"Because it is there", porque está allÃ, fue lo único que se le ocurrió contestar a Mallory, el legendario alpinista enamorado del Everest, cuando los periodistas lo asediaban con la pregunta: ¿Por qué escala montañas? Respuesta elemental y la más sabia de todas. Muchos años después el mÃtico Lionel Terray llamarÃa a los alpinistas "conquistadores de los inútil", con otra definición elemental, perfecta pero más preciosista.
Desde siempre el hombre ha escalado montañas. Al principio por motivos religiosos, luego cientÃficos y por último deportivos, si bien es cierto que el más auténtico alpinismo no es un deporte sino una forma muy profunda de mirar y vivir la vida.
El alpinismo tiene numerosos abuelos y padres. Antoine de Ville, por ejemplo, el 27 de junio de 1492 descubrió su América particular subiendo al Mont Aiguille, considerado inaccesible, por orden del rey Carlos VIII. El 8 de agosto de 1786 Paccard y Balmat lograron la cumbre del Monte Blanco aguijoneados por la recompensa ofrecida por el intelectual Horacio Benedicto de Saussure. En Colombia consideramos como padre del alpinismo a Erwin Kraus, que por los años 40 y 50 del siglo pasado escaló en las Sierras Nevadas del Cocuy y de Santa Marta.
Ya en la década del 30 los hermanos Maristas amable, Adalbony, Jaime Chaves y Octavio Ospina repitieron varias veces y en ambas direcciones la travesÃa por los Nevados desde Ibagué hasta Manizales y ascendÃan el Nevado del Ruiz y el Volcán Puracé. En la década del 40 Andrés Hurtado hizo su primera ascensión al Ruiz a los ocho años de edad y luego escalarÃa montañas en Colombia y en todo el mundo. Fue asesor y profesor de la Escuela Nacional de Alta Montaña de Madrid, España y es miembro de Honor de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, que está bajo el patronato del Rey de España. Hurtado es un divulgador del alpinismo en prensa y revistas.
En los años 60 apareció el Club de Montañismo Raeder Comando, en Manizales, y el del colegio San Luis Gonzaga, de Cali, fundado por Andrés Hurtado GarcÃa. Por la misma época se destacaba en Manizales el andinista Luis Fernando Toro, apodado "Bis".
Los años 70 y 80 vieron gran actividad en la Sierra Nevada del Cocuy. El polaco Cristóbal Zafransky dictó cursos de escalada en Suesca y de allà surgió un grupo valioso de escaladores de roca entre los cuales están Marcelo Arbeláez y Cristóbal von Rothkirch. Varios escaladores colombianos coronaron los más altos picos de los Andes en Ecuador, Perú, y Argentina, señaladamente el Alpamayo y el Aconcagua. Se fundó la Federación Colombiana de Montañismo y surgió el Club El Escalador, varios de cuyos miembros figurarÃan luego en la conquista del Himalaya.
Andinistas de Ibagué y MedellÃn incursionaron en el Himalaya e hicieron un intento al Nanga Parbat, intento que no ha sido valorado todavÃa en toda su dimensión alpinÃstica. En 1984 Manolo Barrios, extraordinario escalador ibaguereño, logra el primer ochomil de un colombiano, coronando el Broad Peak en el Himalaya. De esta expedición formaban parte Marcelo Arbeláez y Raymond Bodenmann.
En 1986 se hizo el intento al Manaslu, otro ochomil del Himalaya. En 1997 se llevó a cabo la primera expedición colombiana al Everest, que con sus 8.850 m es la montaña más alta del mundo. En 1998 se harÃa el segundo intento al Manaslu. En 1999 se coronarÃa otro ochomil, el Cho Oyu. Y por fin, en mayo de 2001 se logró ascender el Everest, llamado también Chomolugma o Sagarmatha. Los alpinistas de estas expediciones son más o menos el mismo grupo, entre los que destacamos a los cuatro conquistadores del Everest: Manolo Barrios, Fernando González-Rubio, Juan Pablo Ruiz (jefe de la expedición) y Marcelo Arbeláez. Estos mismos habÃan logrado la cumbre del Cho Oyu además de Roberto Ariano y Nelson Cardona, guardaparque del Ministerio del Medio Ambiente, que ostenta el impresionante record en velocidad y tiempo de la travesÃa del Parque de los Nevados desde Manizales hasta Ibagué.
Actualmente hay varios grupos de montañistas entre los cuales se destaca el de los Caminantes del Retorno, exalumnos del Colegio Champagnat de Bogotá, quienes vienen realizando desde hace cuatro años la Semana de la Montaña. Este año, 2001, se celebra la Cuarta Semana de la Montaña y del Desierto. Este evento, que impulsa grandemente la práctica del montañismo, ofrece a los escaladores la oportunidad de socializar sus grandes logros. En esta Semana de la Montaña, el grupo de Himalayistas colombianos ha presentado ya sus expediciones al Manaslu, Cho Oyu y Everest y el andinista ecuatoriano Iván Vallejo mostró la primera ascensión ecuatoriana al Everest, que él logró sin oxÃgeno.
