gravedad de la persona herida o enferma, etc.

Autorrescate en escalada es un libro que apunta a soluciones en problemas. No es un libro para principiantes pues asume que el lector tiene experiencia en diversas técnicas, además de que “No se trata de un texto sobre prevención de accidentes; al contrario, asume que puedes acabar encontrándote en una situación que precise resolverse con criterio propio y creatividad en el manejo de las cuerdas.” (p. 12)

Pero lo más importante es que no es un manual, sino una ayuda para aquellos que, sabiedo las técnicas, puedan comprender otras y usarlas para salir del atolladero: “…este libro trata sobre iniciativas personales. No abogamos porque te encargues de resolver situaciones que te superen, pero sí porque te encargues de solucionar problemas que sí que estás capacitado para solventar.” (p. 22)

Iniciativas personales. Aunque cualquier iniciativa es buena y bienvenida, por supuesto siempre son mejores las que tienen como respaldo un conocimiento porque se trata de salir con bien, no de meterse en más problemas: “Lo más importante  es que ejecutes esas maniobras con seguridad y con éxito, sin lastimar a tu compañero.” (p. 25)

El libro comienza de la manera más atrayente posible para un tema tan evitado: narrando un autorrescate exitoso. Después analiza lo que hay que organizar como cordada o escalador y finalmente se va a la técnica. Capítulo tras capítulo, van deslizándose nudos, equipo y técnica. Cada capítulo no es para leerse nada más, sino para estudiarse y ponerse en práctica con el fin de aprender las maniobras.

Después viene un capítulo con varios casos probables en donde se desmenuza el caso, la solución (a recordar que siempre hay más de una posible solución), los posibles contratiempos, la prevención y maniobras a repasar para aplicar la solución señalada.

Finalmente, viene un capítulo importante: cuando se recibe ayuda del exterior, un apartado que deberíamos leer todos los montañistas para recordar que no se trata de una escalada, sino de solucionar un problema que surgió de improviso. “Debes darte cuenta de que los protocolos de seguridad que ponen en marcha los servicios de rescate organizados suelen diferir de los que tú y tus compañeros improvisáis, y que también son admisibles.” (p. 22)

Además, tiene varios apéndices: estadísticas de accidentes en Norteamérica (basados en Accidents in North American Mountaineering, publicado por el American Alpine Club), especificaciones del material, fiabilidad de los nudos, dónde ampliar la información, lecturas y un glosario breve.

El libro es excelente pero, repetimos, no está dirigido a gente que no conózcala técnica básica de escalada y la domine. El lenguaje y la combinación de técnicas le puede resultar abrumador, como “nudo autobloqueante más nudo dinámico, más nudo de fuga y nudo de gaza de refuerzo”, sólo para explicar un método.

Otras citas útiles del libro

Las operaciones de rescate organizadas llevan tiempo, precisan de bastante más gente y material, y a menudo son costosas, por no mencionar el riesgo que implican para las personas que las llevan a cabo (en ocasiones voluntarios). (p. 12)

Si te das cuenta de que existe otra opción buena mientras expresas en voz alta la que has tomado, no tengas miedo en flexibilizar tu plan, pero comprueba que sus piezas encajan antes de ejecutarlo. También puede venir bien que la víctima se entere del plan. (p. 21)

Un rescate no ha acabado hasta que se ha terminado de recoger todo y se habla sobre el mismo, independientemente de lo leve o grave que sea la situación. Esto es importante. (p. 23)

Descubre qué ocasionó el accidente y haz que se enteren tus compañeros de escalada para que no cometan ellos el mismo error. (p. 23)

En situaciones de estrés resulta fácil caer en una visión de túnel y tal vez tengas una solución sencilla a esa situación delante de tus narices. (p. 113)

Te interesa que los nudos autobloqueantes toquen la nieve lo menos posible. Los nudos mojados deslizan peor y no muerden tan bien. (p. 114)

…debido a la acción de sus levas, los bloqueadores mecánicos no deberían llevarse puestos en la cuerda cuando se camina sobre un glaciar… la leva , o los dientes en el caso del Tibloc de Petzl, pueden dañar gravemente la cuerda en caso de caída dinámica. (p. 115)

Lee la tabla de contenido y la introducción gratis (PDF)



 



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