Isla Holbox, Quintana Roo
Día de navegación 4: Martes 23 de abril, 2002
Es una isla pequeña, con amplias playas, con fondo marino bajo (unos 50 centímetros hasta por 200 metros mar adentro) y agua cristalina. Poco viento hasta ahora, algunos hoteles y sólo un par de teléfonos. Lo separan de tierra firme menos de una hora en un trasbordador que cruza la laguna Yalahua hasta el continente, a Chiquilá, la población desde la que Holbox se alimenta. Pero este aislamiento es bello porque hace ser a Holbox una entidad aparte, con gente de personalidad amable y ciertamente amigables.
Pasamos el día en Holbox. Sólo remamos unos kilómetros y ya estábamos ahí, cuando yo esperaba encontrar algunas brechas en el manglar para navegar por la laguna. Sin embargo, las brechas estaban obstruidas y así aprendí que una de las funciones del manglar era hacer que la tierra perdurara: un mangle crece y la tierra poco a poco se va depositando entre sus raíces aéreas. Así, la tierra va creciendo poco a poco.
No llevamos muchos días de remar, pero el lugar nos pareció tan bonito que decidimos darnos un "día de descanso" e incluso alquilamos una habitación: todo un lujo para nosotros, aunque el verdadero lujo no consistió en la cama donde dormimos sino en el baño con agua dulce que nos dimos. Estábamos añorando esa limpieza en la piel, sin tener sal ni sentir sol. Fue, digámoslo así, un regalo anticipado por los días duros que habrían de venir. Además, aquí se rentan habitaciones, cuartos, departamentos y hasta casas por día, semanas o meses. Todo depende lo que uno quiera hacer.
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Alex pensaba continuamente en kilómetros navegados, en cuanto nos faltaba en kilometraje y en días hasta Progreso y luego hasta Veracruz. Para mí esto era algo confuso, pues sólo pensaba en lo que estaba haciendo y en lo que haría el día siguiente. No más. Cuando la caminata de Baja California había aprendido a vivir plenamente el momento, sin cuidarme mucho de lo que pasara después. La respuesta de Alex fue precisamente la que yo hubiera emitido años antes: "prefiero planear". Yo también había hecho eso, planear, pero después descubrí que uno podía dejarse invadir por el lugar y avanzar a buen ritmo.
No he platicado con Alex sobre la forma en que se concentra al remar. Yo siempre comienzo con un pensamiento diferente. Digamos, mi infancia en la primaria. Trato de recordar detalles, fijar la vista en colores, olores, en eso inasible... y de repente paso a un estado donde la mente ya no "habla", eso que los psicólogos llaman disociación cognoscitiva. Se trata del estado de la mente donde no hay diálogo interno. Me sucede con frecuencia y cada vez más mientras más días avanzan.
Holbox es además importante porque es la última población de Quintana Roo. al día siguiente entraríamos a Yucatán, el segundo estado en al Proyecto Mares de México.