La reciente conquista del Everest será sin duda alguna un aliciente supremo para el desarrollo del alpinismo en nuestro paÃs, al tiempo que se constituye en el mayor logro del alpinismo colombiano en toda su historia. Aunque Colombia no tiene picos que alcancen la cota de 6,000 m como sà los poseen Ecuador y Perú, nuestros montañistas cuentan con varios macizos para sus escaladas y entrenamientos.
La Sierra Nevada de Santa Marta con sus picos gemelos y cimeros de 5,770 m es la montaña más alta del mundo a orilla del mar y según se la mire la más alta de ascender en el planeta. En efecto, para llegar a la cumbre del Everest se parte de 5,000 m en los glaciares Khumbu y Rongbuk. Quedan solamente los restantes 3,850 m para escalar. En cambio para llegar a la cumbre de los Picos Colón y Simón BolÃvar se parte de cero metros en Tayrona o 169 en Valledupar, debiéndose ascender todos sus 5.770 m. Esta sierra tiene los más grandes glaciares del paÃs y varias paredes de roca interesantes. Este macizo ofrece además el universo de los indios Kogis y Arhuacos y la maravilla de la megabiodiversidad.
El Nevado del Huila posee glaciares de considerable extensión. Alcanza 5,400 m y es un volcán activo. Igual que la Sierra Nevada de Santa Marta, es un magnÃfico campo para actividades en nieve y hielo.
La Sierra Nevada del Cocuy o de Guicán tiene como máximo atractivo las más altas paredes de escalada en Colombia, amén de varios glaciares y neveros interesantes. Los picos más altos son los Ritacubas: el Blanco con 5,330 m, el Negro con 5,200 m y el Norte con 5,100 m. También se destacan El Castillo, Los Sanpablines, el Toti, el Pan de Azúcar con su hermoso bloque rocoso que es el Púlpito del Diablo. Las paredes orientales de la lÃnea occidental de cumbres del Cocuy son inmensas murallas de roca que van desde 300 hasta 700 m en el Ritacuba Blanco. El Cocuy posee varios glaciares y neveros que se prestan para el deporte de los "crampones". El Cocuy, con todo, acusa un retroceso impresionante de sus glaciares y neveros debido a problemas ambientales como el calentamiento de la tierra y la tala de bosques. El Cocuy con sus lagunas, valles, vegetación, picos nevados y paredes rocosas es el conjunto de montañas nevadas más bello del paÃs.
El Parque Nacional Natural de los Nevados es la nieve al alcance de los colombianos. La carretera llega hasta los neveros occidentales del Nevado del Ruiz. Los picos nevados son: El Ruiz, Santa Isabel y Tolima. Los "nevados" del QuindÃo y del Cisne ya han perdido sus nieves perpetuas. El Parque de los Nevados ofrece alpinismo de no gran dificultad en glaciares y paredes rocosas. La Laguna Verde Encantada y la del Otún son paisajes de impresionante belleza. El Volcán Nevado del Cumbal, en Nariño, es una cumbre atÃpica. No ofrece el cono de los volcanes sino varios picos gemelos de uno de los cuales siempre se levanta un penacho de vapores. Su nieve es muy escasa. El volcán alcanza 4,780 m y su ascensión no ofrece dificultad, como tampoco su vecino el Chiles, que perdió hace muchos años sus nieves perpetuas.
Quedan en Nariño, el Azufral, modesto volcán con 4,000 m y el Galeras, con 4,200, ambos de fácil ascensión, si no se utilizan las carreteras que llevan hasta la cumbre. El volcán Puracé y sus vecinos los Coconucos y el Pan de Azúcar y el Sotará son similares al Cumbal en cuanto a las condiciones de la ascensión. Pertenecen al Parque Nacional Natural El Puracé.
Dispersos por el paÃs se encuentran paredones que sirven a los propósitos de los amantes de la roca. Los de Ibagué, MedellÃn y Bogotá frecuentan sus escuelas de escalada. La más famosa de todas son las Rocas de Suesca, cerca de Bogotá. Por otra parte, aumentan los rocódromos, paredes artificiales en las que se simulan las dificultades naturales de la roca; se llevan a cabo campeonatos de escalada en varias ciudades del paÃs. Nuestro paÃs surcado de sur a norte por tres cordilleras ofrece a los amantes del andinismo (sinónimo de alpinismo) magnÃficos espacios naturales para entregarse al gran juego de "los conquistadores de lo inútil".