Es un muchacho con el rostro tranquilo y sonriente. Cuando está al pie de un muro para competir o de una pared para escalar, todo él se concentra en lo que está haciendo. Simplemente, dedica toda la energía a lo que hace. El año pasado, Mauricio Huerta volvió a ser el primero en su categoría, lugar que ocupa desde 2005. Después, se fue al Campeonato Mundial Juvenil en Ecuador y ganó el lugar número trece. También fue al Campeonato Mundial de Escalada en España y quedó en el lugar 75.

Mauricio Huerta al partir de la Ciudad de México hacia el Campeonato Mundial Juvenil, en Ecuador, 2007.

Fotografía: Carlos Rangel

¿Quién es Mauricio Huerta?

Nació el 16 de marzo de 1989 y es el menor de dos hijos. Un día de principios del 2000, su primo Rodrigo Navarro lo invitó a escalar a un rocódromo en su ciudad, Morelia, y le gustó pero su primer contacto fue devastador: no podía escalar las rutas, pero no se desanimó. Comenzó a asistir al rocódromo tres o cuatro días a la semana para trabajar las rutas. “No podía ir más porque antes no abrían mucho el rocódromo”.

Así, a los tres meses había escalado ya todas las rutas del rocódromo. Entonces apareció un nuevo horizonte: tomó un curso de escalada en roca, impartido por Salvador Marines y con ello estuvo ocupado dos meses. Al final, tenía un grupo de amigos con los cuales podía salir a escalar con seguridad y lo hizo con regularidad hasta que apareció un cambio en su vida: en el 2002 fue con un grupo de escaladores de Morelia a la ciudad de Aguascalientes para participar en su primera competencia de escalada.

Aunque obtuvo un lugar bajo (aproximadamente el 25) regresó a casa muy motivado por el ambiente que había vivido. “Yo seguía escalando y juntándome con los mejorcillos de aquí e íbamos a las competencias cuando había; mis lugares se mantuvieron igual un par de compes más. Después subí hasta el 11 y luego, en mi primera final, quedé en séptimo y segundo de mi categoría (juvenil general)”.

Mauricio intentando el bulder "Esperanza" (v14).

Fotografía: León Fernández

Como había hecho con el muro anteriormente, siguió el mismo camino en las competencias: después de cuatro competencias y aproximadamente cinco meses, quedó en segundo lugar de su categoría. En el 2003 participó en el Campeonato Panamericano de Escalada en Roca y dentro de su categoría quedó en segundo lugar. Hasta entonces, sólo escalaba lo que podía y se esforzaba, pero no tenía ni entrenador ni un plan de entrenamiento. Su avance se daba en base a sus propias cualidades pero hacía falta explotarlas.

En el 2005, la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada puso en marcha un plan: realizar concentraciones los sábados y domingos en donde los escaladores que participarían en el Panamericano que se celebraría en Guatemala. El objetivo era apoyar a los escaladores con un programa de entrenamiento. Carlos Vargas y Javier Canché, ambos alumnos del curso de planificación del  entrenamiento que impartió David Macià en la Ciudad de México en el 2004, por invitación de Montañismo y Exploración, eran los entrenadores de todos los escaladores nacionales.

Si bien el Panamericano se suspendió por la presencia de un huracán en la zona de Guatemala, las concentraciones tuvieron muy buen resultado pues los puntos abordados (progresión, técnica y táctica para escalada) siguen siendo de gran utilidad a quienes asistieron. Mauricio dice convencido: “Sobre todo a leer las rutas, se me quitaron los nervios y las ganas de ganar. Hasta la fecha me ha servido todo eso”.

Cuando se terminaron las concentraciones, Mauricio y Canché siguieron trabajando juntos y desde entonces es Javier el entrenador de Mauricio. Javier no le cobra porque su intención es apoyar a la escalada en México y que suba el nivel, compromiso que adoptaron como suyo Mauricio y Diego González. Pero esto funcionó hasta el 2007, cuando decidieron que el entrenamiento debería ser más personalizado y dirigido a cada escalador. Los mismos escaladores y Javier acordaron que deberían pagar a éste último por su esfuerzo.

