Hace muchos años leà un libro sobre la transmisión radiofónica de la novela de H. G. Wells
La Guerra de los Mundos. En esencia, la novela habÃa sido escrita y se transmitió como si los escuchas estuviesen conscientes de que se trataba de una novela. Pero no era asÃ: el fenómeno psicológico que causó es uno de los más interesantes en la historia de la psicologÃa de masas. En las páginas del libro habÃan testimonios de personas que, escuchando la radio, habÃan decidido irse (largarse, es el término que usaban) de ahà y evitar una guerra con seres de otro planeta.
Los medios de comunicación aprendieron entonces que debÃan ser cautos con la información que emitÃan. O al menos eso es lo que debiera esperar, a varias décadas de sucedido. Sin embargo, parece que otra
Guerra de los Mundos se desató por una naderÃa: unos espeleólogos se vieron Â?atrapadosÂ? durante unos dÃas en una cueva del municipio de Cuetzalan, en el estado de Puebla, México. El hecho de que se negaran a ser Â?rescatadosÂ? fue, quizá, el detonador de algo absurdo que se transformó rápidamente en un malestar diplomático internacional.
Obviamente, los medios de comunicación habÃan olvidado la crisis colectiva que generó la novela de Wells y, una vez metidos en el asunto, descubrieron que se trataba de una noticia que se vendÃa. Pocos se preocuparon por encontrar la verdad y la enorme mayorÃa se vio arrastrada por los comentarios que los demás medios hacÃan, cada vez más alarmistas. Si alguien decÃa Â?buscaban uranioÂ?, todos se ponÃan a investigar si realmente se trataba de eso. Y asà ha crecido el torbellino de mala información que al parecer no se podrá detener muy fácilmente.
Hace unos dÃas, leÃa el cuento de H. G. Wells Â?Mami sube al MörderbergÂ?, también de H. G. Wells dentro del libro
Al lÃmite 2 y si lo cito es porque se trata del mismo autor y porque viene al caso:
En un abrir y cerrar de ojos me tiré a por ella, piolet en mano, dejándome patinar... Mamá se decidió por el sistema de costado. Daba volteretas. Con la nieve en el estado pegajoso en el que estaba, en medio minuto se habÃa convertido en una bolita que era el núcleo de un alud de nieve limpia y abundante. Por delante de la bajaba mucha nieve. Ã?sa es la esencia de nuestros dos sistemas. (H. G. Wells, cit. en p. 168)
En el cuento de Wells, la caÃda termina en una zona de nieve blanda sin que a los personajes les ocurra nada pero no atino a imaginar qué campo de nieve blanda pueda frenar la caÃda de esta enorme avalancha que está arrastrando todo lo que encuentra a su paso, aunque haya sido una brizna de polvo lo que la haya comenzado. Por el momento, los medios están enfocando sus intereses a difundir
todo lo que haya al respecto. Y decir �todo�, quiere decir lo relacionado con lo que ya se dijo antes, escarbar más en la nieve y agrandar la avalancha.
Es muy probable que ningún medio de comunicación se atreva a dar el gran paso y admitir sus errores, lo que los colocarÃa como los causantes de esta Â?Guerra de los mundosÂ? en la opinión pública, aunque también los dejarÃa con un halo de dignidad que todos envidiarÃamos. También es probable que aparezca un medio de difusión masiva que difunda los hechos sin estar tergiversados por ese arroyo de mala información. Pero lo que sà es cierto es que quienes emitieron opiniones a la ligera se olvidaron que en México hay especialistas en la materia y que, a nivel mundial, están haciendo lo que Adela Micha concluyó tras una entrevista televisiva con Javier Vargas y Ricardo Torre Nava:
Â?... entonces hemos estado haciendo el gran ridÃculo...Â?
Nosotros presentamos las noticias que se han difundido a través del foro Iztaxochitla, un sitio donde numerosos espeleólogos de todo el mundo hablan de su deporte. Esperamos que ello ayude a calmar la tempestad en este vaso de agua.