Heinrich Harrer, uno de los cuatro escaladores que realizaran el primer ascenso a la pared norte el Eiger y autor de varios libros, falleció el sábado 7 de enero a la edad de 93 años. Harrer fue conocido en el mundo del alpinismo por ese primer ascenso que hizo por la pared norte del Eiger en 1938.
En ese ascenso, él y su compañero Fritz Kasparek terminaron por unirse a la poderosa cordada de Anderl Heckmair y Ludwig Vörg, quienes llevaban el equipo necesario para enfrentarse a esa pared, pues hasta el momento todos la habían creído como un problema de roca con dificultades de hielo. Heckmair lo consideró principalmente un problema de hielo y nieve con dificultades de roca, por lo que llevaba equipo especial que revolucionaba lo que hasta entonces se usaba: crampones de doce puntas y piolet con pica curva. Este equipo y la habilidad de Heckmair, quien escaló como puntero la mayoría del tiempo, permitió superar la pared aún cuando el mal tiempo llegó sobre ellos.
Harrer participó en 1939 en una expedición a la “montaña asesina” (Nanga Parbat) que entonces era considerada como dominio de los alemanes. Los integrantes de esta expedición fueron detenidos por el ejército británico y años después varios escaparon del campo de concentración en que estaban.
Harrer y Peter Aufschnaiter lograron llegar a Lahsa, la ciudad prohibida del Tíbet y ahí permanecieron durante varios años, tiempo en el cual se convirtió en amigo y mentor del Dalai Lama y conoció el Tíbet como pocos europeos.
A su regreso a Europa, Heinrich Harrer publicó un libro (publicado en 1953) sobre estas experiencias y debido a lo intenso de su vivencia en el Tíbet prácticamente olvidó la montaña. Siete años en el Tíbet ha sido traducido a numerosos idiomas y fue llevada a la pantalla grande en 1997 con Brad Pitt como Harrer.
Aunque la película alcanzó un éxito de taquilla, no refleja con fidelidad el contenido del libro y siempre es recomendable leerlo, pues la relación entre Harrer y el Dalai Lama no es como se plantea en la película aunque sí muy intensa, como lo fue en realidad. No es necesario plantear fantasías cuando la realidad es así de fuerte.
Harrer siguió viajando por el mundo: el Amazonas, Alaska, Nueva Guinea, Nepal, Surinam, Sudán, Borneo, India, Zaire, Uganda y Bhutan entre otros destinos. Escribió varios libros de sus viajes, algunos de los más conocidos son:
En este último libro se lamenta de cómo el Tíbet ha cambiado a partir de la ocupación china. Heinrich Harrer se apartó de la vida pública poco antes del estreno de la película que lo hiciera famoso en el mundo entero, pues asomó su pasado nazi y que hiciera que la película estuviera a punto de ser censurada por completo cuando estaba a punto de ser terminada. Sin embargo, Harrer se dedicó una gran parte de su vida a la causa de la gente tibetana de muchas maneras. Si fue un nazi, ese viaje al Nanga Parbat, y todas sus consecuencias, lo convirtió en un hombre distinto.
Harrer también tiene una exposición de fotografías del Tíbet tal como lo conoció él, algunas de las cuales pueden ser compradas como copias autografiadas por él mismo. Esas fotografías tienen un valor histórico irrepetible.