Frío
14 noviembre 2004
Pero si el viento había amainado, las olas eran grandes. Andrés era el único que disfrutaba completamente porque además de remar elegía las olas y se ponía a surfear. Su control sobre el kayak era total. Asombroso. Yo lo había visto dar marometas en su kayak en el río pero estaba en la orilla. Aquí, todos en el mar, daba un poco de envidia, pero no dejaba de causar admiración.
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