El sábado 14 de abril, el curso de alta montaña impartido por los instructores Israel Correa, Laura Enríquez y Mario Romero, de Montañismo y Exploración, fue a hacer una práctica al Iztaccíhuatl. En la noche del sábado, Mario tuvo que bajar desde el lugar del vivac (5,160 metros, donde termina la Panza) a una muchacha que se sentía mal. Lo acompañó un alumno más.

El domingo temprano, el grupo, compuesto de diez personas incluidos los instructores (Israel y Laura) subió al Pecho a realizar la práctica que tenían programada. Cuando terminaron, se hizo la formación clásica de descenso: uno en la punta y otro a la retaguardia. En este caso, Israel iba a la punta y Laura detrás.

Miguel (así lo llamaban todos sus compañeros) estaba arreglando su mochila y Laura y Everardo lo estaban esperando. Mientras tanto, Everardo preguntaba a Laura por el uso de los bastones, que nunca había usado. Miguel dijo estar listo. Laura volteó a comprobarlo y entonces los tres comenzaron a descender. Primero Everardo y luego Laura, quien le iba corrigiendo el uso de los bastones. Al final, Miguel.

Bajaban del Pecho hacia la Panza por la Arista del Sol, un lugar muy transitado y que no tenía hielo ni nieve. De repente, Miguel gritó. Laura volteó y vio a Miguel de pie en la arista (los tres estaban en la arista, separados por unos cuantos metros) como si estuviera mareado, perdió el equilibrio, su mochila se fue de lado y terminó de jalarlo. Eran las 13:45 horas.

Cayó hacia el lado de México sobre lo que antes era el glaciar suroeste y que ahora no existe. Lo perdieron de vista casi inmediatamente.

Laura alcanzó a uno de los muchachos para que avisara a Israel mientras ella comenzó a ponerse el arnés para descender y hacer la búsqueda. Raymundo Arreola aseguró a Laura para que descendiera por la pared y ubicarlo.

Israel llegó al sitio en pocos minutos y mientras Laura (que ya estaba lista) bajaba, Israel se ponía el arnés para trabajar en conjunto. Israel descendió por la misma cuerda y alcanzó a Laura. Ella ya había ubicado a Miguel y le gritaba, pero no había respuesta. La caída fue de 125 metros (tomada con altímetro) y Miguel había quedado en un arenal de la base de la pared rocosa.

Al darse cuenta que no había respuesta, Israel subió por la cuerda para organizar al grupo. También se reunió en una sola mochila el equipo técnico que necesitarían, ropa para dormir y un poco de agua. En el grupo había tres personas que tienen mayor conocimiento técnico y conocen la montaña, por lo que se les encargó llevar al grupo a La Joya, adonde llegaron después.

Cuando el grupo se fue, Laura e Israel desescalaron tres largos de cuerda por la pared hasta alcanzar el cuerpo de Miguel. Israel se acercó a él y comprobó que no respiraba. Como la zona es muy expuesta, ambos se protegieron en un lugar y comenzaron a hacer contacto con Mario Romero, quien se encontraba en La Joya. Le dijeron que Miguel había caído y fallecido, que estaban junto a su cuerpo. Que el resto del grupo estaba bien y que el grupo estaba en camino a La Joya. Que tenía que activar el sistema de emergencia para llamar a Alfredo Velázquez (presidente de la Federación) y a Carlos Rangel.

También les dio la ubicación de dónde estaban para ubicar a los grupos de rescate. El Socorro Alpino de México estaba en La Joya y salió inmediatamente hacia el refugio de Ayoloco. Mario le pidió a Israel (vía teléfono celular) que bajara para encontrarlos y que fuera más fácil su ubicación. Además, el tiempo se estaba cerrando y decidieron bajar para hacer el reconocimiento de la ruta a seguir para el rescate del cuerpo. Dejaron equipo y una de las dos cuerdas para las maniobras de rescate del día siguiente.

A lo largo de la noche y a la mañana siguiente llegaron elementos de la Cruz Roja, del Socorro Alpino, de Protección Civil sección Toluca y varios grupos más, incluyendo a miembros de Montañismo y Exploración.

El lunes subió la pared un grupo de seis personas, todas con muy buena técnica y condición física. Entre ellos iba un médico y un paramédico de Cruz Roja. Debido a la dificultad del terreno, sólo podrían subir esas seis personas, por lo que el resto permanecimos en el refugio esperando que llegaran a la parte baja de la pared y apoyarlos desde ahí.

El rescate del cuerpo fue muy tardado en la pared (por el terreno tan inestable) y a las seis de la tarde apenas llegaba al refugio de Ayoloco. De las treinta personas, varias se habían retirado porque el descenso por la pared era "muy tardado". Comenzamos a bajar y antes de llegar a Cruz de Rosas, notificaron que iba un helicóptero. Al final, el piloto dijo que no podría aterrizar en donde estábamos, sobre todo por la carencia de luz.

El cuerpo llegó al Ministerio Público de Amecameca a las 2:10 de la mañana de este martes. Previa a la llegada, Laura e Israel presentaron testimonio de lo que había sucedido en la montaña.

También dimos los pésames a los familiares de Francisco Miguel Ruiz García, un muchacho de 20 años con toda la energía de la vida y que siempre practicaba deportes al aire libre, como mencionaron sus primos.

Los miembros de Montañismo y Exploración queremos agradecer a todos los cuerpos de rescate que acudieron a la montaña a prestar apoyo. Hubo incluso gente que no pertenecía a ninguna de las agrupaciones de rescate pero que se había enterado y acudía a prestar ayuda. A ellos también nuestro agradecimiento, además de nuestra admiración por su labor altruista. También agradecemos a la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, quien ayudó a organizar el rescate y las comunicaciones.

Laura Enríquez Castro

Israel Correa Castellanos

Carlos Rangel Plasencia