Mauricio en "Los 40 ladrones" (5.14a) en Rodellar, España. Fotografía: Christian Ehlert

“Con el entrenamiento es fácil notar la diferencia: escalas mucho más fuerte en poco tiempo”. Es posible que el éxito de Mauricio en las competencias haya llevado a muchos escaladores más a poner en práctica el método de entrenamiento que sigue.

En el 2005, viajó a Alemania junto con Christian Ehlert para asistir a la Copa del Mundo. “Ahí vi cómo es una competencia mundial y lo difícil que es ganar. Las competencias son iguales que aquí. Bueno, hay grandes diferencias: allá hay mucha gente voluntaria que ayuda y que hacen que las competencias salgan muy bien; el armado de las rutas es diferente y bueno, el ambiente es rico: conoces gente fuerte y es muy motivante. Independientemente del nivel de allá (notoriamente mayor porque tiene talla mundial), lo que las hace diferente es la buena organización y la mucha gente que ayuda. Aquí parece que son muy pocos los voluntarios”.

En el 2007 participó en el Campeonato Mundial Juvenil de Escalada y quedó en el lugar 75, pero al mismo tiempo hizo varias escaladas en Rodellar, España, y logró encadenar La Familia Manson (5.13c, 8a+), Los 40 Ladrones (5.14a, 8b+), Welcome to Tijuana (5.14b, 8c) y Hulk, (5.14b, 8c) y comenzó a intentar Honky Tonky (5.14b, 8c).

Con esto se convirtió en el segundo mexicano en escalar 5.14b (dos rutas), detrás de Miguel Hernández, quien escalara el mismo grado en agosto en White Zombie, también en España. Hasta ahora, tiene en su haber dos 5.14b y tres 5.14a.

Después viajó por su cuenta a diferentes competencias del Campeonato Mundial y siguió aprendiendo, siempre aprendiendo.

En el 2007 se presentó a su segunda Copa del Mundo, pero esta vez iba a aprender y a participar en todas las competencias que pudiera, Así, viajando de país en país, estuvo en varias y aunque no tuvo un lugar destacado, aprendió mucho.

Para Mauricio, la escalada es siempre algo nuevo:

—Siempre es un nuevo reto, nunca sabes si podrás escalar la ruta totalmente o caerás antes de completarla, nunca vas a estar seguro.

Mauricio en "Honky Tonky" (5.14b), Rodellar, España.

Fotografía: Edrik Freiria

—¿Es peligroso? ¿Te gusta jugarte la vida?

—En absoluto: el equipo está hecho para eso, para que la escalada sea segura, y menos en muro artificial. Creo que no me juego la vida escalando. Creo que sobre todo lo que más me llena es la satisfacción de cuando encadeno algo o cuando doy unos buenos pegues, en general cuando doy mi mejor esfuerzo. Creo que es lo que más me gusta de esto y también la diversidad de movimientos, siempre son nuevos movimientos todo el tiempo. Siempre es algo nuevo, no como en otros deportes. Siento una satisfacción muy grande al llegar ¡hasta arriba!

—¿Y si no llegas?

—Si doy mi mejor esfuerzo, también me siento muy satisfecho.

Los planes para el 2008 de Mauricio son quedar entre los primeros cinco en el Campeonato Mundial Juvenil de Escalada (en 2007 quedó en el lugar 13), a celebrarse en el mes de agosto en Australia, y ganar el Campeonato Norteamericano, que se celebrará en Motreal, Canadá, en diciembre. Y para su vida: cuando termine la preparatoria, estudiar informática y viajar por todo el mundo y conocer otras culturas porque “es compatible con la escalada”, aunque se declara incapaz de convencer a un fanático del futbol de por qué escala.