...una vez más en el campo base esperando la oportunidad de volver a subir a la pared. Para eso pasaron unos días y en algunas noches con la ayuda de unos ecuatorianos pudimos ubicar la famosa constelación Cruz del Sur que siempre aparecía después de Venus.
Ya había llegado el momento de ir a dormir a la cueva (está a unos metros de base de la pared) una noche anterior al ataque. La cordada destinada para ese nuevo intento éramos Luis y yo. Ambos habíamos platicado por donde le íbamos a intentar y concluimos que teníamos que salir por donde nos habíamos embarcado la vez anterior y salir en dos días como máximo.
Al clarear el día partimos hacia la pared. La tarde anterior habíamos subido parte del equipo adonde nos dio el sol, ya iniciando el segundo largo. Para ese entonces ya conocíamos como la mitad de la pared y teníamos que llegar mas arriba de la Repisa de las Flores y dormir lo mejor posible. La noche nos alcanzó en el largo ocho, ya que en el anterior se nos atoró la cuerda en un techo y la maniobra para desatascarla nos quitó tiempo, pero de noche decidimos salir hacia la Repisa y hacer la travesía hacia la
camita de arena. A las ocho de la noche ya nos encontrábamos en las bolsas de dormir comiendo una Power Bar y bebiendo agua en abundancia.
¡Qué chido es escalar de noche rodeado de enormes montañas y un cielo lleno de estrellas, sin duda era un hotel de categoría: muchas estrellas!
Al día siguiente el objetivo era salir de la pared y bajar con luz natural, aun faltaban uno 10 largos más. Esperamos a que saliera el solecito para iniciar la escalada, unos 45 metros de un A1 que está de lujo. A partir de ahí parecía todo fácil, con unas buenas hebras de varios metros, donde en un largo de 60 metros sólo se podía proteger unas dos o tres veces.
En los cuatro últimos largo nos encontramos con la cordada de Carlos, Gisele y Juan Carlos. Decidimos fijar los restantes y salir todos juntos. En la cumbre vino la sesión de fotografía con un atardecer muy chido y una ligera nevada. Fue uno de los atardeceres donde uno se queda a contemplar en juego de luces y a pensar lo que uno ha logrado con la ayuda de todo un equipo y a la vez agradeciendo a todos para que esto se haya hecho realidad.