Alejandro Rodríguez de la Cruz
El Universal
Domingo 19 de marzo de 2006
A la vida de Fernando Dávalos González no le falta nada. Es médico cirujano, esposo de Rosario y padre de Fernando y Eugenio.
Sin embargo, a menudo se encuentra rodeado de temperaturas menores, suspendido a grandes alturas y en riesgo constante por alcanzar su propia cima.
Doctor por vocación, padre de familia por convicción y deportista por elección, su pasión es el montañismo. Pese a sus múltiples ocupaciones, encuentra en dicha disciplina un reto de superación personal continua.
Hoy está ante uno de los mayores retos para los que se dedican a la alta montaña: escalar el Everest.
Con el proyecto “El límite es el cielo... Proyecto de Vida Himalayas 2006-2007” busca escalar la cumbre más alta del mundo que se encuentra a 8 mil 848 metros sobre el nivel del mar.
Este reto está dividido en dos etapas: la primera es escalar la montaña de Cho Oyu, en los Himalayas, el próximo 4 de abril y la segunda es conquistar el Everest en abril del siguiente año.
“Es un proyecto de vida, el cual quiero compartir con la comunidad. Me voy a una expedición donde tengo un compromiso grande conmigo, con mi familia y con México”, explicó Fernando Dávalos.
Pese a ser un montañista dedicado de tiempo completo, no descuida sus otros compromisos. “Quiero demostrar que se pueden combinar los aspectos mencionados. Es difícil, pero no imposible”.
Entre sus diversas expediciones en el Contiente Americano se encuentran las cumbres del Aconcagua, Urus, Cotopaxi, Mount Hood, Chacaltaya, Cerro Catedral Pacaya y Guaguapichincha, entre otros.
Para realizar cada expedición, Dávalos planificó sus obligaciones, donde la familia siempre cuenta con un lugar especial.
“Cuando subo, mi familia me acompaña, no físicamente, pero sí moralmente. Mi primer hijo de tres años y medio me apoya demasiado al igual que todos”, detalló el médico cirujano.
Y es en las palabras de su hijo mayor, Fernando, donde ha encontrado un apoyo especial.
“La semana pasada le pregunté a mi hijo que si el quería ir conmigo a la montaña más grande del mundo. Y me dijo que no puede ir porque tiene que quedarse a cuidar a mami y a Eugenio. Son palabras que pegan en el corazón. Al mismo tiempo me dice ´tu vete papi, tú debes de hacerlo”, compartió.
Quienes practican montañismo, al igual que el originario de Monterrey, la dedicación va a más de cuatro horas diarias de entrenamiento físico para estar en condiciones de aguantar situaciones adversas.
“Una de las cosas más difíciles es ponerte las botas, subirte al avión, ir, regresar y seguir con todo igual. No es difícil, es complejo”, dijo Dávalos.
Pero la meta no termina con la conquista de la montaña más grande del mundo.
“Quiero conquistar las cumbres más altas de cada continente. Me gustaría escalar las siete cumbres y convertirme en las pocas personas que han hecho esto”, adelantó.
Y mientras lo logra, continuará con este trinomio donde cada día hay una montaña qué conquistar.
El Universal